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4 en la carretera

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Mensajes publicados por 4 en la carretera


  1. Día 8 (13/8/2012): Caen

    Después de 40 minutejos de coche llegamos a Caen y dejamos el coche a medio camino entre el castillo y la Abadía de las Damas.

    Vamos a la oficina de turismo que hay junto al castillo a hacernos con un mapa y entramos en la iglesia de St. Pierre.

    Miramos el mapa y decidimos ir caminando hasta el Memorial. Es un paseo considerable, se puede hacer sin problemas, pero teniendo en cuenta que la visita del Memorial es larga, yo creo que es mejor coger un autobús que te deja en la puerta (un billete de 1hora cuesta 1'30 euros).

    La entrada al Memorial cuesta 16'30 euros con el descuento de estudiante, pero la verdad es que el museo es impresionante. Nosotras estuvimos unas 5 horas y se podrían echar días y días. Tienen muchísima información, vídeos, vehículos, uniformes. Además también tienen salas sobre la guerra fría y el muro de Berlín.

    Al salir fuimos al castillo, subimos hasta la muralla a ver las vistas y fuimos para la Abadía de las Damas.

    El día había sido cansado, para los pies y sobretodo para la cabeza, así que después de hacer la compra nos retiramos al camping a reposar.

     

    Día 9 (14/8/2012): Lisieux, castillo de St. Germain de Livet, Beuvron-en-Auge.

    El primer destino del día era Lisieux.

    Después de pasar por una tienda de cosas de segunda mano de la que salimos con unos cuantos vinilos y casi con una guitarra, nos dirigimos hacia la catedral de St. Pierre. El camino lo hicimos por una calle muy bonita llena de casitas con las vigas de madera pintadas.

    Vimos la catedral, el jardín de l'Évêché que hay junto a ésta y nos encaminamos hacia la iglesia de St. Jacques, donde habíamos leído que hacen exposiciones temporales interesantes, pero para cuando llegamos estaba cerrada. Desde aquí fuimos a la Basílica de Santa Teresa, un edificio enorme que si por fuera impresiona por dentro no tiene desperdicio, ya que todas sus paredes están recubiertas por mosaico.

    Cogimos el coche y nos fuimos al castillo de St. Germain de Livet (entrada gratuita con visita guiada para los menores de 26 años). La visita merece muchísimo la pena, es un sitio de cuento. Un palacio rodeado por un foso, con su jardín y sus cisnes.

    Al salir nos encontramos unos coches clásicos aparcados, de los que arrancan a manivela, que no sabemos si están allí siempre de exposición o coincidió ese día.

    La siguiente parada fue el pueblo de Beuvron-en-Auge. Yo siempre decía lo mismo, es como el pueblo de Bella. Todo casitas bajas, con el entramado de madera, los tejados de pizarra, todo lleno de flores. Es un pueblo pequeñito pero cuidado al detalle. Allí compramos unas cuantas cervezas artesanales y una crema de calvados (rico, rico).

    Ya en el camping, mientras preparamos la cena, entablamos conversación con nuestros vecinos, unos abuelines que pasan el verano en el camping y que nos comentaron que habían hecho el camino de Santiago en bici dos veces desde París y que en Octubre iban a visitar Andalucía (estaban muy preocupados por el calor). Después de un trueque culinario (macarrones por melocotones) se quedaron un ratejo escuchando a mi compañera tocar la guitarra. Es lo bueno de los campings, los vecinos de 2 días con los que compartes más que con los de al lado de casa de toda la vida.

    Día 10 (15/8/2012): Deauville, Trouville, Honfleur, Le Havre, Fecamp.

    Desmontamos el campamento de Le Clos Tranquile y nos vamos a Deauville. Para entrar nos comemos un buen atasco y nos alegramos un mundo de aparcar el coche, ya que aquello estaba saturado.

    Damos un paseo por las calles, por el paseo de la playa y vemos el grado de pijerío (no se me ocurre otra forma de describirlo). Después de un paseín, decidimos coger el coche e ir a Trouville, pero resulta que los dos sitios ya están unidos, así que seguimos camino hacia Honfleur.

    Honfleur sí que es un sitio que nos gustó. Hay gente, pero muchísima menos que en Deauville-Trouville. El puerto es precioso y, una vez más, perderse por las callejuelas es algo obligatorio. Vimos además una iglesia de madera, de dos naves, que más parecía un mercado (todo lleno de gente, el señor del órgano ensayando, fotos...). Comimos al lado del puerto, muy bien y por un precio muy razonable y después volvimos al coche para ir a Le Havre.

    Para no pagar por pasar por el puente de Normandía dimos un poco de vuelta para ir por otro puente (de cuyo nombre no puedo acordarme) pero que al final nos costó 2'5 euros, así que no sé si nos salió rentable la vuelta.

    Ya en Le Havre dejamos el coche junto a la plaza del Volcan de Niemeyer (la zona payant en Francia acaba a las 5:30) y empezamos a callejar buscando la oficina de turismo. Vimos la catedral de Notre Dame, llegamos al puerto, vimos la iglesia de St-Joseph con su espectacular torre y la plaza del ayuntamiento, toda llena de fuentes.

    Gracias a un mapa que nos dieron en la oficina de turismo llegamos a St. Leonard, donde se suponía que estaba nuestro camping, aunque no vimos ninguna señal de él. Ya estabamos en una carreterina estrecha (acordándonos de nuestro paseo rural para llegar a Le Clos Tranquile) cuando encontramos a un señor que nos indicó como llegar al camping de Fecamp, que no era el previsto pero estaba muy bien, así que allí nos quedamos.

    El camping está al lado del mar (se escuchan las olas y las cantos cuando el mar los arrastra), las instalaciones están bien, aunque las parcelas no son lo que habíamos visto en el resto de campings franceses. Son más pequeñas, con el terreno peor, y la zona de tiendas que nos tocó eran una serie de terrazas hechas en la ladera del monte, con lo que los coches se quedan abajo y hay que subir y bajar por una serie de escaleras un tanto irregulares. Nuestra parcela estaba algo inclinada y por la noche nos íbamos escurriendo en la tienda, aunque la elegimos nosotras y es posible que hubiera otras mejores.

    Desde el camping vimos la puerta de Sol en el mar mientras nos dábamos un homenaje de aceitunas con su cervecita. Ya después tocó montaje de tienda y cena.

     

    Día 11 (16/8/2012): Fecamp, Etretat.

    Nos levantamos con el pitido del panadero.

    Después de dasayunar, ya estamos bajando para ir al coche cuando yo retuerzo el pie en un escalón y caigo rodando. Una señora de la parcela de al lado baja corriendo y empieza a decirme cosas (yo no le entendía nada). Se acerca mi compañera que habla con la señora, yo trato de decirle que estoy bien, pero ella sigue allí a mi lado hasta que me levanto.

