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xurgell

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  1. Pues la verdad es que nuestro primer día en Kyiv fue bastante decepcionante, nos quedamos con muy mal sabor de boca. Por suerte nos quedamos dos días más, y descubrimos unas cosas... jamás me hubiera perdonado perderme algo así, ya os contaré lo que vivimos el tercer día.

     

    En cuanto a los precios de los nocturnos, el Varsovia - Kyiv nos costó unos 50€, de los cuales más o menos 15€ eran por el Varsovia-Cracovia, así que el Cracovia-Kyiv deberían ser unos 35€, fíjate qué regalazo. Claro que tuvimos que pagar 16€ extras por una nueva reserva, pero aun así es muy barato para ir en un compartimento para dos nosotros solos.

     

    El resto de nocturnos en Ucrania eran súper baratos. Siempre pillábamos compartimentos de 4 y nunca nos costó más de 15€ el billete, jeje :-)


  2. La guía la venden actualizada. En principio saca una cada mes y luego además una cada estación (primavera, verano...). En todos los casos siempre te pone país por país para qué periodo valen los horarios, por eso es muy fiable. Antes de comprarla comprueba que los horarios son válidos para las fechas que tú vas a estar y listos. Generalmente las operadoras europeas tienen como dos temporadas que empiezan y acaban en abril y en octubre, aunque muchos países son la excepción: mientras para Alemania o Francia ya puedes consultar horarios hasta dentro de 7 meses, para España no te deja mirar más allá de mes y medio.


  3. DÍA 5

    (primera parte)

     

     

    A la 1:25h de la noche llegamos a la impronunciable estación de Przemysl, la última antes de la frontera ucraniana. Allí nos hicieron bajar todo sobados con las mochilas y cambiar de tren al que había en el andén de enfrente. La estación estaba llena de policías y sospechamos que iba a pasar un buen rato antes de cruzar definitivamente la frontera.

     

    Entramos en el nuevo tren y nos quedamos boquiabiertos. Aquello era como el típico tren ruso de lujo con sus cortinitas con bordados, todo enmoquetado, las literas de terciopelo (o de cierto pelo), y un camarote doble para nosotros solitos. Increíble. Lo malo es que empezó la burocracia nada más entrar al tren y nos tuvieron dos horas entre frontera y frontera ya que, primero pasa la policía polaca y entonces el tren cruza a Ucrania donde, en la primera estación sube la policía ucraniana.

     

    Desde hace un par de años los ciudadanos de la UE no requieren de un visado para estancias inferiores a tres meses, así que sólo debimos rellenar una tarjeta de inmigración doble. Nos pusieron el sello en el pasaporte y nos sellaron también la tarjeta, quedándose la mitad como registro de entrada. Si al salir del país no presentábamos la otra mitad para el registro de salida, se nos caía el pelo. Eso nos advirtió la cachonda policía con uniforme sexy, mariposas pintadas en las uñas y un iBook que nos registró.

     

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    Pasillo de nuestro coche de literas. La foto no le hace verdadera justicia.

     

    Por fin, a las 3:30h de la noche se acabaron todos los controles y nos pudimos poner a dormir. Nuestro tren no llegaba a Kiev hasta las 14:38h, así que pudimos dormir hasta bastante tarde.

     

    Al despertarnos, descubrimos que la mesita de nuestro compartimento ocultaba una pica de lavabo y un espejo, y también que en todos los trenes ex-soviéticos (al menos todos los que vimos), las literas de abajo son como la tapa de un baúl donde puedes guardar tus mochilas y dormir la mar de pancho ya que para robarte te tienen que sacar a tí de la litera para poder abrir. Está genial :-)

     

    El paisaje era muy bonito y todo el rato se veían escenas muy rurales, y sin maquinaria alguna. La gente trabajaba en las cosechas agachándose o con animales, nada de tractores ni sistemas de riego ni nada, todo a pelo. Se veian todos muy humildes y en las carreteras muy pocos coches y bastantes carromatos tirados por caballos o por vacas. Había animales pastando libremente en los andenes de las estaciones y los pollos y los gallos se paseaban por los pueblos a su aire. Unas imágenes que pronto contrastarían radicalmente con los nuevos ricos de la capital.

