latrotamundos
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Teniendo en cuenta que me he vuelto un poco friki de Peter Jackson (gracias a mi hermano pequeño), aquí os dejo el trailer de una peli curiosa. Criaturas celestiales está basada en un caso real ocurrido en Nueva Zelanda, en 1954. Hoy en día todos los neozelandeses recuerdan con respeto lo que ocurrió en Christchurch hace casi 60 años.
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Carbayon, yo aún no me lo termino de creer. No sé, tan jóvenes.... Disfrutando de un país tan bonito...
Todo me resulta tan familiar. Me paro a pensar y se me ponen los pelos de punta.
Espero que sigan disfrutando allá donde estén. D.E.P
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Con el culillo congelado
Atardecer espectacular en Te Anau. Parecía que Dios nos estaba hablando
Las montañitas nevadas.
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Más fotos durante el crucero por el fiordo. Milford Sound se encuentra dentro del Parque Nacional de Fiordland, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Es el parque nacional más grande de Nueva Zelanda y uno de los más grandes del mundo, con una superficie de 12.500 km². A decir verdad, está formado por tres parques: el Parque Nacional Aoraki- Mount Cook, el Parque Nacional del Monte Aspiring y el Parque Nacional Westland.
Con respecto a los barcos para navegar por el fiiordo, los hay pequeñitos, medianos y grandes, cada uno con sus ventajas. Los más grandes son estables y más adecuados para los que se marean (además tienen más potencia y suelen llegar más lejos en el fiordo). Los medianos y pequeños se pueden acercar más a las paredes verticales de los enormes picos que bordean el fiordo, como el Mitre Peak, de 1722 mt. Nosotros fuimos en un barco pequeño. Estos suelen acercarse tanto a las paredes que una cascada cae muy cerquita del barco y los que se quedan fuera se empapan completamente. En ese momento se recomienda por megafonía guardar las cámaras. De lo contrario terminará empapada
De vuelta por la carretera panorámica.
La entrada al túnel desde el otro lado. No se veía ni dos montados en un burro. ¡Precaución con la carretera!
Prohibido parar. Zona de avalanchas.
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Hace un par de días me enteré de que tres chicos en Nueva Zelanda habían muerto. Una amiga de 19 años en un accidente de tráfico en la zona de los glaciares y dos chicos haciendo kayak por mal tiempo. Aún no me lo creo.
Para ellos va este diario.
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Gracias Javiiiiiiiiiiii. A ver si nos encontramos por estos mundos virtuales y me cuentas que tal ha ido la vuelta a casa.
Carbayon, llevaba un mes viajando poir toda Andalucía por eso el diario estaba paradillo. En estos días me volveré a poner ,
Besotes para los dos.
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En Milford Sound hay pingüinos de cresta, delfines, focas y lobos marinos que juegan a menudo cerca de los barcos. Atentos a la foca posando .
No se ve muy bien pero la cosita blanca que está inclinado en la piedra es un pingüino minutos antes de resbalar y caerse al agua. ¡Qué torpe! Son super graciosos y más cuando caminan.
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La desembocadura del fiordo. Entrando en el Mar de Tasmania.
He leido que cuando hace viento y lluvia se produce un fenómeno muy curioso: Las cascadas de agua que caen desde las montañas al mar, a mitad de camino se lo piensan mejor y vuelven a ir hacia arriba desafiando la gravedad, ya que el viento les impide alcanzar el mar.
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Más fotitos de Milford Sound y la carretera panorámica.
El último tramo de la carretera (para mi el más bonito) y el túnel de Homer (enmarcado por un espectacular anfiteatro de elevadas paredes esculpidas por el hielo). Excepto en temporada de avalanchas, el túnel es de sentido único (hay un semáforo, que por cierto yo no vi quizás por esa razón). Mucho cuidado con túnel porque dentro no se ve ni torta. Yo casi no me dejo cagar viva cuando pasé por él. A partir de este tramo la carretera es bastante peligrosa, con curvas muy cerradas y bajadas pronunciadas. El paisaje pasando el túnel es una verdadera maravilla. Son 1207m (que cuando estás dentro y vas conduciendo parece que no se acaba nunca porque vas atravesando la montaña) y finalmente desemboca en la cabecera del espectacular valle de Cleddau.