    Mi primera idea era que tenía un esguince (he tenido unos cuantos y la sensación era la misma), pero al levantarme y no sentir casi ninguna molestia quise pensar que no había llegado a eso. Bajamos al pueblo y el tobillo ya empieza a hincharse y a molestar, en fin, un recuerdo de última hora de Francia.

    Renqueando vemos Fecamp: la playa, los acantilados, el edificio donde destilaban el licor (muy bonito, por cierto), la abadía de la Trinidad, la iglesia St-Etienne y subimos a la capilla Notre-Dame de Salut, desde donde hay una buena vista de los acantilados.

    Después de comer vamos a Etretat. Callejeamos por el pueblo y vamos a la playa a ver sus famosos acantilados. El sitio es bonito pero está muy lleno de gente.

    Como yo no tengo el pie para mucha fiesta volvemos a Fecamp y a las 8:00 (increíble, pero cierto) nos sentamos a cenar unos mejillones al lado de la playa.

    Después de cenar cogemos la coche y subimos al camping a toda pastilla para intentar llegar antes de las 10, que es cuando cierran la barrera.

     

    Día 12 (17/8/2012): Fecamp - Burdeos

    Nos levantamos y mientras mi santa compañera da viajes bajando todas las cosas de la parcela al coche yo voy desmontando la tienda bajo la atenta mirada de nuestros vecinos.

    Vemos que el día anterior el coche se quedó metido en un "prao" apoyado en 3 ruedas (¡Oh, maravilla!) y ahora cuando intentamos salir empieza a patinar en la hierba y no se mueve. Mientras la señora que había bajado a auxiliarme cuando me caí y su familia nos miran y se ríen vamos probando distintas estrategias. Tratamos de dar para atrás y mover el volante a ver si en algún punto la rueda agarra. Fallido. Después ponemos un plástico que tenemos para colocar bajo la tienda debajo de la rueda que patina. En un primer momento va bien pero después la rueda escupe el plástico a toda pastilla hacia delante. Por último volvemos a colocar el plástico bajo la rueda y yo me subo en el asiento trasero para tratar de que apoye la rueda que está en el aire. Así, dando botes con las piernas asomadas por la ventana conseguimos sacar el coche. Casi hacemos una reverencia a nuestro público (vecinos de parcelar cercanas), que se lo estaba pasando en grande.

    Con todo recogido cogemos el coche con la idea de ir a un centro médico a que me vieran el pie, pero como pese a seguir las indicaciones del señor de camping no lo encontramos, seguimos camino.

    Esta vez pasamos por el puente de Normandía, porque para pasar por el otro había que pagar igualmente y porque a mi me hacía ilusión. Entre un peaje y otro esta nueva ruta nos costó 6'20 euros.

    Con la misma estrategia que para ir, parando cada dos horas y comprobando los mapas de las gasolineras, con la puesta de Sol llegamos a Burdeos. Encontramos sin problemas el hotel Etap. Cenamos, nos pegamos una ducha y nos vamos a dar una vueltina.

    Después de ver sitios como Caen y Le Havre, sin apenas gente, nos sorprende el ambiente de Burdeos. Gente en la calle, terrazas llenas...encontramos una especie de fuente donde está la gente con los pies a remojo y los niños en bañador. A la 1 volvemos para el hotel, ya que al día siguiente toca paliza al volante, pero nos queda pendiente una visita en condiciones a Burdeos.

     

    Día 13 (18/8/2012): Burdeos - Oviedo.

    Nos levantamos, desayunamos, preparamos los bocadillos para comer y nos ponemos al volante.

    Tardamos un rato en conseguir salir de Burdeos y en algún punto nos desviamos y acabamos circulando un buen rato por carretera nacional en lugar de autopista, pero piano piano, a eso de las 3:30 ya habíamos pasado la frontera y a las 8:30-9:00 llegamos a Oviedo.

     

    Fin del Intercarril


  2. Día 7 (12/8/2012): Cementerio alemán de La Cambe, Arromanches, Longues-sur-mer, Caen.

    Después de desmontar nuestro campamento en Utah Beach la primera parada es en el cementerio alemán de La Cambe, donde están enterrados más de 21.000 soldados alemanes. El cementerio fue terminado por un grupo internacional de jóvenes como señal de reconciliación. Junto al cementerio está el jardín de la paz, una zona con árboles apadrinados por distintas personas. En el camino que recorre el bosque hay varios bloques de piedra con el número de muertos en la primera guerra mundial, en la segunda y después de ésta.

    La siguiente parada fue en Arromanches, para ver los bloques con los que construyeron los puertos durante la guerra.

    Después fuimos a Longues-sur-mer a ver las baterías. Antes de comer nos entretuvimos una vez más en un mercado de cosas usadas, donde quedamos prendadas de una bicicleta clasica con motor preciosa pero que costaba 1900 eurazos, con lo que allí se quedó.

    Después de comer nos fuimos a Caen, dejando el coche al lado de la Abadía de los Hombres. Vimos la plaza con el ayuntamiento, la iglesia St. Etienne le Vieux y la iglesia St-Etienne. Después fuimos hasta el castillo y a St. Jean.

    Era domingo y no había prácticamente nadie por la calle, estando los bares y las tiendas cerrados, lo que nos complicó la existencia a la hora de preguntar por dónde debíamos salir para ir al nuevo camping.

    Como la dirección del camping decía que estaba en el "Camino de Troarn" pues hacía Troarn nos dirijimos. Paramos a comprar pan y a preguntar por el camping. Nos dijeron que fuésemos camino de Cabourg y así lo hicimos, pero sin resultado. En Cabourg paramos de nuevo a preguntar en una panadería (sólo encontrábamos panaderías abiertas) donde no nos supieron decir nada, así que en mitad del pueblo paramos a un señor y le preguntamos. Este buen hombre sí nos supo decir que teníamos que dirigirnos hacia Merville-Franceville. Seguimos sus indicaciones y por fin encontramos una señal que marcaba Gonneville (lugar donde estaba el camping). Seguimos por una carreterita y cuando vemos la señal de Gonneville a 2'8 Km nos para un gendarme y nos dice que no podemos seguir por esa carretera, que volvamos a la general y cojamos la primera a la derecha. Allá vamos y nos encontramos metidas en una urbanización y ninguna de las calles hacia la derecha tiene salida. Seguimos adelante y la carreterita de dos carriles pasa a tener uno, después empieza a ser de gravilla, pasa a tierra y por último nos vemos metidas por un camino de pura hierba y del ancho justo del coche. En ese momento en la radio suena "Everybody needs somebody" lo ponemos a todo volumen, con las ventanillas bajadas y partiéndonos de risa por esa caleya seguimos adelante. Sin saber ya en qué punto del mapa estamos vuelve a aparecer el asfalto y ¡Oh, maravilla! un cartel que indica el camino a seguir para llegar a nuestro camping Le Clos Tranquile. Así, sin saber por qué caminos hemos estado llegamos al camping 2 horas y media después de salir de Caen (al día siguiente haríamos el trayecto en unos 40 minutos, por las carreteras correctas claro).