     

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    En un tren nocturno que llega a la hora de comer hay que pasar el rato como sea. Atención al careto de sobao... XD

     

    Cabe decir que el interventor de nuestro tren pasó de volverse a poner el uniforme al levantarse y estuvo toda la mañana paseándose en tetas y en chancletas por el tren. Era un aviso de lo que nos esperaba porque, una vez llegados a la estación de Kiev (Kyiv en ucraniano) empezamos a ver cientos de personas en bañador y chanclas por la calle y nos quedamos pasmados.

     

    Además de ese panorama, tuvimos que salir de la estación por un pasillo laaargo y oscuro que daba miedo, estaba todo lleno de gente susurrando "taxiii, taxiii" como si vendieran coca, la plaza de la estación era un horror de tráfico y no veíamos donde cambiar dinero. Cuando encontramos un banco en el interior de la estación nos apareció un hombre ofreciéndonos un mejor cambio que el del banco, pero como no nos fiábamos cambié solamente 20€ para salir del paso.

     

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    Impresionante interior de la recién restaurada estación de Kyiv. A ver cuando restauran los pasillos de los andenes también.

     

    Fuimos hacia el metro y compramos unas fichas, y es que las validadoras del metro van con unas fichas como las de los autos de choque, pero que cuestan solamente 7 céntimos de euro por viaje. Eran tan baratas que me quedé una de recuerdo. ¡La casa por la ventana! XD

     

    De allí fuimos al barrio de Podil, donde tenía fichado un albergue que había visto por internet. La guía Lonely Planet de Ucrania es de hace dos años y todavía no existían albergues, pero ahora debe haber tres contados. Podil es un barrio increíble: los edificios son como en cualquier ciudad bonita centroeuropea pero estan en pésimo estado. Uno de cada tres está en ruinas y a los otros dos les falta por lo menos una ventana. Las aceras están destartaladísimas y los tranvías van dando tumbos por unas vías que parece un milagro que no descarrilen a cada milímetro. Y allí estaba nuestro albergue, pero... no tenía plazas.

     

    Nos dieron amablemente la dirección de otro al que se llegaba tras 15 minutos a pie desde una estación de metro y lo dejamos como as en la manga para buscar en otro que estaba a 10 minutos de la estación de trenes. Para estar mal comunicados, al menos estar cerca del tren para el día que nos marchemos, ¿no?

     

    De vuelta hacia el metro nos fijamos de que hay una casa de cambio en cada esquina. Esto en Praga se autoexplica con solo mirar las riadas de guiris que ocupan todos los rincones, ¿pero en Kyiv? Cuando empezamos a ver cochazos por todas partes se nos encendió la bombillita: ¿blanqueo de dinero a gran escala, quizás? ¬¬

     

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    Ploshcha Peremohy (Plaza de la Victoria). Para nada recordaba a la época soviética, ¿verdad que no?

     

    El segundo albergue estaba en la Prospekt Peremohy (Avenida de la Victoria) y estaba bastante escondido pero al ver un cartel en inglés que decía "recién pintado" supimos que era allí. Parecía un albergue clandestino, ya que no había ningun cartel y el tío no hacía ningún registro, simplemente se quedaba con tu pasta. Nos cobró 18€ por noche, y la primera noche Ricard tuvo que dormir en el sofá.

     

    Son precios abusivos pero como no hay otra cosa, se aprovechan. Los hoteles son para gente de negocios porque no hay turismo, así que valen un pastón (rollo 100€) aunque sean una mierda. Nuestro albergue era la casa de ese tío, que había puesto cerrojo a las puertas que daban a sus habitaciones privadas y había dejado como albergue la cocina, un baño, el salón y un cuarto con 5 literas. A 18€ por barba, se debería forrar...

