forteviajero

A mí sí que me gustó, pero si me tengo que quedar con una ciudad, esa es Roma

S.P.Q.R. forever

Ay... TOMP... que mala es la envidia

Supongo que me pasó por comprarlo el día de antes y ser una fecha (jueves santo) muy concurrida.

Para próximas ocasiones me traeré el billete impreso desde España

jajajaj, que gracia me ha hecho tu frase "si no hay asientos que no vendan mas billetes". A ti te queria ver tirado en milan sin poder llegar a florencia porque no venden mas billetes... jejejeje.

Sinceramente es incomodo, pero es una ventaja que haya billetes aunque tengas que ir depie.

Pues yo prefiero que no vendan, sinceramente. Encima te cobran lo mismo que con plaza.

JUEVES, 20 DE MARZO

Inicio mi tercer día de este viaje en solitario por tierras italianas. Y lo hago con uno de esos madrugones que pasan a la historia... ¡A las 5 de la mañana, arriba! Al final me sobra tiempo y todo Me pongo la tele y veo 'Saber y ganar', ¿alguien conoce ese programa? Un poco de cultura para empezar el Jueves Santo. Aprendo, por ejemplo, que la contraseña que utilizaron los ingleses en el desembarco de Normandia, en 1944, fue 'Mickey Mouse'. O que Fuenteobejuna está en la provincia de Córdoba.

Con veinte minutos de adelanto, cojo las maletas y me bajo a la estación de tren. Todavía no ha salido el sol. Hace frío, pero con mi bufanda y gorro romanos, lo resisto. En las próximas horas me espera un cúmulo de despropósitos que no podía imaginar. Dios no se apiada de mí ni habiendo madrugado ni visitado tantas y tantas iglesias.

Cojo el tren Bérgamo-Milán. El vagón se para en todas las estaciones que hay, como siempre, incluida la anterior a Milano Centrale. Yo voy escuchando mi mp4 cuando, de repente, observo que más gente de la cuenta se baja del tren. En ese momento me quito los cascos y entra un revisor. Dice (o al menos entiendo yo) que para ir a la estación central debemos cambiarnos al binario 1.

Cojo mis bolsas y maleta rápidamente, me bajo, cruzo el pasaje subterráneo hasta la otra punta, subo al binario 1 y... no hay ningún tren. Ni si quiera el cartel anuncia Milano Centrale. Me mosqueo mucho, cuando escucho por megafonía que para ir a mi destino tengo que salir del binario 12. Corriendo otra vez, hasta la otra punta, con el cague de no llegar a tiempo.

Pero sí, por las justas, pero llego al pu... tren que me llevará con retraso a la estación central de Milán. Por si fuera poco, me esperaba otro despropósito, no sé si peor aún.

En mi billete ponía que el asiento no estaba garantizado. Yo creía que eso significaba que me sentaría en cualquiera que quedara libre, al haberlo comprado en Bérgamo. En Milán, me acerco a la oficina de información para preguntar por esto y también por cuál es el tren, ya que en el panel de salidas no lo encuentro. Resulta que me tengo que subir al Eurostar que va hasta Nápoles haciendo paradas en Bolonia, Florencia (mi destino) y Roma (mi ciudad ).

Con este panorama, me subo a una 'carrozza' de segunda clase y me siento en la butaca que hay al lado de los baños, de fila única. Faltan unos veinte minutos para que, a las 8, arranque el tren. Pido a Dios que nadie venga y me eche pero... fue pensarlo y ocurrir. Un hij... me desaloja y tengo que pillar la maleta y salirme como los apestados al pasillo que une los vagones. Yo y medio tren, porque estábamos un montón de gente y no sólo en este rellano...

De verdad que no salgo de mi asombro. El tren arranca y pasa una hora, otra y otra... así hasta tres, porque encima llega con algo de retraso. Acabo de realizar mi primer gran viaje en tren ¡de pie! Me parece increíble que estas cosas ocurran: si no hay plazas, no vendas más, joder.

En Bolonia se bajó más gente y pude coger un asiento pero... también se subieron más personas y de una de ellas era mi plaza. Así que vuelta al pasillo, a ver y sufrir a la gente que no paraba de pasar de un lado a otro, al baño, al bar... en definitiva, a jodernos a los ya de por sí jodidos que estábamos allí. En fin, sin comentarios.