  3. Día 4 (9/8/2012):Granville, Coutances, Utah Beach

    Después de recoger la tienda y despedirnos del Mont Saint Michel cogemos el coche hasta Granville.

    [Además de sorprendernos la cantidad de aparcamientos gratuitos con los que contaba la gran mayoría de sitios que visitamos también nos llamó la atención la cantidad de baños públicos y GRATUITOS que había, situados muchos al lado de la oficina de turismo.]

    Cerca del aparcamiento nos encontramos un mercado de cosas usadas, tipo mercado de las pulgas, en el que no podemos evitar pasarnos un rato curioseando (objetos de la guerra, libros, discos, telares varios).

    Vamos por el puerto hasta la Pointe du Roc, donde hay un faro y varios bunkers. Paseamos por la parte alta de la ciudad viendo la iglesia y varias casas de lo más pintoresco.

    Volvemos a pasar por el mercadillo y comemos en un parque cercano.

    Después de comer nos dirigimos a Coutances, donde encontramos aparcamiento justo detrás de la catedral. Callejeamos y vemos la impresionante catedral y la iglesia de St-Pierre.

    Una vez puestas en ruta otra vez, llegar a Utah Beach nos resultó sencillo gracias al mapa de la guía y a que enseguida aparece señalizado en la carretera.

    De camino para la playa vemos dos estatuas dedicadas a los soldados americanos y suecos que participaron en el desembarco.

    El camping (Camping Utah Beach) está a dos pasos de la playa y del museo. Tiene piscina, distintas actividades organizadas (gimnasia, conciertos, etc) y unas instalaciones muy limpias y cuidadas.

    Después de montar la tienda, hacer el paseo de reconocimiento por el camping y cenar nos dirigimos linterna en mano a la zona del museo.

    Vemos una especie de pista de despegue, iluminada con distintas luces, los monumentos, el Km 0 de la vía de la Libertad...al acercarnos al museo con la linterna, en una parte de cristalera, vemos un avión que hay dentro. Ya cuando vamos a marcharnos, en un campo al lado de la pista, vemos un tanque, que si dentro de los museos impresiona fuera y encontrado de sorpresa...

    Regresamos al camping guiándonos por una palmera naranja que tienen en la entrada y así acaba nuestro día.

     

    Día 5 (10/8/2012): Museo del desembarco de Utah Beach, Carentan, Isigny-sur-Mer, St.Mere-Eglise, St.Mere-du-Mont

    Por la mañana fuimos al Museo del Desembarco de Utah Beach. Existe una tarjeta, NormadiaCard, que cuesta 1 euro y con la que te hacen distintos descuentos en varios museos, pero si tenéis un carné de estudiante (no tiene porque ser el ISIC, a nosotras nos sirvió el de la Universidad de Oviedo) no os sale rentable sacar la tarjeta, ya que el precio de estudiante es menor. A nosotras con la tarifa reducida la entrada nos costó 5'50 euros.

    Estuvimos dentro toda la mañana viendo uniformes, armas, objetos de los soldados, vídeos, distintos datos sobre la batalla y vehículos militares. Al salir recorrimos los distintos monumentos que hay al lado de la playa dedicados a los soldados de los distintos países que participaron en el desembarco.

    Después de comer en el camping cogimos el coche hacia St-Lo, pero acabamos en Carentan. Seguimos los pasos de siempre, dejar el coche en aparcamiento gratuito (al lado de la oficina de turismo), hacernos con un mapa y patear lo pateable. Vimos el ayuntamiento, la plaza de los arcos, la iglesia de Notre-Dame y el puerto, donde un señor muy amable nos dejó subirnos en un Drakar que tenía allí amarrado.

    La siguiente parada fue en Isigny-sur-mer. Como todos los pueblitos en los que paramos merece la pena pasear tranquilamente por las calles.

    En St.Mere-Eglise nos sorprendieron las vidrieras de la iglesia en las que aparecen los paracaidistas y, como no podía ser de otra forma, el paracaidista que tienen colgado en la torre. En este pueblo está un museo del Airbone, pero cerraba a las 6:45 y nosotras llegamos a las 7:15, pendiente nos queda. En distintas casas del pueblo tienen placas que recuerdan los lugares en los que cayeron los paracaidistas y sus historias.

    De camino al camping nos paramos en St.Mere-du-Mont a darle una vueltina.

     

    Día 6 (11/8/2012): Bayeux, Museo Memorial de la Batalla de Normadía de Bayeux, cementerio americano de Colleville, Omaha Beach, Pointe-du-Hoc

    La primera parada del día es Bayeux, donde vemos la catedral, el ayuntamiento y nos perdemos (literalmente) por sus calles.

    Paramos en el Museo Memorial de la Batalla de Normandía (3'80 euros con descuento de estudiante) y pasamos por el cementerio militar británico.

    Desde aquí vamos al impresionante cementerio americano en Colleville, un lugar sobrecogedor de por sí, y además nosotras llegamos sobre las 5:30, momento en el que arrían las banderas mientras suenan salvas de disparos y la típica música de corneta.

    Después de caminar alrededor del cementerio bajamos a Omaha Beach, donde la gente había escrito distintos mensajes con piedras (paz, gracias...). A las 6 cierran el cementerio y con ello la puerta por la que nosotras habíamos bajado a la playa, así que tenemos que tomar otro camino, que se convierte un sendero que se va estrechando y llenándose de zarzas. Ya nos veíamos perdidas cuando el camino se volvió a ensanchar y por él llegamos a una zona en la que hay distintos bunkers y monumentos.

    Antes de volver a Utah Beach paramos en la Pointe-du-Hoc, lugar que fue tomado por los rangers escalando por el acantilado. Allí pueden verse más bunkers y el suelo horadado por las bombas.

    Ese día, en lugar de prepararnos las cena, decidimos probar el restaurante del camping, "El tinajo", donde nos comemos dos crepes con postre por unos 10 euros por cabeza (y nos ahorramos el cocinar y el fregar).