     

    Con la coña ya eran las 18h y aún no habíamos comido nada así que nos dimos una buena ducha y decidimos tirar hacia el centro para ver algo y comernos unos bocatas por allí con lo que nos había sobrado del tren.

     

    En el metro nos fijamos que en las teles de dentro de los trenes se limitan a emitir imágenes divertidas de animales y desfiles de moda del Fashion TV. Y por lo visto, lo del Fashion TV les ha marcado profundamente, porque las tías iban vestidas o de putas (algo exagerado) o de supermodelos con vestidos imposibles de mil capas y dos mil complementos. También vimos horrorizados como se había puesto de moda el "bolso de perro". No se lo vimos a una, ni a dos, ni a tres. ¡¡¡Todo el mundo llevaba un bolso de perro!!! No dejamos de verlos hasta Transilvania, así que imaginaos la plaga... ¬¬

     

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    El bolso de perro. Una moda alarmante

     

    Fascinados ante tal explosión de mal gusto, nos sentamos a comer en la plaza principal de la ciudad: la Maidan Nezalezhnosti (Plaza Independencia). Es una plaza con muchísima vida, ya que los fines de semana la cierran al tráfico conjuntamente con la principal avenida y se llena todo el centro de gente paseando arriba y abajo.

     

    La verdad es que la plaza era bonita y se estaba muy agusto. Soviética hasta la muerte, pero muy mona. Sabíamos que volveríamos a pasar mil veces por ella en los tres días que íbamos a estar en la ciudad, así que nos sentamos tranquilamente y nos preparamos los bocatas antes de continuar la visita.

     

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    El monumento a la independencia de Ucrania en el 1991 domina la plaza

     

    La siguiente mitad la explicaré otro rato, que ahora estoy cansado...


  4. Jeje, me habéis animado a seguir un poquito más, que no pensaba hacerlo hasta el lunes...

     

    DÍA 4

     

    Madrugón de la hostia y tirando pa la Hauptbahnhof. Duele tenerse que levantar a las 5h cuando se está de vacaciones, pero es lo que hay. A las 6h ya estabamos bien fresquitos en la estación y nos tomamos un café antes de subir al tren.

     

    A las 13h llegamos a la estación central de Varsovia y tras regatear a los cientos de personas que te ofrecen alojamiento al verte con la mochila llegamos a las taquillas internacionales donde nos disponíamos a comprar el billete para el tren "nocturno" (pongo las comillas porque se tira como 20 horas) que partía hacia Kiev esa tarde, pero la mujer nos dio la fantástica noticia de que estaba completo. Pensamos que podíamos pasar un día en Varsovia y tomarlo al día siguiente pero también estaba lleno y al otro también. Así que, o pasábamos cuatro días allí o nos buscábamos otro camino. Aquí fue cuando saqué mi biblia: la guía Thomas Cook de horarios de trenes en Europa.

     

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    Buscando combinaciones alternativas para ir a Ucrania en las escaleras de la estación Warszawa Centralna, frente al mamotreto del Palacio de la Cultura y la Ciencia

     

     

    Encontré un nocturno que salía desde Cracovia esa misma noche y volvimos a hacer la cola para comprar el billete. La mujer que nos tocó sabía menos inglés que Muzzy sin actor dentro, así que le hicimos un dibujito y escribimos:

     

    WARSZAWA -> KRAKOW -> KIEV

     

    Tras mirárselo mucho, nos vendió un billete muy raro. Ya lo expliqué pero lo vuelvo a decir: deberían ser algo así como las 14h y nos vendió un tren que salía a las 15h hacia Cracovia, y luego uno que salía de Cracovia a las 13h. Es decir, que debíamos enlazar con un tren que había salido hace una hora de la ciudad a la que nos dirigíamos. Me pareció muy raro y se lo comenté, pero como no nos entendíamos me dijo que "Ok, ok" y nos lo cobró (unos 60€).