Por fin estoy en Firenze, la cuna del Renacimiento, esa ciudad de la que tan bien hablan todos. Maleta en mano, me voy en busca de mi hotel. El suelo está un poco mojado, parece que acaba de llover. Lo primero que veo es la basílica de Santa Maria Novella. La fachada es muy bonita.

Pero no me quiero entretener mucho, porque prefiero llegar al hotel cuanto antes y poder dejar la dichosa maleta. Es lo que hago, pero en consigna, porque hasta las dos no tendré disponible la habitación. Son casi las 12 horas y no he comido nada desde mi madrugón. Así que caen unos bollos que me compré anoche en Bérgamo.

Lo hago en el Ponte Santa Trinita, desde donde veo el famoso Ponte Vecchio. Seguidamente me voy a la calle Tornabuoni, que empieza en ese mismo puente. Es la calle de las tiendas fashion. Entro en la iglesia de Santa Trinita y a callejear.

Yo, con el Arno y el Ponte Vecchio al fondo. También se ve la torre del Palacio Vecchio.

Porches del edificio de Correos, repletos de vendedores de flores y plantas.

Tras andar un poco, por fin llego a la Piazza del Duomo. Lo primero que veo es el Campanille. Es impresionante, muy alto, precioso, armonioso. Me quedo sin palabras para describir algo tan súmamente bonito.

Una de las primeras fotos que hice al Duomo, Campanille y Baptisterio.

Lo alto del Campanille, adonde puedes subir previo pago y quinientas escaleras.

Fachada principal del Duomo.

Paseo por la plaza, hago foto, alucino... Hasta veo un carruaje tirado por caballos que lleva a una pareja de recién casados... japoneses. Hay cola en el Duomo y decido no entrar. Me voy hacia la Piazza della Signora, que está a pocos pasos. Allí se encuentra el Palacio Vecchio, que también me impresiona.

Vista del Palacio Vecchio, realmente impresionante.

Piazza della Signora, con la copia del David de Miguel Ángel a la derecha.

La loggia de la piazza, que está llena de estatuas originales.

Se acerca la hora de comer y quiero hacerlo antes de ir al hotel. No me lo pienso mucho y me siento en una de las terrazas que hay en la plaza, en un restaurante típico de turistas donde el camarero hace de comercial, la comida no es para tirar cohetes y la cuenta no encaja con lo que has consumido. Pero como estoy cansado, hambriendo y me apetece comer contemplando el palacio, me acomodo al lado de una pareja de japoneses que, como yo, desafían el frío.

Yo, durante mi primera comida en Florencia, bajo el Palacio Vecchio.

Sobre las 14 horas me dirijo hacia el hotel. De camino, atravieso el Mercado Nuevo, repleto de puestos que venden bolsos, cuero, etc.

El mercado, lleno de turistas.

También paso por la entrada del Ponte Vecchio, que está abarrotado de gente. Así que ni me acerco, aunque sí hago alguna fotico. También del río Arno y las casas que se asoman a él. Son muy bonitas.

Vista de Florencia y el Arno.

Mi hotel está al lado del Ponte Santa Trinita, es decir, a dos pasos del Ponte Vecchio y los Uffizi. La habitación es impresionante, tiene hasta hidromasaje. Y el precio no es nada alto. Es una triple, muy grande, que reservé vía Internet. Me pego un baño y una siestecita antes de seguir descubriendo la ciudad.

Atardecer en Florencia.

A media tarde, me voy del hotel, pero antes, reservo una noche más. Están llenos pero me guardan una habitación en otro albergo asociado. Por tanto, elimino de mi planing de viaje el día que tenía previsto dedicar a Verona. De ahí, directo a la estación de tren a comprar el billete de vuelta para el sábado (con asiento) y enviar un mail para cambiar la reserva de Bérgamo, reduciendo una noche.

Lo que resta de día lo dedico a callejear. Paso por la zona del Duomo, lo veo iluminado, también por la basílica de San Lorenzo (a la que entro pero veo muy mal por falta de luz), etc.

El Duomo, iluminado.

