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madi

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Mensajes publicados por madi


  1. Madi, tu eres de Granada verdad? Al menos eso pone en tu perfil, jeje, me voy a recordar de esto y en la hora de tomar decision fijo que te pregunto maaaaaaas cositas wink.gif Oye, es que precisamente me comentó un amigo que en Granada como hay tantos estudiantes es bastante chungo encotrar trabajo durante el ańo...Sera eso incierto? Yo pense que no tiene pq ser, pq como alli hay tantos bares, restaurantes etc. y es una ciudad turistica al mismo tiempo, pues hay un montón de posibilidades para encontrar algo...No se

    Soy de Granada , sí, así que pregunta lo que quieras :(

     

    La verdad es como no sé con certeza como estará el tema del trabajo, pero mi impresión es que no debe ser muy difícil porque hay infinitos bares, todos siempre llenos y he visto a unos cuantos camareros extranjeros trabajar (algunos sin hablar muy bien español).

     

    También he vivido en Cataluña y es un sitio genial, pero tendrás que aprender catalán.


  2. Escribo rápidamente antes de irme al curro. No sé el precio de los pisos en GRANADA (puedo preguntar a ver), pero es una de las ciudades más baratas de España. No es una ciudad muy grande pero también tiene de todo. Para salir de día y de noche es una ciudad estupenda (hay unos 60.000 estudiantes, 25% de la población) y yo creo que se vive muy bien aquí, la gente del Sur es muy apañada (sin menospreciar a los del resto de España). En fin, que si eliges esta ciudad no te equivocaras. :shock:


  3. DÍA 14: COLONIA, FRANCFORT Y HEIDELBERG

     

    Nos despiertan nuestras alarmas, faltan veinte minutos para llegar a Colonia, pero el revisor no ha venido a devolvernos nuestros billetes de InterRail, tal y como prometió. Por el contrario, todo nuestro vagón está bastante desesperado al verse sin billetes y muy cerca de Colonia (casi todos parecían bajarse allí) así que, diez minutos antes de llegar a nuestro destino, tuve que ir yo personalmente por todo el tren a buscar a algún revisor para que nos devolviera los billetes.

     

    COLONIA

     

    Al salir de la estación se llega a la plaza de la impresionante catedral, la de mayor altura del mundo y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La mayor altura se refiere al templo en sí y no a las torres como mucha gente piensa erróneamente; la torre de iglesia más alta del mundo está en Ulm. Nuestra amiga Eva (ver día 9) nos recomendó subir los 500 escalones de una de las torres para contemplar la vista, pero a esas horas estaba cerrada al igual que el tesoro de la catedral (donde están el Tesoro de los Reyes Magos y creo que el cuadro "La Adoración de los Reyes Magos") y las tiendas de souvenirs adyacentes. Nos recomendaron que en Colonia visitáramos únicamente la catedral y eso fue lo que, cargados con las mochilas, hicimos; 50 minutos más tarde volvimos a la estación para coger el tren a Francfort.

     

    Köln Hauptbahnhof - Frankfurt Hauptbahnhof, 7:53 – 10:12

     

    FRANCFORT

     

    Desayunamos en el tren IC que nos llevó hasta Francfort del Meno (Frankfurt am Main), llamado así por estar ubicado junto al río Meno (Main en alemán) en contraposición con Francfort del Oder (Frankfurt an der Oder) que obviamente está junto al río Oder. El trayecto es muy bonito, especialmente el tramo entre Coblenza (Koblenz) y Maguncia (Mainz) que corresponde a la zona de los castillos del Rin, también declarada Patrimonio de la Humanidad. Dejamos las taquillas en la estación y nos fuimos a subir a la Main Tower, uno de los rascacielos que le han valido a la ciudad el apodo de Mainhattan (juego de palabras entre Manhattan y el río Main).

     

    Taquillas en Francfort: 4 / 2 € (también hay taquillas rápidas que duran 6 horas y cuestan 2 / 1 €).

     

    A la Main Tower se puede llegar mejor en S-Bahn (estación Taunusanlage), pero casualmente las líneas de S-Bahne no funcionaban por obras en el tramo que nos interesaba, así que fuimos andando desde la estación central. Subir al rascacielos cuesta 4.5 € (3 € para estudiantes) y es una experiencia totalmente recomendable; no sólo por las impresionantes vistas desde el ático, sino también por la velocidad del ascensor (20 m/s = 72 km/h). Antes de entrar hay que superar un control de seguridad y, una vez más, José Luis volvió a intentar cruzarlo con una navaja; en esta ocasión simplemente le dijeron que pasara y no la sacara arriba. Desde el ático puede verse toda la ciudad, el casco antiguo, edificios como la Alte Oper (ópera), la impresionante estación o la catedral y los rascacielos vecinos ya no impresionan tanto. Os podéis imaginar también la velocidad a la que sopla el viento. Inicialmente la visita a Francfort se iba a reducir a la Main Tower, pero una vez allí decidimos acercarnos a la plaza del ayuntamiento y conocer un poco mejor la ciudad.