  4. Día 1 (6/8/2012): Oviedo-Hendaya

    Nuestro Día D llega, revisamos las cajas con las distintas cosas que vamos a llevar (comida, cazuela, sarten, tienda de campaña).

    Teníamos pensado salir sobre las 4:30, pero a las 4:00 mi compañera de viaje me llama y me dice que su coche, el cual pensábamos llevar, no se puede poner a más de 100 Km/hora porque se calienta. Con este panorama decidimos, a media hora de marchar, llevarnos el Laguna ranchera de mi padre. Trasladamos las cosas del Corsa al Laguna y a las 5:30 ponemos rumbo a Hendaya.

    De camino parábamos cada dos horas más o menos y cambiábamos de conductora. Yo había impreso el itinerario para llegar a Hendaya, aunque llevábamos un GPS (en estado un poco precario) que nos ayudó a llegar.

    A las 11:00 llegamos a Hendaya y tras media horita de dar vueltas llegamos al camping Alturan, donde nos instalamos. Cenamos y al saco.

     

    Día 2 (7/8/2012): Hendaya-Mont Saint Michel

    Nos levantamos a las 8, desayunamos, desmontamos la tienda y nos ponemos manos al volante hacia Normandía.

    El GPS decidió morir antes de salir de Hendaya, con lo que no nos quedó otra que ir mirando los mapitas de las gasolineras en nuestras paradas para saber qué carreteras seguir.

    Disfrutamos de las buenas carreteras francesas, el límite a 130 Km/hora y a eso de las 7:30 mi copiloto grita ¡EL MONTE! Desde ese momento no paramos de mirar el horizonte hasta que lo volvemos a ver, nuestro objetivo tan cerca. Salimos en una gasolinera para llenar el depósito y mirar en el mapa qué salida tenemos que coger.

    A las 8:00 el Monte se presenta en todo su esplendor y hago una salida una tanto brusca de la carretera a un apartaderín para verlo tranquilamente y hacerle las primeras fotos.

    Quedamos fascinadas, sin poder dejar de mirar la abadía seguimos camino hasta el camping.

    Llegamos, montamos la tienda ante la mirada de nuestros vecinos de enfrente y nos preparamos un señor arroz negro con calamares para cenar (Receta: Se cuece el arroz y se le añaden dos latas de calamares en su tinta).

    Duchaditas y cenadas nos acercamos hasta el bar del camping donde estaban con una sesión de bingo para preguntar si sabían a qué hora abría al día siguiente la abadía y comprar las entradas (habíamos visto en un cartel en el baño que se vendían las entradas en el camping, lo que nos evitaba la cola). Allí estaba la señora que nos había atendido en la recepción al llegar. Mi compañera le pregunta a qué hora abre la taquilla y la señora empieza a gesticular de forma un tanto extraña y yo, con mi nivel 0 de francés, sólo entiendo "mañana" y "7 de la mañana". A mí me parece un poco pronto para que abra la taquilla, pero mi compañera le dice que no la entiende bien y la señora vuelve a repetir toda la gesticulación y la perorata acompañada de una risita. Resulta que lo que nos decía la "buena mujer" es que ahora tocaba jugar al bingo, que la recepción abría al día siguiente a las 7:00 de la mañana y que en ese momento nos diría la hora a la que abría la abadía. Nos quedamos con cara de tontas y mal cuerpo por la reacción de la señora, que habría tardado menos tiempo en decirnos "abre a tal hora" que en soltar todo el rollo, pero bueno.

    Como seguimos sin saber a qué hora abre decidimos levantarnos al día siguiente a las 8 de la mañana y cuando estemos listas ir para la taquilla y que sea lo que tenga que ser. Nos olvidamos de comprar las entradas y cualquier cosa en el camping porque se nos quitaron las ganas de darle ningún beneficio a la tipa de la recepción.

     

    Día 3 (8/8/2012): Mont Saint Michel, Avranches, Granville

    Nos levantamos, desayunamos y cogemos el coche hasta los aparcamientos que hay cerca del monte. Desde allí hay unos 3 Km hasta la abadía. Existen autobuses gratuitos que hacen ese recorrido, aunque merece la pena ir a pie y disfrutar de las vistas.

    A eso de las 10 llegamos a las puertas del monte, que ya tiene un buen número de turistas por la calle principal. Subimos como tiros hasta la taquilla. No nos encontramos con cola y descubrimos, con gran alegría, que la entrada para personas de la Unión Europea menores de 26 años es gratuita. Entramos en la abadía y vemos un cartel con horario de visitas guiadas. Preguntamos y la visita guiada en castellano está incluida con la entrada, con lo que disfrutamos con una explicación de más de una hora por las distintas salas.

    Al salir paseamos un poco por las callejuelas y preguntamos en la oficina de turismo por las visitas nocturnas, que son también gratuitas, así que nos apuntamos para esa noche.

    Volvemos al aparcamiento (8'5 euros), sacamos el coche y nos vamos a Avranches.

    Entramos a la ciudad por la plaza Patton, en la que hay un tanque y muchas banderas, primera señal, de las muchas que nos encontraremos, de lo que pasó durante la II Guerra Mundial.

    Dejamos el coche en un aparcamiento gratuito en el centro de la ciudad, justo al lado de la oficina de turismo, donde nos hacemos con un planito con los sitios a visitar.

    Como son las 2:00 todos los intentos de comer en una creperia son inútiles, así que recurrimos al tan socorrido kebab.

    Después de comer comenzamos el recorrido viendo el palacio de justicia, distintas casas con vigavista, la muralla, una torre desde la que hay unas vistas muy bonitas de la ciudad con todos los tejados de pizarra, la iglesia St-Gervais, la catedral y el jardín des plantes, un sitio muy agradable y desde donde se tiene una vista muy bonita del Mont Saint Michel.

    Tras el paseo cogemos el coche hasta Granville, donde encontramos otro aparcamiento gratuito cerca del centro.

    Vemos el puerto, callejeamos un poco, compramos pan para la cena y regresamos al camping.

    Nos duchamos, preparamos unos bocadillos para cenar y volvemos al Mont Saint Michel para hacer la visita nocturna. Esta vez encontramos un sitio fuera del aparcamiento para dejar el coche. Volvemos a hacer el camino a pie, viendo la puesta de Sol y cómo el monte empieza a iluminarse. Cogemos la entrada gratuita y empezamos a deambular por las salas. En la visita nocturna las salas cuentan con iluminación especial, velas, músicos (arpa, flauta travesera, contrabajo y violín), proyecciones de fotos y vídeos...y mucha menos gente. Merece muchísimo la pena ir, aunque hay salas en las que pasamos un poquito de miedo (risas maléficas, luces extrañas, puertas a medio abrir, música inquietante, y dos cabezas como las nuestras que se asustan con nada jeje).