Estoy un poco aturdido, supongo que por la siesta, el madrugón, la paliza del día... Cuando son casi las nueve, decido volver al hotel. Mi idea es pillar algún trozo de pizza y subirla a la habitación. Pero cerca del Palacio Vecchio, entro en una pequeña tratoria y ceno como Dios manda: un plato de pasta y escalopines con funghi.

De camino, paso por el Palacio de los Uffizi, para localizarlo porque al día siguiente quiero visitarlo.

Los Uffizi, por la noche.

A ver si puedo escribir hoy el siguiente día

En la guía que tengo yo, pone, sobre el duomo de Milán, lo siguiente: "es el tercer templo católico más grande del mundo". Yo creo que la basílica de San Pablo de Londres no será católico, por tanto, las dos más grandes serían el Vaticano (San Pedro) y la catedral o Giralda de Sevilla

Una pregunta Forteviajero...

 

Después de empezar a leer tu diario, dudo en si empezar mi ruta por Italia desde Milan o desde Bérgamo...

 

La verdad es que no me había planteado pasar por Bérgamo, pero la pintas con tanto encanto que me estoy planteando empezar mi interail por esta ciudad.

 

Así que... tu que eres experto en Italia... Bérgamo o Milan...

 

Gracias por tu diario!

 

Hola!

Pues depende... Si a la vuelta coges el avión en Bérgamo por la tarde, casi con ir la última noche sobraría. Si no, pues a la ida.

 

 

Gracias!

 

Mi intención es empezar la ruta por Milan (o Bérgamo ??) e ir hacia Roma (donde cogería el avión de vuelta).

 

Bueno... gracias por tus comentarios!

En ese caso, mi consejo es que nada más llegar al aeropuerto pilles el bus a Bérgamo (te deja en quince minutos). Si es por la mañana, te puedes volver a Milán a domir y si es por la tarde, puedes hacer noche en Bérgamo y al día siguiente ir a Milán (una hora en tren).

P.D.: Carlosevilla, descuida que volveré a Sevilla, es una ciudad que me encanta

La catedral de Sevilla es la catedral de sevilla, la torre se llama la Giralda, el nombre de la catedral de Sevilla, es santa iglesia metropolitana catedral de sevilla, popularmente se conoce como catedral de Sevilla para algo han puesto el nombre

Bueno... ya me habías entendido y no iba desencaminado

Una pregunta Forteviajero...

 

Después de empezar a leer tu diario, dudo en si empezar mi ruta por Italia desde Milan o desde Bérgamo...

 

La verdad es que no me había planteado pasar por Bérgamo, pero la pintas con tanto encanto que me estoy planteando empezar mi interail por esta ciudad.

 

Así que... tu que eres experto en Italia... Bérgamo o Milan...

 

Gracias por tu diario!

Hola!

Pues depende... Si a la vuelta coges el avión en Bérgamo por la tarde, casi con ir la última noche sobraría. Si no, pues a la ida.

q guapo io, la catedral de Milán es la tercera en extensión, la primera es el vaticano y despues venimos nosotros con la catedral de Sevilla, no la Giralda

La Giralda es la torre, pero se le llama así a la catedral, ¿no?

MIÉRCOLES, 19 DE MARZO DE 2008

Comienza el viaje propiamente dicho, porque ayer apenas fueron unas horas. Minutos después de las 7 horas de la mañana suena mi despertador (el móvil) y me levanto poco después. Es curioso, con lo que me cuesta madrugar normalmente y lo fácil que me despierto cuando viajo

Bajo al desayuno, que está en el sótano y me da buena impresión. Tampoco es que haya comida en exceso, pero la variedad es correcta. Me tomo mi cafecito, algo dulce, un minibocata de embutidos... y me voy a patear las calles de Bérgamo.

Mi hotel, sencillo pero muy bien ubicado, al lado de la estazione.

La impresión que tuve anoche se va de mi cabeza: no es una ciudad fantasma. Hay muchísima gente que va de un lado para otro, con prisas. Unos a estudiar, otros a trabajar... No me extraña porque son las 8 horas de la mañana y es día laborable. También compruebo que hay mucho tráfico.

Mi tren a Milán sale a las 9:44 horas, así que dispongo de una hora para ir adonde quiera. En este momento, por cierto, me doy cuenta de que me he dejado la llave de la habitación dentro de la habitación.

Vista de la Città Alta de Bérgamo desde la calle Giovanni XXIII.