     

    Breve itinerario: Main Tower (rascacielos), Goethehaus (casa natal del literato Goethe), Römer (preciosa plaza) con el Altes Rathaus (ayuntamiento), la Gerechtigkeitsbrunnen (fuente de la justicia) y el Ostzeile (grupo de casas de muro de entramado de madera); continuamos por el puente Eiserner Steg, con bonitas vistas del skyline de la ciudad. De lejos vimos la catedral y algunas iglesias; todas bastante poco atractivas desde el exterior. Debido a las obras del S-Bahne, tuvimos que volver andando a la estación desde allí.

     

    Frankfurt Hauptbahnhof – Heidelberg Hauptbahnhof, 13:38 – 14:30

     

    HEIDELBERG

     

    Entre la ampliación de la visita a Frankfurt y el retraso por los trenes; se nos hizo demasiado tarde para ver Heidelberg con la calma que hubiéramos deseado. Dejamos las mochilas en las taquillas; es la ciudad en la que más dinero nos gastamos porque en las grandes sólo caben tres mochilas, así que debimos utilizar dos y la gracia nos salió por 8 € (y todo para estar allí 4 horas). Buscamos un sitio para comer y acertemos de pleno: una pizza de tamaño considerable y una ensalada por 5.90 €. No pedimos bebida porque yo pensaba que la Pizza mit Pepperoni und Pilzen (pizza con pepperoni y champiñones) sería una pizza con pepperoni y una cerveza Pilsen. El lugar se llama Ristorante Da Mario y está en Rorhbacher Strasse 3, junto a Bismarck Platz, plaza junto al comienzo del casco antiguo de la ciudad. Por cierto, desde la estación hasta el casco antiguo hay una distancia muy considerable y los mapas de la oficina de turismo cuestan 1 €.

     

    En Heidelberg quedamos con otros dos amigos granadinos: Dani y Sara. La verdad es que al principio estábamos reacios porque íbamos mal de tiempo, pero al final insistieron y nos vimos. Dani vive en la cercana Darmstadt y nos contó algunas cosas interesantes de la ciudad, como que el reloj de la Heiliggeistkirche (iglesia del Espíritu Santo) lo ponían en hora cada vez que pasaba el filósofo Kant por allí (decían que era más puntual que un reloj), que hay que tocar los ratoncitos que hay junto a la entrada del Karl-Theodor- Brücke o Alte Brücke (puente antiguo) para volver a la ciudad y que es típico hacerse una foto con la cabeza dentro de la máscara que hay junto a ellos.

     

    Breve itinerario: Haus zum Riesen (o Casa del gigante), iglesia Providenzkirche, Alte Universität (universidad antigua, la primera en Alemania y con la fachada en obras), Universitätsbibliothek (Biblioteca universitaria), Peterskirche, Marktplatz, Heiliggeistkirche, Rathaus, Alte Brücke.

     

    A la vuelta Dani nos recomendó regresar por la ribera contigua del río Neckar; es un agradable paseo nada transitado pero que en algunos parece algo lúgubre. Las vistas del puente y el castillo (a cuya subida tuvimos que renunciar por falta de tiempo) son excelentes. Llegamos incluso a una explanada donde nos tumbamos en el césped para relajarnos unos minutos (pocos). Al final y una vez más tuvimos que correr para no perder el tren. Cuando andábamos por la calle, unos chicos nos dieron un susto considerable: tiraron desde una ventana una especie de peluche atado con una cuerda mientras daban un gran grito. Para agilizar más la cosa, nos separamos y mientras dos compraban la cena en un supermercado, los otros tres se adelantaron para recoger la mochila de las taquillas. Las taquillas eran de esas en las que hay que introducir un código para que se abran, pero el teclado no funcionaba bien y no fue nada fácil recuperarlas. Finalmente y con nuestra suerte característica, el tren llegó con unos minutos de retraso y pudimos cogerlo.