     

    Nos comimos una pizza en la misma estación, comparando los horarios de los billetes que nos habían vendido con los de mi guía Thomas Cook y vimos que es que era imposible hacer esa combinación, de ninguna de las maneras. Así que nos pusimos otra vez a la cola zampándonos la pizza y nos atendieron finalmente a las 14:55h, diez minutos antes de que saliera nuestro tren hacia Cracovia.

     

    Con dibujitos otra vez le intenté explicar lo ridículo de la situación:

     

    15:05 Warszawa -> 17:50 Kraków

    13:20 Kraków -> 10:24 Kiev

     

    Enfaticé mucho en ese "17:50 - 13:20" para que viera que era imposible echar atrás en el tiempo para transbordar a un tren que hacía cuatro horas y media que ya había salido. Pero fue inútil. Ella sólo decía que "ok, ok" y que no nos la cambiaba, que eso estaba "ok".

     

    Pues nos fuimos a Cracovia un poco mosqueados y al llegar nos dijeron que, evidentemente, ese billete no servía para nada y que tampoco nos lo podían cambiar porque deberíamos haberlo reclamado en Varsovia... En fin, que amoquinamos 16€ más para comprar una reserva en el tren verdadero y dejamos las mochilas en la estación para dar una vuelta por la ciudad unas tres horas hasta que saliera nuestro tren.

     

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    Florianska, la calle principal del casco antiguo de Cracovia

     

    Por suerte ya conocíamos la ciudad, porque sino hubiera sido traumático pasar sólo 3 horas en un lugar tan precioso. Así que simplemente paseamos sin apenas hacer fotos (sólo hice como 15 o así) y luego entramos a comer en un restaurante vegetariano que me encanta, que se llama Vega y está frente al Planty, los jardines que antiguamente albergaban los fosos de la muralla y que rodean todo el casco antiguo.

     

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    Un platazo de pierogi ruskie (me vuelven loco!), una crepe de queso de cabra y una cocacola: 3,50€. ¡Viva Polonia!

     

    Antes de volver a la estación paramos a la hora en punto frente a la plaza principal, el Rynek, donde tras las campanas que dan la hora, un tío sube a la torre de la iglesia, pilla la trompeta y toca tres veces la misma canción, una hacia cada lado de la plaza y luego saluda con la mano. Me encanta ese detalle de la ciudad y me flipa mucho que cada hora se toque esa canción en directo y tres veces. La Hejnał (llamada de la trompeta) se tocaba en la Edad Media como señal de alarma y cada vez que hoy la tocan la interrumpen a medio tono porque, según la leyenda, durante una invasión una flecha atravesó la garganta del vigía cuando estaba a medias.

     

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    La Iglesia de Santa María dominando la plaza principal de Cracovia

     

    Llegó el momento de ir tirando hacia la estación y por lo visto, nuestro tren no era un tren directo. En Ucrania, al igual que en todas las antiguas ex-repúblicas soviéticas, el ancho de vía del ferrocarril es diferente y el proceso de cambio de ruedas supone como dos horas de maniobras, así que te mandan hasta la última estación de Polonia con un tren de compartimentos con asientos y allí cambias de tren al que definitivamente te llevará a Kiev en literas. Así que, a las 21:56h salíamos de Cracovia y hasta la 1:25h no nos tocaba el cambio de tren.

     

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    15 minutos para partir de la estación Kraków Główny

     

    Incapaces de manternos despiertos hasta esas horas, nos quedamos fritos ocupando todos los asientos del compartimento hasta llegar a la frontera, oficialmente al día siguiente (pasada la medianoche, jeje).