A nosotros nos llovió por la carretera y muchas fotos son sacadas desde el coche en movimiento ya que en muchísimas zonas no puedes pararte debido al riesgo de avalancha. Todas estas zonas están indicadas con carteles.
Entrada del túnel.
Si los días antes ha llovido todo estará repleto de cataratas.
Durante el crucero por el fiordo.
Hacía mucho frío y un viento de la leche pero tuvimos suerte y no llovió. Toda la región está dominada por el agua, ya sea en forma de lagos o de lluvia, y los más de 200 días de lluvia por año han permitido la creación de grandes bosques. La media anual de precipitaciones es de 6000mm y aunque también llueve en verano lo bueno es que los meses fríos pueden brindar muchos días despejados y soleados.
Otra opción es recorrer el fiordo en Kayak. Tiene que ser increíble ir a ras del agua subido en un pequeño kayak mientras recorres los enormes acantilados que se alzan verticalmente.
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¿Alguién sabe qué tal está el museo de Picasso en Málaga? ¿Vale la pena visitarlo?
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Lunes 27 de Septiembre: Algún lugar de la mancha… - Milford Sound- Otro lugar de la mancha de cuyo nombre me gustaría acordarme.
Esa mañana nos despertamos frente a la playa. Tocaba madrugar si queríamos llegar hasta Milford Sound pero mi cuerpo no respondía. Tenía mucho sueño y frío. No era capaz de levantarme. Mi Compi ya estaba preparado para ponerse en marcha y yo aún estaba tapada hasta las orejas. Recuerdo que estaba amaneciendo y él había salido a ver la playa. También recuerdo que vi como se agachaba y de repente se empotraba contra el cristal de mi ventana. ¡Dios! Me llevé un susto de muerte y grité como una loca. ¡Se me había aparecido el Niño de los Possums! ¡Qué susto! Aún recuerdo sus risas. Lo mejor de todo es que lo había visto esconderse pero aún así, casi no me muero de un infarto. Aún estaba dormida, ¿Yo que le había hecho?
Con el susto aún en el cuerpo, me vestí a toda prisa y pusimos rumbo hacia el fiordo. Tardamos unas cinco horas en llegar hasta Milford Sound y de camino habíamos parado en Te Anau (Importante: Este es el último sitio que hay para repostar gasolina). Luego aprovechamos para entrar en el i-site y para mirar si las carreteras estaban abiertas así como la previsión del tiempo. Recuerdo que nos atendió una señora que a mi me ponía muy nerviosa porque me repetía tres veces lo mismo y hablaba extremadamente despacio. Mi Compi estaba encantado con la mujer pero yo no tanto. Sin embargo, la señora fue muy amable. Me pasó el teléfono para que yo misma reservara el crucero por el fiordo y nos dio algunas indicaciones sobre la carretera, como por ejemplo, que no debíamos pararnos en los sitios con peligro de avalanchas, que debíamos llevar cadenas en el coche, nos enseñó fotos de la cantidad de nieve que había el día anterior y nos dijo que compráramos comida y café caliente antes de subir (este último consejo me encantó así que le hicimos caso ). Ciertamente lo de las cadenas me tenía muy preocupada porque ninguno de los dos sabíamos ponerlas pero por suerte, al final no hizo falta utilizarlas. En el i-site también nos dieron un folletito titulado "Driving to Milford Sound? Tips for a safe trip". De todas formas, si no estáis acostumbrados a conducir con nieve hay autobuses desde Te Anau y así vais más tranquilos.
La carretera desde Te Anau hasta el fiordo (Southern Scenic Route, indicada con paneles marrones al igual que todas las carreteras panorámicas en Nueva Zelanda) es realmente espectacular. En todos los folletos de los cruceros encontraréis mapitas con los puntos más interesantes donde detenerse así como otro con las cosas que veréis durante el crucero por el fiordo.