Voy paseando hacia los pies de la Città Alta, pero no llego a subir porque me parece que no tengo tiempo suficiente. Me limito a andar, ver, observar... Del hotel me dirijo por la calle Juan XXIII, el 'papa bueno', que nació en Bérgamo. En línea recta, se une con las calles Vittorio Emanuele, viale Roma, etc. Estas calles están repletas de entidades bancarias.

La torre de la foto se llama 'Torre dei Caduti'. Data de 1924, cuando fue inaugurada por Mussolini.

Una plaza céntrica de Bérgamo, con la 'Torre dei Caduti', que alberga un banco.

A las 9 comienzo a volver hacia la estación, pero antes entro al hotel (que está al lado) para avisar de que me dejé las llaves dentro de la habitación Paso por taquilla, compro el billete y me voy al binario a esperar a que llegue el tren que me llevará en una hora hasta el centro de Milán.

Vista de la estación de ferrocarril de Bérgamo.

El viaje cuesta 4,10 euros y sirve para seis horas tras su validación... o eso creía yo. En el binario 5, esperando, le pregunto a una chica si éste es el tren de Milano Centrale. Me dice que sí, que saldrá a las 9:44 horas. Al igual que ella, me monto y me siento en el piso de abajo. Aún faltan quince minutos para que salga y me doy cuenta de que no he marcado el billete en las dichosas maquinitas amarillas

¿Qué hago? Pues como tengo tiempo suficiente, decido ser bueno y precavido y bajar hasta los pasajes subterráneos a validar el dichoso billete. Mientras subo, escucho un pitido. ¡Sustoooo! Las puertas del tren se cierran y se empieza a mover... ¡No puede ser! Aún faltan diez minutos... ¡Qué acojone! Ya me veía esperando al siguiente por no sé qué razón.

Pero el susto se quedó en eso, en un susto. Aunque viendo las caras de muchos no sólo me pasó a mí Finalmente se vuelven a abrir las puertas y yo y el resto de viajeros nos subimos rumbo a Milán. Por el camino, por fin, consigo ver un poco el entorno que rodea a Bérgamo, con altas montañas y picos nevados.

Estación central de Milán, adonde llegó el tren de Bérgamo.

Puntual, llego a Milán. La estación central es muy grande. Tiene muchísimos andenes, bajo unas cubiertas inmensas. Los vestíbulos también son enormes y están en obras. Se ve que la estación se encuentra inmersa en una profunda restauración.

Exterior de la estación central de Milán.

Nada más salir, bueno, dentro también... las fotos de rigor. Bebo agua en una fuente, saco el mapa y rumbo al Duomo. No cae lejos, pero teniendo en cuenta lo grande que es Milán, me espera una buena caminata. En la sombra hace casi frío y en el sol, calorcito.

Me da la impresión de que Milán es una ciudad de contrastes. Por un lado, viejos edificios que se entremezclan con rascacielos, un tranvía con aspecto antiguo...

Vista de una calle de Milán, próxima a la estazione.

También cruzo algunas de las calles más 'chic' de la ciudad, repletas de esas tiendas donde el artículo más barato cuesta uno o dos sueldos de los nuestros... esas que siempre veo vacías y con japonesas en el exterior haciéndose fotitos... A pesar de todo, la zona tienen su encanto, porque son calles peatonales, empedradas...

Una de las tiendas de la via della Spiga.

Ya estoy muy cerca del Duomo y todo su entorno. De hecho, veo de refilón la Galería Vittorio Emanuele. A la plaza entro por un lateral y me quedo impresionado de lo inmenso que es el Duomo. Creo que se trata del tercer o cuarto mayor templo de la cristiandad, por detrás de San Pedro en Roma y la Giralda de Sevilla.

El Duomo de Milán.

Es una pasada. El color tan blanco, las figura y demás relieves... Realmente, una maravilla para la vista. La plaza que lo rodea también es muy grande y está llena de gente, demasiada gente, la mayoría turistas. Rebosa vida, también multitud de personas ganándose la vida vendiendo un poco de todo y, en ocasiones, dando la murga.

Uno, nada más acceder a la plaza, se propuso acoso y derribo contra mi persona. Yo ya empiezo a estar acostumbrado y a la mínima de cambio siempre digo no antes de que vengan o hablen. Pero el de las pulseritas quería endosarme una a cualquier precio, incluso gratis, porque me la puso encima del brazo (mientras caminaba y huía) y me dijo "free, free". Me puso de muy mala leche.