    Al salir sí que cogemos el autobús para volver hasta el coche, conducimos hasta un apartaderín desde el que podemos ver el monte iluminado y la Luna naranja, recién salida y allí, a las 12:30 cenamos como señoras.

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  5. Hola,

     

    Hace dos días que volvimos de Normandía y aquí está el diario del viaje por si a alguien le sirve de ayuda nuestra experiencia.

     

    Preparativos

    La idea del viaje a Normandía surgió en Enero y desde entonces estuvimos mirando cosas para ver, quién podía venir, dónde alojarnos.

     

    Nos planteamos la manera de ir y movernos por la zona. Leyendo por distintos foros vimos que todo el mundo recomendaba ir en coche, ya que hay lugares que están en pueblos pequeños y no tienen buena comunicación. Además. como la idea era ir de camping el coche nos facilitaba mucho movernos con la tienda de campaña, la comida, el hornillo y demás parafernalia.

    Siguiente duda, ¿qué coche llevamos? Para no cargar de kilómetros el coche de ninguno de los que íbamos a ir nos planteamos alquilar un coche. Nos pusimos a mirar las distintas empresas y encontramos una oferta bastante buena (Europcar), pero al ir a hacer la reserva nos dicen que si no tienes 25 años no puedes alquilar. Da lo mismo que tengas todos los puntos del carné, que lleves 4 años conduciendo, etc, lo que importa es la edad. Fuimos a otra empresa donde nos dejaban alquilar pero pagando a mayores 17 euros por conductor y día, con lo que el precio se nos disparaba. Al final decidimos que iríamos en el Corsa de mi compañera de viaje, aunque al final habría un cambio de última hora y acabaríamos llevando un Laguna ranchera, donde la tienda y demás nos cabía con comodidad.

    Pensamos también en coger el ferry que va desde Gijón a Saint Nazaire para ahorrarnos una paliza al volante, pero costaba más de 300 euros sólo ir, así que también lo descartamos.

    Conclusión, la gasolina y los peajes totales del viaje nos costarían unos 300 euros, a dividir entre 2 personas que íbamos.

     

    Otro tema fue el alojamiento. Decidimos ir de camping porque en los albergues al ser 2 nos tocaba compartir habitación siempre, además poner la tienda era más barato y los distintos campings que miramos estaban muy bien (en cuanto a precio, situación, servicios).

     

    El itinerario que seguimos fue:

    -Día 1: Oviedo-Hendaya

    (Noche en el camping Alturan. 14 Euros por persona)

    -Día 2: Hendaya-Mont Saint Michel

    (Noche en el camping Aux Pommiers. 10'42 euros por persona)

    -Día 3: Mont Saint Michel, Avranches, Granville

    (Noche en el camping Aux Pommiers. 10'42 euros por persona)

    -Día 4: Granville, Coutances, Utah Beach

    (Noche en el camping Utah Beach. 17 euros por persona y noche)

    -Día 5: Museo Utah Beach, Carentan, Isigny-sur-Mer, St-Mere-Eglise, St-Mere-du-Mont

    (Noche en el camping Utah Beach. 17 euros por persona y noche)

    -Día 6: Bayeux, Museo Memorial de la Batalla de Normandía de Bayeux, cementerio americano de Colleville-sur-Mer, Omaha Beach, Pointe-du-Hoc

    (Noche en el camping Utah Beach. 17 euros por persona y noche)

    -Día 7: Playa Utah Beach, cementerio alemán de Le Cambe, Arromanches-les-Bains, Longues-sur-Mer, Caen

    (Noche en el camping Le Clos Tranquile (Gonneville). 8 euros por persona y noche)

    -Día 8: Caen

    (Noche en el camping Le Clos Tranquile. 8 euros por persona y noche)

    -Día 9: Lisieux, St. Germain-de-Livet, Beavron-en-Auge

    (Noche en el camping Le Clos Tranquile. 8 euros por persona y noche)

    -Día 10: Deauville, Trouville, Honfleur, Le Havre

    (Noche en el camping Domaine de Reneville, Fecamp. 8 euros por persona y noche)

    -Día 11: Fecamp, Etretat.

    (Noche en el camping Domaine de Reneville, Fecamp. 8 euros por persona y noche)

    -Día 12: Fecamp-Burdeos

    (Noche en el hotel Etap. 30 euros por persona y noche)

    -Día 13: Burdeos-Oviedo


  6. teniendo en cuenta que vais 15 días, con coche y la distancia entre Granville y Dieppe (los dos extremos) no llega a 300 kilómetros, es mejor que busquéis 3 o 4 ciudades importantes y las toméis como base (ejemplo: coutances, caen, el havre, dieppe), de esta forma os evitáis el cambiar de albergue cada día (aunque vayáis en coche siempre es más cómodo).

     

    podéis buscar los más baratos y quedaros unas cuantas noches, da igual si está en un pueblo pequeño porque vais en coche.

     

    tampoco descartaría la opción de alquilar apartamentos particulares por unos días, hay mucha oferta y podéis encontrar buenos precios

     

    EDITO: si quieres páginas web donde mirar alojamiento (albergue o apartamentos), mándame mejor un privado ;)

     

    Una vez más, muchísimas gracias


  7. Hola,

     

    Berlín, Praga, Viena y Roma, en mi opinión, merecen un mínimo de 4 días cada una.

    A Venecia no le dedicaría menos de 2 días, y preferiblemente 3 para poder ver las islas.

     

    Creo que merece la pena pararse más en cada sitio y poder disfrutarlo de verdad que pisar cada ciudad para poder decir "yo estuve allí" pero no haber visto nada.

     

    Mucha suerte.


  8. Hola,

     

    He estado este verano en Budapest, Viena y Bratislava. Tanto a Budapest como a Viena les añadiría 1 o 2 días más. Sobretodo Viena tiene muchísimo para ver tanto en museos como en parques o palacios (en Schönbrunn, echarás casi un día entero). Quizá te puedas ahorrar el tiempo en Bratislava e invertirlo en alguna de las otras dos ciudades.

     

    De cualquier forma el recorrido es impresionante y muy apetecible.


  9. Hola,

     

    Estoy de acuerdo con Garefe9, París mínimo 4 días.

    Yo añadiría un día más a Venecia para poder visitar las islas (Murano, sobretodo Burano). Lo que yo más disfruté del interrail fue ver lugares que no siempre se visitan y realmente merecen la pena, Burano fue uno de ellos.

     

    Quizá deberíais plantearos ver lugares más cercanos, que no os hicieran estar tantas horas en los trenes porque como no aprovechéis nocturnos gran parte del tiempo "útil" lo vais a pasar en los vagones.