Algunas de las rutas de trekking más populares de Nueva Zelanda están en esta región, como el Milford, Kepler, Hollyford y Routeburn Track. Este último, fue seleccionado entre los once mejores tracks del mundo por la revista National Geographic Adventure. Por otro lado y con respecto al Milford Track, durante el recorrido de 4 días podréis ver las cascadas más altas de Nueva Zelanda, las Sutherland (630m)
Con lo que respecta al crucero un pequeño consejo: Madrugad e intentad coged el primer barco de la mañana para evitar aglomeraciones de turistas. Yo lo hice en el último crucero del día pero es cierto que era temporada baja. También os aconsejo que comparéis precios ya que dependiendo del tiempo que dure el crucero y de lo que veáis, las diferentes compañías ofertan precios distintos. Nosotros hicimos el crucero con Cruize Milford ya que con los vales de descuento del alquilar de la caravana, teníamos 2x1 así que sólo pagamos el precio de una persona (además en el crucero te dan un cafecito que con el frío, sabe a gloria ).
De ese día guardo uno de los mejores recuerdos del viaje. Nunca había visto fiordos y la carretera hasta allí me había encantado (sobretodo el último tramo del camino). Milford Sound sería otra de las cosas que más me gustarían de toda Nueva Zelanda.
Esa tarde de regreso por la Southern Scenic Route paramos en un lago en el que había gente preparando una barbacoa y con intenciones de dormir allí. Recuerdo que me llamó muchísimo la atención que las caravanas estuvieran casi dentro del agua. ¡Aquello parecía de cuento! Ciertamente era un sitio increíble para dormir y sabía que a mi Compi le hubiera encantado, pero a pesar de que me lo pensé y se me pusieron los dientes largos, yo opté por adelantar camino.
Esa tarde veríamos un atardecer espectacular al pasar por Te Anau y a pesar de lo cansados que estábamos y la cantidad de kilómetros que habíamos hecho eso día, pusimos rumbo hacia Mt. Cook.
Un par de horas después, a la altura de Queenstown, nos topamos con un puerto de montaña que acortaba camino así que le dije a mi Compi que tirara por ahí. Después de dos curvas me retracté y le pedí que continuara por la carretera normal. La distancia era menor pero hubiéramos tardado muchísimo más por el puerto de montaña. Las curvas eran horribles, estábamos muy cansados y eran las diez de la noche. ¡Eso sólo se me ocurría a mí!
Poco después me dejé dormir e iba dando cabezazos. Mi Compi se burlaba de mi ya que cada vez que me despertaba lo primero que hacía era coger el mapa en plan "aquí no ha pasado nada, yo no estaba dormida y todo está controlado".
Esa noche paramos a dormir en un mirador al lado de la carretera. Sin saberlo, tocaba otro momento mágico. Quitamos la llave del contacto y de repente le dije a mi Compi "mira el cielo". Era increíble, nunca habíamos visto algo así. Era precioso. Estaba repleto de pequeñas estrellas que brillaban de una forma increíble. ¡Qué romántico! ¡Qué bonito! ¡Irrepetible! Sólo en Nueva Zelanda se podía ver un cielo así. Jamás olvidaré aquella noche.
Te Anau y su lago (el segundo más grande de Nueva Zelanda, formado a partir de un enorme glaciar y con una profundidad de 417m).
La de la sombra en forma de botijo soy yo, jeje.
Mirror Lakes. Lo había visto miles de veces en postales y quizás de ahí mi pequeña decepción. Las montañas se reflejan en el agua y está muy chulo pero quizás, yo esperaba algo más grande y no una charca tan pequeñita.
En otro momento sigo con las fotos que ahora internet no me funciona bien.
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Un poquito más de cultura general . Hoy es el turno del Kiwiana.
Esta es la mejor forma de conocer las cosas que mejor identifican a este maravilloso país. Aquí os lo dejo:
http://en.wikipedia.org/wiki/Kiwiana
Pd: Tiene su gracia ir al McDonalds y pedir una Kiwiburger, ¿no?
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Otra cancioncita Maorí que me encanta
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Roaring Bay
Nugget Point
De camino al coche haciamos bromas y pensabamos en que pasaría si alguno de los dos tiraba al otro por aquellos acantilados. Yo amenacé a mi compi y le dije que como lo hiciera, me aparecería todas las noches como "La niña de la curva" pero en este caso yo sería "La niña de Los Catlins". Así que, aquí tenéis foto "Niña Los Catlins", ¿A qué da miedo?, jijijiji
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Domingo 26 de Septiembre: Dunedin- Península de Otago- Nugget Point- Algún lugar de la mancha…
Nos despertamos en Dunedin con las calles mojadas pero con el solito haciendo acto de presencia. Esa noche la lluvia me había despertado varias veces y no había conseguido dormir bien a pesar de lo cansada que estaba.