  5. DÍA 3

     

    Nuestro último día en Berlín lo empezamos visitando el Schloss Charlottenburg temprano (pero sin pasarse, jeje) antes de que llegaran las masas. Como además estaba lloviendo, no había casi nadie y fue una visita muy fructífera. Pasamos allí un par de horas visitando el palacio y dando una vuelta (con el impermeable) por los jardines y el lago.

     

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    Las puertas del Schloss Charlottenburg

     

    Aprovechando que llovía decidimos visitar más lugares de interior, y fuimos a hacer la cola para subir a la torre de la TV de Alexanderplatz, pero la cola era tal que nos desesperamos y nos largamos a comer. La tarde la pasamos por Kreuzberg, uno de los barrios más bonitos de Berlín y también uno en los que más turcos viven. Allí está el aeropuerto de Templehof, históricamente muy importante puesto que fue la única puerta al exterior cuando los soviéticos bloquearon el Berlín Oeste por tierra. Desde ese aeropuerto llegaban aviones cada minuto para abastecer al millón y pico de berlineses occidentales que vivían casi sitiados.

     

    Ahora sólo sirve para un puñado de vuelos domésticos y alguno a Bruselas. Es muy curioso porque está todo montado a la antigua: en la misma terminal se factura, se espera y se recogen las maletas. Esa tarde, casualmente, estaban rodando una peli y nosotros ahí pasmados flipándonos con tanto extra. Si alguien se entera de que peli han rodado allí que me avise, que igual salgo, jaja.

     

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    Interior de la terminal. El 95% de la gente que se ve son actores, incluso las chicas de los mostradores de facturación.

     

    Finalmente regresamos a Alexanderplatz y decidí esperar a que se hiciera más tarde para subir a la torre, ya que si subíamos entonces nos quedábamos sin ver media ciudad porque el sol estaba muy inclinado y nos deslumbraría. Así Ricard aprovechó para ir a cortarse el pelo (juas) y yo fui al super para comprar papeo para el intenso viaje que nos esperaba hasta llegar a Ucrania y para hacer unas foticos por la plaza y alrededores.

     

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    Alexanderplatz es la plaza más rara que he visto en mi vida. Es imposible inmortalizarla en una sola foto, ya que cada lado es un mundo.

     

    Tras los bloques soviéticos del lado este de la plaza se esconde Nikolaiviertel, una reconstrucción del barrio medieval que existió hasta la Segunda Guerra Mundial, llevada a cabo por el gobierno de la RDA a finales de los 80, poco antes de la caída del muro. Dejando a un lado ese toque hortera y turístico, es bonito y un bombazo para los sentidos. Es realmente surrealista ver esas callejuelas adoquinadas tras los mastodóndicos bloques de hormigón.

     

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    Nikolaiviertel, pequeña recreación del antiguo Berlín

     

    Y finalmente nos subimos a la Fernsehturm (torre de la TV). La torre mide 368 metros de altura, y el mirador está a unos 200. Las vistas son acojonantes y aunque hay que chuparse mucha cola, una vez arriba no se nota excesivamente masificado ya que es muy grande. Las diferencias entre el Este y el Oeste son bestiales desde aquí. Incluso en el mismo Este se nota lo que es "nuevo" (posterior a los años 50). Buscad las siete diferencias entre estas dos fotos del antiguo Berlin Este:

     

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    Barrio de Friedrichshain. La avenida principal es Karl Marx Allee

     

     

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    Mitte y Prenzlauer Berg. Igualito que la de antes, vamos

     

     

    Bajamos a cenar y a tomarnos unas cervezas antes de volver al albergue. Al día siguiente salía nuestro tren hacia Varsovia a las 6:30 de la mañana y una vez allí empalmaríamos con un nocturno laaargo hacia Ucrania.


  6. Jeje, lo más cerca que estuve de Chernóbil fue en Kyiv, que está a sólo 80 km río abajo...

     

    Sigo con más cosas...