     

    Mucho ánimo.


  10. Hola,

     

    Va a hacer tres años desde que emprendimos nuestro primer interrail por tierras italianas y este verano nos disponemos a asaltar Normandía.

     

    Después de leer guías y algún que otro diario la idea es visitar los siguientes lugares:

    -Le Mont St Michel (2 días)

    -Grandville (medio día)

    -Coutances (medio día)

    -St-Lo (medio día)

    -Ste Mére Eglise,Isigny sur Mer, Omaha Beach, Arromanches les Bains (dos días)

    -Bayeux(1 día)

    -Caen (2 días)

    -Lisieux (1 día)

    -Deauville (medio día)

    -Honfleur (1 día)

    -Le Havre (1 día)

    -Êtretat (1 día)

    -Fecamp (1 día)

    -Dieppe(1 día)

     

    Tenemos muchas dudas sobre el tiempo que se necesita para ver cada sitio. En principio vamos a alquilar un coche para los desplazamientos, con lo que no tendremos que estar pendientes de horarios de autobuses o trenes.

    ¿Nos podríais orientar, en qué lugares necesitamos más tiempo y en cuáles menos, sitios no típicos que merece la pena ver, alojamiento?

     

    Muchas gracias de antemano.


  11. Hola. Nosotros hicimos un interrail a Italia este verano. Florencia es cierto que merece todos los días que podais darle y Roma en 3, bueno, si no os quereis meter a mucho museo.

    En cuanto al tipo de billete yo te recomendaría que miraras los precios de los trayectos antes en internet, porque en Italia el tren no es demasiado caro.

    En Venezia te recomendaría que te acercaras a Murano y sobre todo a Burano, la isla de las casitas de colores. Esta última merece muchiiisimo la pena. Cada vaporetto cuesta 6'50, asi que echar cuentas. Nosotros sacamos un billete para 3 días por 18 eurillos con el que podíamos coger todos los vaporettos que queríamos, y el primer día ya lo amortizamos (venezia-murano, murano-burano, burano-san marcos, gran canal).

    Seguro que lo pasais genial.

    Ciao


  12. Día 19, 13 de Agosto: Mentón-Carcassonne

     

    Nos levantamos, desayunamos, cogemos las maletas y llamamos al albergue de Carcassonne para avisar de que vamos a llegar bastante tarde, nos dicen que no hay problema, que tienen gente allí las 24 horas.

    Solucionado el tema del albergue bajamos para la playa, montamos el campamento y a disfrutar de un baño.

    A las 2 nos vamos al supermercado a comprar comida para el viaje y para la cena y marchamos a la estación.

    A las 3:00 cogemos un tren para Niza, en Niza cogemos otro para Marsella. En este cambio una de las chicas que viene tiene que comprar el billete porque no tiene interrail, así que con un cuarto de hora de margen vamos a la carrera a la taquilla, pero hay muchísima cola, intentamos sacarlos en una máquina pero tampoco hay forma así que subimos al tren con una polizona.

    Cuando llega la revisora le explicamos que no le dio tiempo a sacar el billete y dice que no pasa nada, que en un rato pasa y se lo saca ella, pero nunca pasó, así que un viaje por la cara.

    Ya en Marsella cogemos otro tren para Narbona, y en Narbona un tren con destino París que nos deja en Carcassonne. En este tren nos encontramos con el pica que nos dice que tenemos que pagar suplemento, cuando en otra estación nos habían dicho que no había que pagar nada a mayores; mientras el tipo rabila con su maquinita para sacarnos el billete nosotros vamos recopilando dinero, pero en esto que nos dice que no sabe como funciona la máquina así que nos deja sin pagar suplemento, ole.

    Por fin, a eso de las 11:30 llegamos a Carcassonne y preguntamos en la estación cómo llegar a la ciudad vieja, donde está el albergue. Nos dicen que está bastante lejos, a kilómetro y pico, pero que hay una parada de taxis cerca de la estación.

    Vamos a la parada y no hay ningún taxi, llamamos por teléfono y nadie responde, ya estamos mentalizándonos de la paliza con las mochilas hasta el albergue cuando se nos acerca un señor y nos pregunta que qué pasa. Le explicamos que queremos ir a la ciudad vieja, nos indica por donde es pero dice que está lejos, le decimos que no nos cogen el teléfono los de los taxis y ahí empieza la movilización del paisano. Intenta llamar con su teléfono, tampoco responden así que cruza a un bar y pregunta por otro teléfono, consigue contactar con los taxis y nos consigue uno por 18€ los dos viajes. Así que agradecidísimos a ese buen hombre, subimos el primer turno para el castillo y nos quedamos anonadados con lo bonito de la ciudad. En la puerta esperamos a nuestros compañeros y emprendemos la toma del castillo en busca del albergue, que resultó estar en el centro, centro, centro, de la ciudad antigua.

    Llegamos y nos atiende la persona más amable del mundo, que encima habla castellano, y debió de alucinar con nosotros porque estábamos con una felicidad que no cabíamos en nosotros, claro después del rancio de Mentón llegas a Carcassonne y te dicen que tienes habitación para los 5, con ducha, desayuno incluido y te lo dice un tipo con una sonrisa de oreja a oreja y te enamoras del hombre.

    Bueno, así a las 12:30 entramos en nuestra super habitación, nos vamos a duchar, cantando a grito pelao de felicidad (nuestras disculpas a aquellos que quisieran dormir) y nos vamos a la cama.

     

    Día 20, 14 de Agosto: Carcassonne

     

    A las 8:30 nos levantamos y vamos a desayunar.

    Nuestro primer objetivo es la oficina de turismo, al lado de la entrada a la ciudad vieja, donde nos dicen que por ser menores de 26 la entrada al castillo y las murallas con visita guiada en castellano nos sale gratis, así que allá vamos.

    Después de la visita vemos la catedral y volvemos a dar una vuelta al interior del castillo, porque la entrada es válida para todo un día, con lo que puedes entrar y salir todas las veces que quieras.

    Antes de comer compramos unas entradas para una justa (10€) para la tarde. Buscamos un restaurante para darnos el lujo de comer algo de carne y a las 3, a la carrera como no, vamos a la justa. No es nada del otro mundo pero el entorno es inigualable y ya que la visita nos salio gratis…

    A las 4 se acaba la justa y nos vamos a dar una vuelta a las murallas, sí, cuando el sol más calienta, quién dijo miedo.

    Una vez vistas las murallas y bien recocidos volvemos a entrar en la ciudad y callejeamos un rato curioseando por las tiendas. Después bajamos al pueblo nuevo, a un puente desde donde hay unas vistas muy bonitas de la ciudad vieja, de toda la muralla, así que a sacar fotos.