Poco después, nos pusimos en marcha y comenzamos a hacer un poco de turismo por la ciudad. Cuna de la música indie, Dunedin es la ciudad fiestera estudiantil por antonomasia. Es más, a pesar de su reducido tamaño, es una ciudad sorprendentemente bohemia con muchísimos bares y cafés, todos ellos con muy buen ambiente. Y es que la universidad más antigua del país aporta a la ciudad una energía especial. No sé, me recordaba a cuando había estado de Erasmus. Es decir, es de esas ciudades que no tienen nada de especial pero se respira muy buen ambiente. Es difícil de explicar pero me gustó, particularmente, no para hacer turismo (puesto que el centro es muy pequeño y las principales atracciones se encuentran a las afueras) pero sí para sentarme en un buen café, pegarme una comilona y para salir por la noche de fiestuki.
Ese día a pesar de que era domingo vimos muchos estudiantes por la calle. Como principales puntos de interés (además de la catedral y lo típico que pone en todas las guías) me llamó la atención la fábrica de Cadbury, Baldwin St (la calle residencial más empinada del mundo, o eso dice el Libro Guinness, con una pendiente máxima del 35%), la bonita estación de trenes y La Taieri Gorge Railway (4h ida y vuelta).
Poco más tarde y después de haber dado un par de vueltas por el centro, nos despedimos de Dunedin y pusimos rumbo a la Península de Otago. Cierto es, que el camino hasta llegar allí es bastante largo pero los paisajes son espectaculares. De hecho esto fue una de las cosas que más me gustó de todo el viaje. La península de Otago es de visita obligada a menos que no os gusten los animales. Albatros, pingüinos, lobos y leones marinos se suman a un paisaje accidentado repleto de caminatas y playas vírgenes. ¡Ay, Señor… Yo que no sabía ni cual era la diferencia entre un león, un lobo y un elefante marino!
Mi consejo es que le dediquéis tiempo y no lo veáis a la carrera como hice yo. Las colinas ondulantes, las praderas verdes y una sucesión de bonitos pueblos diminutos os esperan. Para quien le guste la bici también tendréis oportunidad de disfrutar de unos paisajes que dejan boquiabierto mientras pedaleais por la Otago Central Rail Trail.
Con ganas de haber pasado más tiempo y poder haber visto de nuevo pingüinos y lobos marinos, dijimos adiós a aquel maravilloso lugar y pusimos rumbo a la zona de Los Catlins. Una región que combina bosques autóctonos y abruptas bahías con caminatas en plena naturaleza y solitarias playas. Nosotros, en concreto, nos centramos en Roaring Bay y Nugget Point. Desde el aparcamiento hasta Roaring Bay son 10 minutos caminando. Allí hay una especie de casita con ventanas que se abren para poder ver a los pingüinos de ojos amarillos que llegan hasta la playa. Está muy chulo pero dos recomendaciones: Prismáticos y paciencia.
Desde el aparcamiento hasta el faro de Nugget Point hay un corto paseo en el que los últimos 100m son con caídas al océano a ambos lados. Me pareció bonito pero si ya habéis visto acantilados chulos y no tenéis demasiado tiempo yo os recomendaría que os dirigierais a otras zonas más espectaculares de Los Catlins. Desde el faro se pueden ver focas, leones y elefantes marinos en las rocas de abajo, a la izquierda, al igual que pingüinos y otras aves. Por desgracia, cuando nosotros llegamos ya estaba atardeciendo y no vimos nada. De regreso pasamos por la playa de Kaka Point mientras se nos hacía de noche conduciendo. Un consejo: La carretera para llegar hasta Nugget Point es estrecha y de piedras. Tened mucho cuidado y conducid muy despacio. A mi me patinaron las ruedas y me llevé un buen susto. Esa noche también recuerdo que unos idiotas que venían detrás, se pusieron a fastidiar con las luces mientras mi compi conducía. Esos no serían los únicos que nos encontraríamos que hicieran esas tonterías tan peligrosas.