Ahora, el Duomo por dentro.

Volviendo al tema del Duomo... lo dicho, bello por fuera, muy bello. También por dentro, pero realmente es un templo oscuro, apenas entra luz del exterior y la artificial más bien escasea. Salgo por uno de los laterales, esquivo a más vendedores y me dirijo hacia la Galería.

Interior de la Galería Vittorio Emanuele.

Este espacio me gusta mucho, no tanto por las tiendas o comercios que acoge sino por lo armonioso y elegante que es. También impresiona mucho al verlo. Hay tiendas de ropa cara, de ropa muy cara, restaurantes caros, muy caros, cafés donde te sablan... Aunque el repertorio tampoco es muy amplio. Lo mejor, sin duda, el propio edificio.

Teatro della Scala.

Salgo de la galería por la plaza de la Scala, donde está el famoso teatro. Las guías dicen que por dentro es impresionante. Pero por fuera, ni fú ni fá. Aprovecho para sentarme en un banco y mirar un poco la guía. Se acerca la hora de comer y leo que al lado hay un sitio donde preparan unos pasteles-bocadillos rellenos que son muy populares entre los jóvenes.

Mi primera comida en Italia fueron unos panzerotti.

Cuando lo encuentro, me pongo en la fila y compro dos rellenos de mozzarela y jamón york, con un botellín de agua. Ésa es mi comida de hoy y me cuesta 6 eurillos. Me los como mientras doy una vuelta por la zona. Me acerco también hasta la piazza dei Mercanti, junto al Duomo, un lugar que también me gusta mucho.

Plaza del antiguo mercado, cerca del Duomo.

Mi tiempo en Milán se agota y antes de la cuenta. Estoy cansado y no me apetece ver nada más. Realmente todo lo que he leído de que esta ciudad se merece media mañana, en mi caso, es verdad. Seguro que tiene infinidad de cosas para pasar más rato, pero yo decido volverme hacia la estación y despedirme para siempre. De hecho, no he pisado los testítulos al toro que hay en el suelo de la Galería, 'condición' ineludible para regresar a Milán

Vista del castillo de Milán desde una calle que atraviesa el tranvía.

Antes de irme, atendí a una chica que estaba recaudando fondos para una ONG de ayuda a refugiados, patrocinada por Angelina Jolie. La escuché porque me habló en castellano, pero después de todo el rollo le dije que mi cuota de solidaridad ya la cumplo mes a mes pagando el apadrinamiento de dos niños.

De camino, entro en una iglesia (a verla y de paso descansar un poco). Ya en la estación, llevo intención de comprar los billetes para ir a Milán y Florencia al día siguiente. Pero la cola es muy larga, son las 14:15 horas y justo en cinco minuto sale el tren a Bérgamo. Así que me voy pitando a los binarios y me subo.

A la ida, nadie me pidió el billete. Pero a la vuelta, sí. ¿Y qué billete enseñé? Pues el mismo que utilicé para la ida, porque como escribí antes, valía para seis horas... o eso creía yo. Resulta que interpreté que esa validez era como la de los buses urbanos, para hacer cuantos viajes quisieras... Pero no, así que, justo antes de llegar a Bérgamo, me tocó pagar multa o lo que fuese por valor de casi 10 euros

A las 15:30 horas ya estaba en el hotel. Lo primero que hice fue meter en agua caliente los pies, que estaban un poco resentidos de la caminata de Milán. También me tumbé a descansar un poco, antes de subirme a la Città Alta. Pero la siesta se alargó más de la cuenta y me deperté como dos horas después

Basílica de Santa María la Mayor (pórtico de la izquierda) junto a la capilla Coleoni.

Subo en autobús, que cojo desde la estación de tren, donde paran todos. Ya apenas hay sol, así que hago muy pocas fotos, las dejo para la visita del último día. La panorámica desde lo alto de esta colina de más de trescientos metros de altura y amurallada son increíbles.