    Paramos un rato en un parquecillo a la orilla del río y volvemos a subir a la ciudad. Volvemos a callejear un rato, cenamos y nos sentamos en una placita a escuchar a un músico. En esto que nos asomamos al pozo en el que estábamos apoyados y vemos ¡un escorpión!, sí, pequeño, pero escorpión.

    Una vez recuperados del shock, parte del grupo va para el albergue y dos bajamos de nuevo al puente para ver la ciudad iluminada, no se tarda mucho a si que os recomiendo bajar alguna noche.

    Subimos de nuevo a la ciudad, nos duchamos y jugamos unas partiditas de cartas en la terraza del albergue.

    Al pasar las 12 felicitamos a una de las integrantes del grupo que cumplía años y le damos sus correspondientes regalitos, un peluche de Pocoyo y un cubito de piruletas artesanales, compradas a la carrera y de extranjis en Carcassonne temiendo que nos pillara la cumpleañera. Así quedamos de palique un rato y aprovechándonos de las piruletas ajenas hasta que nos vamos a la camita.

     

    Día 21, 15 de Agosto: Carcassonne-Narbona-Carcassonne

     

    Nos levantamos, desayunamos y decidimos ir a Narbona, ya que Carcassonne estaba más o menos visto.

    En la estación nos informamos sobre los trenes para el día siguiente a Barcelona. El tren que queríamos coger y que nos permitía estar unas 6 horas en Barcelona está lleno, así que de ver Barcelona nada, qué se le va a hacer.

    Con la pena de Barcelona subimos al tren rumbo a Narbona (aquí en Francia los trenes ya son carillos, el viaje de Carcassonne-Narbona, que serán unos 20 minutos, costaba 9€, creo).

    En Narbona vemos la catedral, la plaza donde está el ayuntamiento y la via domitia. Después vamos a comer al Mc Donals más lento del mundo, pero como no había prisa ninguna.

    Después de comer dos se van a la playa y el resto nos quedamos dando una vuelta por la orilla del río.

    Saciadas de Narbona vamos a la estación, donde tenemos que esperar, en principio, tres cuartos de hora por un tren. Cuando se acercaba la hora de que llegara el tren lo cancelan, y tenemos que esperar otra horita por otro tren.

    Por fin, llegamos a Carcassonne, subimos a la habitación y mientras la cumpleañera habla por teléfono marcho a la carrera (una vez más) a comprar unos pastelitos para celebrar el cumpleaños.

    Nos duchamos, llegan los de la playa y vamos a cenar, a las 11:30 en Francia ¿misión imposible?, no, encontramos un sitio en una placita muy chula donde nos dan perfectamente bien de comer. Hablamos con el camarero y de postre nos sacan una copa de helado y los pastelitos que habíamos comprado junto con una vela, de San Antonio (no encontramos otra vela), para nuestra cumpleañera. Después de cantar el cumpleaños feliz y disfrutar de la copa de helado, a repartir entre 5, nos vamos a la ciudad nueva a una discoteca.

    Entramos y no hay nadie, la discoteca era vieja, vieja, espejos en las paredes, lucecitas como de navidad, asientos de sky, música del año catapún y nosotros con la impresión de que en cualquier momento iba a salir una tipa a quitarse la ropa.

    Por fin, a las 2 de la mañana, llega gente y la música se va adecentando. A las 3:40 volvemos a subir para el albergue y a las 4 estamos en la cama.

     

    Día 22, 16 de Agosto: Carcassonne-Barcelona

     

    Nos levantamos, desayunamos, acabamos con las maletas y vamos, poquito a poco, con nuestros muertitos a la espalda, hasta la estación.

    Cogemos un tren a Narbona, de Narbona uno a Port-Bou, en el que vamos hablando con unos chicos marroquíes y con unas chicas inglesas, que andábamos todos viajando por el mundo.

    En Cerbere, ciudad fronteriza, estamos parados un buen rato, pasa la policía revisando pasaportes y por fin seguimos camino.

    Después de un túnel, empiezan a sonar los móviles cambiando de compañía, estamos en España.

    Llegamos a Port-Bou y nos damos cuenta de que tenemos que sacar billete, y vemos la enorme cola, creíamos que el tren salía en 10 minutos, pero milagrosamente conseguimos sacar el billete y corremos hasta el tren. Yo subo, me asomo y no veo a nadie, sigo mirando y…me pilla la puerta del tren. Después de un forcejeo, menuda batalla, consigo liberarme. Allí estoy, en el medio de dos vagones con dos señores argentinos que tienen billete, pero no asiento (increíble pero cierto). Llamo a mis compañeros para ver en qué vagón están, pero…no se han subido al tren, con lo cual estoy de polizona, ole.

    Después de varias llamadas entre túnel y túnel, me entero de que ese tren además no es el que tenemos que coger porque no es regional, así que entre la información que me dan mis compañeros y algunos pasajeros del tren (mil gracias), decido bajarme en Figueras, donde se para el tren que cogen mis compañeros.

    Ya en Figueras como y espero hasta que llega el tren de mis compañeros, me subo pero…no en el vagón que es, y las puertas están cerradas así que no puedo cambiar de vagón. Por fin, en la siguiente parada bajo al anden, con miedo de que se fuera el tren, se asoma una compañera en el vagón en el que es y a la carrera cambio. Por fin todos reunidos, en un cercanías, camino de Barcelona.

    2 horas después llegamos a Barcelona, sacamos los billetes y hablamos con el de seguridad para ver si había problemas para meter la espada comprada en San Marino, no hay problema, así que a buscar algo para cenar.

    Nos comemos un heladito y compramos unos bocatas para la noche.

    Cuando llega la hora vamos para los controles de seguridad, el segurata nos recomienda que no matemos a nadie con la espada y vamos en busca de nuestro vagón.

    A nuestro compañero lo ponen en un compartimento a parte, de nosotras 3 vamos juntas y otra a parte, pero la chica que tenía que venir en nuestro compartimento no llega, así que nos reagrupamos en nuestra sauna particular. Damos una vuelta hasta el restaurante para aprovecharnos del aire acondicionado y después volvemos a la sauna a cenar y charlar un ratejo. A las 12 a dormir.

     

    Día 23, 17 Agosto: Barcelona-Oviedo

     

    Entre ruido, traqueteo y frenazos que hacen que móviles y demás útiles salgan volando en medio de la noche, a las 7:30 nos levantamos y recogemos los bultos.

    A las 7:50 bajamos, llegamos a Oviedo, saludamos al comité de bienvenida y nos vamos a desayunar.