Poco después pararíamos a dormir en una playita muy chula entre Te Waewae y Pahía Point. Esa noche mientras hablamos antes de dejarnos dormir, nos acordamos de que el día anterior habían cambiado la hora (en Nueva Zelanda se cambia el último fin de semana de Septiembre y no en Octubre como en España) y nosotros a pesar de que lo sabíamos, no nos habíamos acordado. Ese día viviríamos con una hora de menos sin saberlo.
En Dunedin. El primer desayuno del viaje, como Dios manda El bar estaba genial y el café buenísimo (al igual que la comida). Creo que se llamaba Tangente.
La Catedral de Dunedin. Estaba cerrada y no la pudimos ver por dentro.
The Octagon con la estatua de Robbie Burns. En Dunedin se sienten muy orgullosos de que los fundadores de esta ciudad fueran Escoceses.
La bonita estación de trenes de Dunedin, de estilo eduardiano. Se dice que este es el edificio más fotografiado de Nueva Zelanda.
La península de Otago
La ovejita amamantando al pequeñín
No vimos los Albatros Reales pero le echamos de comer a estos bichos, que por cierto, no sé ni lo que eran
Por el camino me sorprendió muchísimo ver esta “procesión de vacas”. Parecía no tener fin. ¡Nunca había visto nada así!
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Sábado 25 de Septiembre: Omarama- Oamaru- Dunedin
Primera noche en la caravana… ¡Superadaaa! Hacía frío pero lo habíamos llevado bastante bien.
Nos pusimos en marcha después de haber pasado por el supermercado y nos dimos cuenta de que se nos había hecho muy tarde.
Esta vez, era el turno de mi compi; Le tocaba conducir. En seguida le cogió el tranquillo y yo me relajé. Además, me inspiraba mucha confianza ver que parecía mucho más precavido que yo.
Salimos de Omarama y por el camino nos encontramos con un rebaño de ovejas impresionante. Lo mejor de todo es que si yo llego a ir conduciendo, me las llevo por delante. Yo y mi miopía, mi miopía y yo.
Había vivido en Escocia y en Irlanda pero jamás había visto tantísimas ovejas juntas. Era una verdadera pasada. Las ovejas iban haciendo zigzag de forma muy ordenada. No sé, quizás hubiera unas 5.000 ovejas. Más tarde me enteraría de que Omarama era conocida por sus exhibiciones de perros pastores.
Ese día nos detuvimos varias veces por el camino para sacar algunas fotos de los paisajes tan bonitos que teníamos ante nuestros ojos.
A eso de las dos de la tarde llegamos a Oamaru y nos paramos a comer algo. De camino habíamos visto un fish&chips y allí entramos. La gracia fue descubrir que te lo ponían en una bolsa de papel (estilo guarrindongo) aunque te lo comieras allí sentado. No había cubiertos ni platos. Incluso el Kétchup lo comprabas en unas latas como el del tomate frito. Después de haber comido con las manos, nos reímos un buen rato y nos dirigimos hacia el centro.
Oamaru era el lugar de Nueva Zelanda donde se podía ver más fácilmente una colonia de pingüinos enanos de cerca. Aquí podréis encontrar dos especies bien diferencidas: La colonia de pingüinos de ojos amarrillos en la Bushy Beach y por otro lado, la colonia de pingüinos azules. En el caso de los primeros, hay que conducir como unos cinco minutos subiendo por unas colinas hasta llegar a la playa. Luego hay un pequeño paseo que conduce hasta el punto de observación. En este caso, los pingüinos comienzan a llegar sobre las cuatro de la tarde (más o menos dos horas antes de que anochezca) pero aún así, antes de ir debéis comprobar el horario en el i-site porque eso depende de la época del año. El sitio está muy chulo; Es en plena naturaleza y encima es gratis pero es cierto, que es un poco difícil ver bien a los pingüinos porque están bastante lejos. ¡Un punto para mi compi de viaje que se había llegado los prismáticos! Cosa totalmente imprescindible si queréis disfrutar de lo que tenéis delante. También recuerdo que en la caseta de observación habían unos prismáticos para que la gente los utilizara y durante un buen rato hicimos bromas acerca de lo que durarían si eso lo hicieran en España. A mi esas cosas no dejan de sorprenderme. Mientras estuvimos allí, pudimos ver pingüinos, focas y leones marinos. Aunque se vean muy de lejos simplemente por el paisaje vale la pena. Y para quien le pueda interesar, por lo que he leído, la población total de pingüinos amarillos se estima en 6.000 ejemplares y la BirdLife International la considera dentro del grupo de los pingüinos como la especie más rara del mundo. Están completamente protegidos, y además anidan en zonas poco pobladas y bastante inaccesibles de Nueva Zelanda, por lo que su supervivencia, a pesar de que sólo hay 1.500 parejas que pueden criar, no está amenazada. Son de tamaño medio, entre 66 y 70 cm de alto, hasta 8 kg premuda de peso y como su propio nombre indica, su característica principal son sus ojos amarillos.