     

    DÍA 2

     

    Seguimos un día más en Berlín. Lo primero que hacemos es cambiar de albergue porque fue imposible encontrar las tres noches en un mismo lugar, así que mochilas a la espalda y arreando hacia Prenzlauer Berg, un barrio muy marchoso y muy bonito dos paradas al norte de Alexanderplatz.

     

    Pasamos la mañana viendo el resto de Mitte y tomamos nuestro primer Currywurst del viaje cerca del monumento a las víctimas del Holocausto. Por la tarde dimos un paseo por la gran avenida de Karl Marx Allee, la calle principal de la antigua RDA y luego fuimos a tomar unas birras por Mitte de nuevo. La perfecta combinación entre pateada y perrería :-)

     

     

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    Gendarmenmarkt, una de las plazas más bonitas de Berlín.

     

     

     

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    El monumento a las víctimas del Holocausto, un laberinto de bloques con diferentes alturas en los que perderse.

     

     

     

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    Berlín por fin tiene ya su Hauptbahnhof, el símbolo definitivo de la reunificación. Hasta el año pasado, la ciudad seguía con una estación para el este (Ostbahnhof) y otra para el oeste (Zoo).

     

     

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    La Fernsehturm desde Karl Marx Allee.

     

     

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    La cuádriga de la Puerta de Brandenburgo.


  7. Bueno, de este viaje no voy a hacer diario sino más bien un mini-resumen de lo que fue cada día de viaje o cada ciudad y alguna fotillo, que es lo que queréis todos ver, jeje.

     

    Allá voy!

     

    DIA 1

     

    Empezamos nuestro viaje en la increíble ciudad de Berlín. Ya la conocíamos, pero Berlín siempre guarda una cara nueva por descubrir y nos dejó anonadados. Me encanta empezar un viaje en un lugar conocido porque es como repasar el capítulo anterior antes de continuar leyendo tu libro. Así consigo contextualizarlo todo mucho antes que materializándome en un lugar en el que nunca he estado y todo es nuevo.

     

    Nuestro primer día consistió en dar una vuelta por el Berlín conocido para aclimatarse viendo lo típico y un par de cosas que quedaron en el tintero durante la primera visita.

     

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    Barcelona desde la ventana del avión. Se me caía la baba.

     

     

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    Ampelmann, el muñequito de los semáforos de la antigua Alemania Oriental. Un icono de Berlín Este.

     

     

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    Un chaval jugando al frisbee en Platz der Republik.

     

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    Detrás de mí está el edificio del Reichstag, sede del Bundestag (Parlamento).

     

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    El Sony Center de Potsdamer Platz de noche.


  8. ¡Ya estoy en casa!

     

    Bueno, he llegado hace unas horas y tengo un sueño... Os dejo con el itinerario y con una foto, y cuando pueda os cuento más cosinhas :bleh:

     

    Barcelona - Berlin - Kraków - Kyiv - Lviv - Odesa - Tiraspol - Chisinau - Bucuresti - Brasov - Sighisoara - Budapest - Praha - Berlin - Barcelona

     

    Y la fotito, en Kyiv, la capital ucraniana:

     

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  9. Buenas, ya hemos llegado a Kiev!! Por fin!!

     

    Han sido casi dos dias de viaje desde Berlin (con una mini escala de 3 horillas en Cracovia) pero creo que ha valido la pena. Esto es brutal, una pasada. Ahora vamos a darnos una ducha y a pasear SIN las mochilas, que llevamos tres horas buscando sitio para dormir y estamos exhaustos!

     

    Por cierto, una taquillera mala de Varsovia nos estafo y nos vendio una combinacion imposible de hacer: ir a Cracovia a pillar el tren a Kiev que salia a las 13:00 cuando ya eran las 14:00 y estabamos en Varsovia! Se lo comente a la mujer de la taquilla y me dijo que si, que si, que aquello estaba bien, pero luego en Cracovia nos dijeron que no, que no, que eso no valia para nada y que no nos podian devolver el dinero, asi que tuvimos que pagar otra vez por un nuevo billete, pero bueno, ya estamos en Ucrania!!