     

    Heidelberg Hauptbahnhof - Karlsruhe, 18:32 – 19:02

     

    La consecuencia del retraso es que, a diferencia de lo habitual, no nos esperó el tren de enlace y nos quedamos tirados en Karlsruhe durante una hora. Allí intentamos sin éxito buscar una farmacia para Lidia, que hacía días que venía quejándose del dolor en los tobillos.

     

    Taquillas de Karlsruhe: 4 / 1.50 €

     

    Karlsruhe – Freiburg Hauptbahnhof, 20:09 – 22:01

     

    FRIBURGO

     

    Subiendo las escaleras de la estación de Friburgo, que conducen a un puente, se llega a la parada de tranvía. La línea 1 con sentido LittenWeiler lleva a nuestro albergue (estación Oberlinden). Cuesta 2 € y son sólo tres paradas, no está demasiado lejos y se puede ir andando (lo hicimos el resto de los días), pero a las diez de la noche y cargados con las mochilas preferimos el tranvía. En la parada hay máquinas automáticas y el billete se valida dentro del tranvía.

     

    Nos habían hablado estupendamente del Black Forest Hostel (****) y lo cierto es que no es para tanto. Fue el albergue más barato del viaje (13 € por noche) pero no incluye desayuno ni ropa de cama y la habitación es de 21 personas; en habitaciones de menor tamaño ya no resulta tan económico. Nuestra habitación no tenía literas (sólo una), había un poco de ruido porque la ventana estaba junto a un arroyo y nos tocó dormir junto a la ventana; además hacía un poco de frío porque los compañeros de habitación (en realidad sucede igual en todo el albergue) tenían una obsesión por abrir las ventanas por la noche (antes de dormir); yo la cerraba para no quedarme hecho un cubito, salía a lavarme los dientes y al volver ya me la habían vuelto a abrir. A pesar del alto número de personas (y de que el suelo chirriaba al andar), no hacían mucho ruido; la gente tenía cascos de minero para leer sin molestar a los demás. En recepción nos dieron una vuelta de bienvenida por el albergue, exigen un pasaporte como depósito por la llave del albergue (la habitación no tiene llave), hay taquillas que necesitan candados en la habitación y en el pasillo (aunque son escasas), sala común con juegos (ping-pong gratis, billar de pago), tatami para relajarse, libros e instrumentos musicales. El check-out es hasta las 11, el check-in hasta las 00, la cocina está bien equipada y tiene bastante comida común (el gas tiene un mecanismo de seguridad y parece que no funciona, preguntad en recepción), hay servicio de lavandería e Internet a buen precio. Las duchas son cubículos cerrados a modo de máquinas del tiempo, tienen un ojo de buey para que uno puede ver si alguien entra en la habitación, pero deja visible el pecho (también las duchas femeninas). En la planta baja las duchas son unisex, pero no sé si allí también habrá ojos de buey.

     

    A esas horas sólo cenábamos nosotros y otro grupo de españoles, uno de los cuales tocó flamenco en la guitarra para ver si reaccionábamos, cosa que no sucedió (así es como él identificaba a los españoles). Como Selem no se animó a tocarnos nada (con la guitarra), nos acostamos después de cenar.

     

    Gastos

    • Taquilla Francfort: 0.80 €
    • Subida Main Tower: 3 €
    • Taquillas Heidelberg: 1.60 €
    • Almuerzo: 5.90 €
    • Botella de agua de 1.5 l: 0.46 €
    • Tranvía Friburgo: 2 €
    • Albergue Friburgo (2 noches): 26 €

    Total: 39.76 €


  4. DÍA 13: COPENHAGUE

     

    Una vez que el tren llega a la costa sueca (alrededor de las 7:30), vuelve a circular por la vía convencional. A partir de ese momento se puede volver a usar el cuarto de baño (antes se supone que no, para no dejar ningún regalito en el barco) y, como es previsible, había una cola bastante importante. Para agilizar la cosa, el tren cuenta (además del baño) con lavabos para lavarse los dientes. La DB incluso ofrece a cada pasajero un vaso con agua tal fin; parece que el agua de los trenes no sólo es no potable sino que ni siquiera deben lavarse los dientes con ella. Después de recorrer paisajes menos verdes que en el resto de los países (debido al excesivo frío del clima), por fin llegamos a Malmö y pusimos los pies en un nuevo país. Por cierto, olvidé mi bañador-pijama en ese tren :’(

     

    MALMÖ

     

    Salimos a la calle para hacernos un par de fotos y demostrar que hemos estado en Suecia, pero volvimos rápido a coger el tren a Copenhague. JJ seguía en pantalones cortos en una ciudad en la que incluso los suecos los llevaban largos. El tren (de la compañía sueca) es extraordinariamente moderno, la puerta del baño se cierra pulsando un botón, pero para echar el pestillo hace falta pulsar un segundo botón: yo estaba dentro y de repente la puerta se abrió al haber pulsado el revisor el botón; menos mal que estaba lavándome los dientes y no en situación más comprometida.