Finalmente, ese día también fuimos a ver la colonia de pingüinos azules enanos. Justo antes de que anochezca estos animalitos llegan en grandes grupos hasta la antigua cantera de caliza cerca del frente marino, donde los turistas se reúnen a observar cómo estos graciosos seres azules salen del mar, trepan por las rocas y llegan caminando hasta el centro de visitantes, lugar en el que tienen sus nidos. Si se camina hacia allí al atardecer y se espera quieto en el aparcamiento, se pueden ver algunos ejemplares caminando por él mismo. No obstante, yo creo que vale la pena pagar la entrada aunque sea un poco cara (creo recordar que me costó unos $25 con descuento de estudiante). Eso sí, no está permitido hacer fotos ni sacar vídeos para no molestar a los pingüinos.
Una vez dentro, te sientas en una especie de gradas con vistas al mar y cuando la señora comienza a hablar, como por arte de magia comienzan a salir los pingüinos. Mi compi y yo hicimos muchas bromas acerca de la posibilidad de que todo aquello fuera un montaje. Parecía que tocaban un botón y los pingüinos comenzaban a salir de sus camerinos. ¡Parecía un circo! Pero no, aquello era genial. Era la naturaleza en estado puro. Era el reloj biológico de aquellos bichos.
Recuerdo que mientras la mujer hablaba, puse especial interés y me hizo gracia descubrir algunas cosas acerca de aquellos pequeños individuos con esmoquin. Por ejemplo, me enteré que durante la muda los pingüinos pueden perder más de la mitad de su peso corporal, que estos animales pueden dormirse en el mar un par de minutos, entonces se despiertan y se vuelven a dormir mientras flotan en la superficie, que el pingüino enano es el más pequeño del mundo con unos 30 cm de altura y, por último, que los pingüinos sólo se encuentran de forma natural en el hemisferio sur (¿entonces quién los había llevado hasta Nueva Zelanda?).
Finalmente, a los 20 minutos más o menos, la señora que explicaba todas estas cosas dió las gracias y se despidió (como en plan ya se pueden ir marchando). En ese momento todo el mundo comenzó a salir pero nosotros y unos cuantos más nos quedamos. Entonces… ¡Sorpresa! Te dejan bajar y acercarte un poco más. Eso sí, debes de estar muy callado y quieto porque si no se asustan y se van.
Ahora que hago memoria, fue ahí donde se produjo otro de los momentos mágicos del viaje. Algunos de los pingüinos se despistaban del grupo y salían por los lados hacia el muelle, el aparcamiento o la carretera. Yo estaba mirando muy atenta como subían por las piedras y alguno salía y pasaba justo por mi lado. ¡Aquello era increíble! Entonces vi como uno se me acercó, me miró y de repente se me subió a los pies. Se paró unos 10 segundos encima de mí y continuó caminando. No me lo podía creer. ¡Un pingüino me había pisado! Supongo que mis deportivas eran negras y quizás lo confundió con una roca, no lo sé. Me puse loca de contenta. ¿Cuántas personas podían vivir esas cosas? Eran tan graciosos con esa forma de caminar y encima tan pequeñitos. A partir de ese momento, mi compi me bautizaría como "Pingüina".