Me adentro por la ciudad vieja y me encanta. Tiene mucho encanto, a diferencia de Milán. El Duomo está cubierto de andamios, aunque la cúpula tampoco me llama la atención. La plaza Vecchia sí es bonita, con la torre Civica, que está cerrada. Además, las callejuelas están llenas de comercios de todo tipo, muchos con productos gastronómicos de la zona, como vino o queso.

Uno de los comercios de la calle Gombito.

Es hora de cenar, así que me fijo en las cartas de los restaurantes y tratorias. Al final, me siento en una especie de pórtico de columnas, al aire libre, con estufas de estas que calientan las terrazas. Me como un plato de casoncelli bergamaschi, unos ravioli de carne y queso que me saben buenísimos, con forma rectangular. También me tomo mi primer capuccino del viaje.

A las 20 horas o así termino de cenar y me dispongo a regresar al hotel, también en autobús. Lo pillo al lado de la estación del funicular, que está cerrado hasta finales de mayo. En veinte minutos o antes llego al hotel, tras pasar por la estación de tren a pillar los billetes de Bérgamo a Milán y de Milán a Florencia. Hay que irse pronto a dormir porque el primer tren del jueves lo cojo a las 6 horas... Me espera un buen madrugon

Gracias!

A ver si esta tarde-noche hago un hueco y pongo el segundo día, que es mucho más interesante y ya tengo foticos.

Ciao!

jejejeje que malo eres TOMP!!

Bienvenido a casa!! Espero que hayas saciado tu mono de viaje hasta el próximo!!

 

Te sigo con el diario!

bueno, saciar saciar... pero la vuelta es muy dura y mañana cuando esté en el trabajo no te quiero contar

En el siguiente capítulo ya habrá foticos, porque el día que llegué no hice porque era de noche y apenas di una vueltilla

jajajaja dile que no se lo tome a mal... cambio sevillistas por sevillanos

Yo no he hecho el inter pero acabo de volver de mi primer viaje (cinco días) en solitario. Y el balance es muy positivo. Sobre todo en las comidas es cuando más hechas de menos una buena conversación... pero ciertamente, tienes total libertad para hacer lo que te dé la real gana. Y el tiempo te cunde mucho más... Con esto sólo quiero decir que, si por ir solo vas a dejar de viajar, lánzate a la aventura. Además, fijo que conoces a gente. Yo estuve hablando con muchos españoles e incluso con una mejicana que estaba recorriendo Europa... Mi idea es repetir esta experiencia

qué bien se lo monta esta pareja de sevillistas Yo también quiero leer ese diario de Turquía

MARTES, 18 DE MARZO DE 2008

Llego al nuevo y flamante aeropuerto de Zaragoza (el mismo pero con distinta terminal, más grande, más moderna, más 'bonita') y el avión sale más o menos puntual. Va lleno, llenísimo. Se nota que estamos en Semana Santa y casi todos queremos viajar.

Llego puntual (incluso antes de tiempo) a Orio al Serio, el aeropuerto internacional de Bérgamo y uno de los cuatro que hay en esta zona (dos en Milán y otro en Brescia). Tras coger la maleta en pocos minutos, salgo al vestíbulo del aeropuerto.

Veo una oficina de turismo y me acerco a preguntar por el autobús para llegar hasta Bérgamo. La chica habla castellano y me lo explica sin ningún problema. Además de darme un mapa, me vende el billete. Cuesta 1,65 euros y sirve para viajar durante 90 minutos.

En cuestión de quince minutos ya estoy en la parada de la estación de trenes. Desde el autobús ya veo el hotel, porque está al lado, donde comienza la calle San Giovani XIII, el 'papa bueno' que nació precisamente en Bérgamo.

La primera impresión es de inseguridad, porque está todo bastante oscuro, hay gente 'rara'... y llevo la maleta y la bolsa conmigo, además de dinero y esas cosas. Vamos, que soy carne de cañón para ladrones

Pero llego al hotel sano y salvo, entero y de una pieza Tras dejar la maleta en la habitación, pasar por el baño y cambiarme de ropa, me voy a dar una vuelta. La calle está mojada, ha llovido. Hace frío, pero nada que pueda remediar un buen abrigo y un gorro y bufanda que me compré en Roma el pasado diciembre.

Apenas hay gente por las calles. Parece una ciudad 'fantasma'... y son las nueve y media de la noche. Casi todos los locales están cerrados y de los pocos que veo, ninguno me convence. Así que decido dar media vuelta y volver al hotel.