     

    Malmö Central - København H (NZ), 8:22 – 8:57

     

    COPENHAGUE

     

    Una vez en la bonita estación de la capital danesa, buscamos las taquillas a través del icono clásico, pues lógicamente desconocemos absolutamente el idioma. En las taquillas grandes sólo caben 3 mochilas, así que debemos alquilar dos. Junto a las taquillas hay una máquina de cambio.

     

    Taquillas: 35 / 25 DKK

     

    Al salir de la estación, está bien indicado cómo llegar a un punto de información turística muy cercano donde ofrecen mapas de la ciudad gratuitos. La ciudad me pareció muy bonita y muy diferente al resto de las ciudades que visitamos en la zona C, sin embargo otros de mis compañeros tenían grandes expectativas en Copenhague y les defraudó. En las diez horas que estuvimos en la ciudad, da tiempo perfectamente a recorrerla a pie desde la estación central a la estatua de la Sirenita y a volver en tren de cercanías (S-Tog).

     

    Itinerario: Tivoli (famoso parque de atracciones), Rådhauspladsen (del ayuntamiento), Strøget (según las guías turísticas es la calle peatonal más larga del mundo, aunque en realidad son cinco calles y vimos varias furgonetas de descarga circulando por ella), Nytorv (plaza con el Tribunal), Vor Frue Kirke (decepcionante catedral), Rundetårn (torre redonda), Christiansborg Slot (parlamento), Børsen (precioso edificio de la bolsa junto a un canal), Vor Frelsers Kirke (preciosa iglesia en el barrio de Christianshavn, con un tejado en espiral), Christiania (la famosa comunidad hippy, donde están prohibidas las fotos y al salir de ella un cartel avisa de que se está entrando en la Unión Europea), Kongens Nytorv (Plaza Real con el Teatro Real o el Palacio de Charlottenborg), Nyhavn (pintoresco puerto en un canal rodeado de casitas decoradas con alegres colores), Marmorkirken (Iglesia del mármol), A. Newsky Kirke (iglesia ortodoxa rusa que sólo abre un par de horas al día), Amalienborg Plads (plaza con el Palacio Amalienborg, residencia de la familia real danesa), Kastellet (antigua fortaleza militar reconvertida a parque) con Den Lille Havfrue (estatua de la Sirenita, símbolo de la ciudad).

     

    Regresamos a la estación principal en un lujoso S-Tog y allí buscamos un supermercado donde comprar la cena (una ensalada y un sandwich a medias, todo ello preparado para comer) y un batido de fresa para acompañar las galletas y el chocolate del desayuno del día siguiente. Antes de subir al tren, reservamos algunas monedas como recuerdo y el resto las gastamos en helados.

     

    København Østerport - København H (S-Tog)

     

    Debido al precio sólo reservamos 5 plazas en un compartimento de 6, pero no apareció ningún extraño. El tren era increíblemente largo y los vagones tenían diferentes destinos, por lo que hay que prestar atención: unos van hacia Basilea, otros hacia Múnich y otros a Dortmund, que son los que paran en Colonia. Nuestro compartimento estaba genial (este tren Nacht Zug era bastante mejor que el anterior EN), tenía una mesa que utilizamos para jugar a las cartas y para cenar cómodamente; y cuando se hizo tarde decidimos abatir los asientos, transformarlos en literas y dormir; ocupando la cama que quedaba libre (era una de las mejores por estar en el piso inferior) con la incertidumbre de si se presentaría el desconocido en algún momento de la noche. El trayecto también es muy bonito porque pasa por varios puentes sobre el mar que unen diferentes islas del país.

     

    Lo que no nos gustó ni un pelo fue que el revisor del tren insistió en llevarse nuestros billetes de InterRail y el resguardo de la reserva, asegurando que la policía "realizaría el control mientras nosotros dormíamos". Aseguró que veinte minutos antes de nuestro destino vendría a devolvérnoslos; pero no fue así...

     

    København H – Köln Hauptbahnhof, 18:54 – 6:57

     

    Gastos

    • Taquillas: 14 DKK
    • Comida: 41 DKK
    • Supermercado (cena): 52.38 DKK
    • Batido: 8 DKK

    Total: 115.38 DKK

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