Esa noche volví al coche con una gran sonrisa en la cara y pusimos rumbo a Dunedin. Aún recuerdo la gracia que me hizo ver por las calles de Oamaru la señal de "Cuidado pingüinos", más que nada para evitar que los coches los atropellaran. Estaba muy cansada y apenas mantenía los ojos abiertos. Ahora me parece una locura haber conducido en esas condiciones. Era un camino muy largo y tocaba hacerlo del tirón (aunque si hubiera sido de día no hubiera podido evitar parar en Moeraki Boulders). Esa noche llegamos a Dunedin y dormimos por fuera del parking de un hotel. Estábamos rendidos pero había merecido la pena: ¡A mi me había pisado un pingüino!
Saliendo de Omarama
El rebaño más grande del mundo (y ahí no se ven ni la mitad de las que eran)
Hacia Oamaru
Oamaru
Bushy Beach
Es una pena que no se vea bien pero las cositas negras que están en la arena son focas y leones marinos.
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Sí, tienes razón. Si llegas hasta Malasia dando saltitos, desde ahí el viaje puede salir tirado de precio .
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Viernes 24 de Septiembre: Queenstown-Omarama
Había llegado mi último día en Queenstown.
Recuerdo que me levanté con una sensación muy rara y un poco triste. Había pasado allí tres semanas y parecía que llevaba media vida. Estaba encantada con todo y no quería irme. Había hecho muy buenas migas con la gente y Nueva Zelanda me encantaba.
En un abrir y cerrar de ojos se había hecho mediodía y tocaban las graduaciones. Había llegado mi momento. La profesora me echó flores y llegado mi turno, intenté ser breve. No me gustaba hablar en público y además estaba tristona.
Ya eran las doce y mi compi me esperaba en la puerta del colegio para ir a comer algo junto con dos compañeros de clase. Esa mañana él se había ido al Kiwi Birdlife Park (demasiado caro para lo que se ve, según me contó) y por la tarde el subiría a La Góndola mientras yo asistía a mis últimas horas de clase.
El tiempo pasó volando y en nada dieron las cuatro. Abrazos y besos para todo el mundo. Salí por la puerta con ganas de poder quedarme mucho más tiempo pero sabiendo que mis vacaciones comenzaban en ese momento.
En nada, nos fuimos hasta el aeropuerto y recogimos la caravana. Había llegado la hora de la verdad. ¿Quién iba a ser el primero en conducir aquel bicho? Ninguno de los dos habíamos conducido un coche automático y mucho menos tan grande. Me entraron los sudores pero me aún así me ofrecí voluntaria. Me puse en marcha e intenté salir del parking del aeropuerto pero terminé dando un par de vueltas en círculo. De camino me fui comiendo a lo bestia todos los resaltos y aún puedo ver la cara de susto que ponía mi compi que, encima, jamás me había visto conducir ¿Qué estaría pensando? Ahora lo recuerdo y no puedo parar de reírme. Aquello fue desastroso.
Las carreteras hacia Milford Sound estaban cortadas por mal tiempo y no podíamos llegar hasta allí. Ese era el primer punto de nuestro itinerario así que tocó cambiar la ruta sobre la marcha. Decidimos empezar al contrario y nos pusimos en carretera. Recuerdo que yo iba muy concentrada y mi compi cada dos por tres me preguntaba "¿Vas bien?"
Había un ruido insoportable que no paraba y no sabíamos lo que era. Las luces en el panel indicaban que llevábamos alguna puerta abierta pero resultó que aquello no funcionaba bien. Poco después descubriríamos que el dichoso ruido venía de la manguera de la ducha que se había descolgado e iba golpeando con todo. ¡Aquello parecía el coche de los payasos!
Pronto se hizo de noche y tocó parar a comer algo. Estábamos en Omarama (lugar que no tenía nada pero por el que pasaríamos varias veces durante nuestro viaje) y decidimos buscar algo que echarle al estómago. Desafortunadamente, todo estaba cerrado así que después de un buen rato terminamos en una gasolinera comprando algo. Esa noche dormiríamos en un aparcamiento justo al lado de la carretera.
Aún recuerdo lo mucho que me sorprendió el poco espacio que había en la caravana. No parábamos de reírnos y de hacer bromas. Nos habían dado un paquetito donde venía cositas para limpiar y preparar café todo junto. ¡Qué prácticos eran! Mi vaca no cabía en ningún lado. ¿Dónde iba a meter mi maleta? Hacía frío y no había calefacción. Tocaba acurrucarse como pudieramos. Tocaba dormir en Omarama.