Incluso pienso en irme directamente a dormir, sin cenar... Pero veo un McDonals al lado del hotel y decido entrar, con la idea de pillarme algo y subirlo a la habitación. Pero en la fila recapacito y paso. Me voy al restaurante del hotel que también tiene pizzas.

Me pido un agua y una caprichosa. Es grande y está buena, pero después de haber estado muchas veces en el trastevere de Roma... ya nada es lo mismo Termino de cenar a las diez y cuarto y me marcho a dormir.

Al día siguiente, el tren me llevará hasta Milán

Hola a todos era más agradable saludar desde Florencia... pero bueno, así es la vida, lo bueno dura poco

Ya estoy por aquí así que poco a poco iré escribiendo el diario, a ver si os gusta. Por supuesto, con muuuuuchas foticos y hasta vídeos

Forteviajeroooo:

Que suerte tienes de estar alli ahora, que sepas que nos das mucha envidia a los que nos hemos quedado sin vacaciones

Tranqui, ya nos colgaras fotos a la vuelta, ahora dedicate a disfrutar al maximo jeje.

te seguimos, besotes

buona sera!

acabo de disfrutar de mi ultima comida en Florencia hoy el dia esta gris, a ratos sol, pero al menos no diluvia como ayer...

a primera hora de la tarde cojo el tren a Milan y de ahi a Bergamo, a donde llegare sobre las ocho y media o asi. Estoy en internet porque tengo poco rato y para irme a cualquier sitio se me queda escaso, asi que me meto en un ciber y paso el tiempo.

A ver si a lo largo de la semana que viene transcribo el diario y cuelgo fotos por capitulos, aunque hasta el miercoles andare algo liado.

Ciao!!

buon giorno!!

cuando vuelva a Spain colgare muchas foticos y el diario, ahora no puedo.

Hoy hace peor dia en Florencia. Y me he pegado tres horas para entrar en los Ufizzi

A ver lo que tengo que esperar para ver el David. Si es mucho, igual lo dejo para mi proximo viaje a Firenze.

Bueno, que os dejo que voy con la maleta, me cambio de hotel porque el de esta noche ya estaba lleno.

Ciao!

buon giorno!!

cuando vuelva a Spain colgare muchas foticos y el diario, ahora no puedo.

Hoy hace peor dia en Florencia. Y me he pegado tres horas para entrar en los Ufizzi

A ver lo que tengo que esperar para ver el David. Si es mucho, igual lo dejo para mi proximo viaje a Firenze.

Bueno, que os dejo que voy con la maleta, me cambio de hotel porque el de esta noche ya estaba lleno.

Ciao!

jajajaja hola!!

Acabo de ir a la estacion a comprar unos billetes y tenia que mandar un correo para cambiar una reserva de alojamiento...

Por cierto, ahora os escribo desde Firenze!! Resulta que cambie el viaje para hacer una noche y ahora lo vuelvo a cambiar para hacer otra mas, sacrificando Verona...

Bueno, a la vuelta os cuento, que trato de escribir el diario todos los dias.

Ciao!!

P.D. Espero que esas envidias sean sanass

Hola foreros!

Os escribo desde Bérgamo, ya estoy por aqui en esta aventura en solitario que me trae hasta mi Italia querida Si puedo escribiré algo durante el viaje, pero espero no tener tiempo y disfrutar al maximo de todo. Si no es durante, a la vuelta, prometo diario y foticos. Ciao!

Muchas gracias por todos los comentarios.

 

Me voy de ruta por Italia este verano y me han ido genial vuestros consejos sobre alejamientos en Roma!

 

Lo tendré en cuenta!

 

Por cierto... ¿para hacer una visita digna a Roma, cuántos días debo reservar?

 

Muchas gracias!

bueno, eso de 'digna' es muy relativo...

Yo he ido ya cuatro veces (cinco días como mucho en cada viaje) y aún pateando todo bien, me faltan muchas cosas por ver. Pero vamos, yo creo que, como primera toma de contacto, tres-cuatro días puede estar bien. Aunque seguro que regresas a casa con ganas de volver a la eterna.

Creo que vuestro diario es el que mejor fotos tiene de toda la página No tengo palabras. ¡Quiero ir a los Alpes!