     

    En fin, que me voy a remojar un poco que me muero de calor.

     

    Saludos!!


  10. Gracias por los ánimos y los consejos. La verdad es que ahora mismo estoy completamente empanao. Debería estar frenético, nervioso, emocionado y subiéndome por las paredes, pero es que de verdad no asimilo que mañana estaré ya de trote. Voy a meter las últimas cosas en la mochila y me voy a ir ya a dormir, que mañana tengo que pillar un tren y Renfe está muy juguetona últimamente en Barcelona... ¬¬

     

    En fin, ya os contaré sobre el camino si encuentro internetes gratis en los albergues (fijo que alguno cae, no?). Saludos!


  11. Tras unos meses estresantes entre los estudios y el trabajo en los que no he tenido apenas tiempo ocioso, ya era hora de que llegaran mis vacaciones, no? :)

     

    Mañana por la mañana tomaré el vuelo a Berlín que compré en enero por cuatro duros y desde allí iremos tirando hacia el este todo lo que sin visado alguno se nos permita.

     

    El plan inicial era ir de Berlín a Moscú pasando por los tres países bálticos, pero con lo desbordado de trabajo que he estado no pude tramitar los visados a tiempo, así que hemos tenido que desmontar la ruta y buscarnos la vida por otro lado. Como el vuelo de vuelta lo teníamos desde Tallinn, pensamos primero en visitar Ucrania y después saltar a los bálticos, pero es imposible cruzar Bielorrusia o Rusia sin haber solicitado aunque sea un visado de tránsito, así que tras mucho pensarlo, el viernes me compré la última edición de Romania & Moldova de Lonely Planet (mayo 2007) y me la iré leyendo a lo largo de los primeros días para decidir por donde vamos a dar la vuelta una vez llegados a la capital ucraniana. Por supuesto, también me llevo mi compañero inseparable de viaje: la guía de horarios de trenes de Thomas Cook ;)

     

    Así pues, este año ni siquiera he hecho un mapa para mi madre porque hemos decidido la mitad del itinerario en el último momento. Para que os hagais una idea de lo que tenemos pensado visitar en las próximas tres semanas, aquí os dejo el boceto de lo que podría ser nuestro viaje:

     

    - de Berlín a Ucrania via Varsovia

    - Kyiv, Lviv, Odesa y Crimea (Ucrania)

    - Tiraspol y Chisinau (Moldavia)

    - Bucarest y Transilvania -Brasov, Sighisoara, Cluj Napoca...- (Rumanía)

    - de Rumanía a Berlín por Praga (porque me encanta Praga! jeje...)

     

    Pero bueno, ya se verá como nos lo acabamos montando, como ya va siendo costumbre en mí, jeje.

     

    En fin, aprovecho para despedirme de todxs hasta septiembre y os deseo un gran verano, tanto a los que ya han vuelto, como a los que aún siguen de viaje, como a los que están a punto de irse, y sobre todo a los que se quedan en casa esperando a darnos envidia en temporada baja :)

     

    Un abrazo fuerte, y ya os contaré a la vuelta!!

     

    Sieben, sieben, ai lo lu!! XD

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  12. Ziortza, va a llover FIJO!!

    En la costa croata son habituales los chaparrones-de-repente típicos de última hora de la tarde, y en Bosnia en verano llueve un día sí y un día no. Anda, mete el chubasquero en la mochila, o en su defecto llévate un paraguas de Hello Kitty, ideal para ponerse de pie y volverse a sentar :unsure:

     

    Los otros seis, convencedla de que es más útil un poncho que un secador con sacacorchos, dios. XD

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