De ese día no tengo fotitos pero he encontrado una de mis compañeras del cole que hizo paracaidismo en Queenstown. ¡Mirad que chulo!
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Os dejo la noticia que al igual os interesa.
Además yo sé que a Iker le gusta mucho Air Asia
http://etravelblackboard.com/article/110669/airasia-launches-exciting-new-services-to-new-zealand
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Umm, yo no he estado en Galicia (de hecho España es el país que menos conozco ), pero no creo que se parezcan. En todo caso se da un ligero aire a las Highlands (Escocia), pero a lo bestia y muchísimo más bonito. Así que nada que ver.
Sí, tienes razón. Yo sólo pude visitar los principales puntos turísticos y no todos.
No, yo no tuve ocasión de visitar ninguna de las pequeñas islas. Las principales son Steward Island (el único sitio donde aún se pueden ver Kiwis en libertad) y Chatham Islands (el primer lugar habitado más allá de la línea internacional del cambio de fecha). Para llegar a Steward Island no tendrás problemas (ya expliqué cual es la mejor forma en uno de los post del principio) y para llegar a las Chatham si está complicado (650$ ida y vuelta con Air Chathams. Air New Zealand también opera con reserva).
Independientemente de las Islas que pertenecen a Nueva Zelanda, lo que suele hacer todo el mundo es visitar algunas otras que se encuentran en el Pacífico como Fiji, Salomon o incluso Nueva Caledonia. Todo esto viene muy bien explicado en el foro de Lonely Planet.
A mi NO me parece una gilipollez, todo lo contrario . Pon "Fiji Island" en google imágenes para que veas
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Cuando estuve allí me harté de escuchar esto así que aquí os lo dejo . Si os gusta el rugby esto os sonará .
Es el himno nacional de Nueva Zelanda: God defend New Zealand
Como curiosidad decir que el himno tiene 5 versos en inglés y en maorí y generalmente, solo se canta el primer verso en inglés y/o maorí, seguido del siguiente verso en el otro lenguaje. Durante los eventos deportivos se suele cantar en maorí primero y después en inglés.
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Si te sirve de consuelo yo no lo hice, lo hizo mi compi de viaje .
Es bastante caro pero merece la pena. El Nevis es el tercer salto más grande del mundo. ¿Qué mejor sitio si quieres practicar puenting? Los paisajes son espectaculares.
En sudáfrica, sobre el río Bloukrans, está el salto más alto del mundo (216m) pero por lo que he visto el entorno no es tan bonito.
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UN POCO DE CULTURA MAORÍ
Las leyendas cuentan que Nueva Zelanda fue pescada en el mar.
En realidad, Nueva Zelanda fue el último trozo de tierra descubierto en el mundo haciendo del, el país más joven sobre la tierra.
(Este país no necesita ni promocionarse. Me encanta la cancioncita )
http://www.youtube.com/watch?v=eh-0knDpn5g&feature=player_embedded
LOS ORÍGENES DEL MUNDO
Según la historia maorí de la Creación, al principio sólo existía el vacío, luego vino la noche y después aparecieron Rangi-nui y Papa-tu-a-nuku (padre cielo y madre tierra), unidos en un abrazo con sus hijos. Pero sus hijos se ahogaban en la oscuridad de aquel abrazo e intentaron separar a sus progenitores. Entonces, Tane-mahuta, dios de los grandes bosques y de la humanidad, apoyó los pies en su padre y la espalda en su madre y, lenta pero inexorablemente, comenzó a distanciarlos. Entonces surgió el mundo de la luz, de los semidioses y los humanos.
Poco después, utilizando la isla sur como una canoa, Maui (un antepasado semidiós arrojado al mar al nacer), lanzó un anzuelo para pescar a Te Ika: La Isla Norte.
Así se creó Nueva Zelanda
http://www.youtube.com/watch?v=9sEZ-wdFegU&feature=player_embedded
NUEVA ZELANDA: ENTRE FIORDOS, GLACIARES, VOLCANES Y ORCOS DE MORDOR
en Más allá del interrail
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Gracias, Javi .
¡A por el siguiente capítulo!