     

    Ciao, interrail


  13. Hola, a ver, gastamos 300€ para el billete, 490 en alojamiento y lo que fuera de comida y museos, que no te sé decir exactamente cuanto fue. Importante mirar antes los precios de los trenes, nosotros no amortizamos el billete por 36€ por ejemplo, y las distintas tarjetas que hay en las ciudades para ver los museos o para el transporte, con eso te puedes ahorrar mucho dinero (roma pass, rolling venezia, verona car, etc)


  14. Día 14, 8 de Agosto: Venezia-Verona

     

    Nos levantamos, revisamos la habitación, dejamos las mochilas en un cuarto del albergue y vamos al supermercado por nuestro desayuno.

    Cogemos un vaporetto para San Marcos y callejeamos por una zona que no habíamos visitado el día anterior.

    Nos sentamos a comer en las escaleras de una iglesia, donde un grupo de neozelandeses nos ceden comida y cubiertos porque se vuelven ese día para allá y no podían llevar la comida en el avión; bienvenido sea el maná.

    En nuestro paseo nos animamos y compramos algún que otro antifaz, qué mejor recuerdo de Venezia.

    Cuando el tren no nos da más margen cogemos un vaporetto, abarrotado de gente, camino de la estación, recogemos las mochilas y para el tren.

    A las 5:00, ciao Venezia.

    Una vez en Verona cogemos un autobús y nos bajamos una vez vemos la Arena. Buscando la calle del alojamiento le damos la primera vuelta a aquel circo, para regresar por la calle por la que nos había subido el autobús.

    Por fin encontramos el B&B Citadella y empieza el caos. Llamamos a la puerta y no nos contesta nadie, llamamos al teléfono de contacto que tenían y no lo cogen. Empiezan los nervios porque a las 9 tenemos entradas para la ópera y son las 8. Seguimos llamando sin respuesta cuando por fin, se abre el portal y aparece una pareja, les empezamos a preguntar en inglés si saben algo del B&b y nos dice que vienen de allí, en ese momento nos damos cuenta de que también son españoles. Nos dicen que en el piso no hay nadie, pero nos dejan entrar y nos dan la clave de la puerta, con lo que subimos los bultos, nos cambiamos en el baño y empezamos a debatir qué hacer, mientras seguimos llamando por teléfono sin respuesta.

    Por fin lo cogen y la chica nos dice que está allí en 5 minutos (que se convertirían en media hora). Llega la tipa, toda preparada para ir también a la ópera y nos dice que ahora vamos a la ópera y que después nos tiene que cambiar de sitio (sin aviso previo).

    En fin, sin duchar y con muy mala leche marchamos camino de la arena para ver la ópera Aida.

    Si podeis id a la ópera, pero procurad ir descansados, porque yo en el último acto daba unas cabezadas que casi caigo por la grada abajo. Además como llegamos muy justos de tiempo teníamos los peores sitios.

    El caso es que salimos de la ópera y nos encontramos con los del alojamiento en el portal, subimos a la carrera a coger las mochilas porque ellos no sabían que las teníamos dentro del apartamento, pensaban que estaban en el portal.

    Bajamos los trastes, los cargamos en un coche y unos vamos caminando con un tipo mientras una compañera nuestra va con la chica en el coche.

    Por fin llegamos al nuevo alojamiento, más lejos que el que teníamos reservado, y se ponen a montar las habitaciones (sería como la 1 de la mañana). La chica nos dice que es que el negocio es de su hermano, pero que está de vacaciones y la dejó a ella al cargo.

    En fin, por fin a las 2:30 nos metemos en la cama.

     

    Día 15, 9 de Agosto: Verona

     

    Nos levantamos, desayunamos e intentamos pagarle a la madre de la tipa, cosa que no es nada fácil porque no se entera de media. Si pagas con tarjeta te cobra un euro más, estamos de acuerdo, pero como te descuides te cobra el doble, así que ojito.

    Una vez dejamos de ser morosos, nos vamos para la casa de Julieta, donde se les ha acabado la Verona card, una tarjeta que sacas por 10 euros€ y te sirve para ver monumentos varios, nosotros queríamos ver la casa de Julieta y una torre y ya con eso se amortiza, asi que…a la torre a sacar la tarjeta dichosa. De la torre nos mandan a un estanco, donde por fin conseguimos la entrada.

    Vamos a la torre y el mismo rancio que nos había mandado al estanco sin mirarnos siquiera no nos hace ni puñetero caso para abrir el torno, así que a saltar se ha dicho.

    Después de unas cuantas escaleras (tranquilos, también hay ascensor), subimos a la torre y disfrutamos de las vistas.

    Después nos vamos para la casa de Julieta, subimos al balcón, le tocamos la teta y de ahí marchamos a la iglesia de Santa Anastasia y al Duomo (en Verona hay que pagar para muchas de las iglesias, a no ser que tengas la super verona card).

    Una vez visto, una de las integrantes del grupo nos lleva mediante su incomparable olfato (increíble pero cierto) hasta un kebab, mucha comida a precio razonable, genial.

    Nos sentamos a comerlo en unas ecaleronas frente a la arena y llega una policia en una motuca y nos dice que comer ahí no, asi que al suelo del parque de enfrente.

    De postre nos compramos unos helados, los helados definitivos, merece la pena ir a Verona sólo para comer esos helados (heladería Savoia, en la Vía Roma, IR allí).

    Mientras nos deleitamos con los distintos sabores (recomendación: melón y coco), vamos al castillo.

    Le damos un par de vueltas y vamos por la orilla del rio camino del teatro romano. Lo vemos, disfrutamos del ensayo de unos bailarines y nos vamos para la tumba de Julieta. Si no teneis la Verona card no os gasteis 4€ para ver eso porque no merece la pena, hombre, hay exposición de pintura que si entendeis algo igual si que os gusta, pero lo que es la tumba no tiene nada, nada de nada, un rectángulo de piedra todo lleno de firmas a rotulador, ni lápida, ni estatua, ni nada.

    Entre risas y pensando el dinero que se embolsarán por la gente que va a ver la tumba (pobres románticos) nos vamos a la estación a preguntar por trenes para ir al lago de di Garda, cerca de Verona. Para llegar hay que coger un tren a Desenzano y allí coger un autobús.

    Una vez informados regresamos al hotel, nos duchamos y preguntamos por el uso de la lavadora, que la noche antes la tipa nos había dicho que estaba a nuestra disposición, pero que ese día su madre dice que nones, que 5 eurazos poner la lavadora. Yo me niego a pagarle más dinero a esa gente y me cojo mi chimbo y hala, a pasar un rato entretenido.

    Con la ropa limpia nos vamos a cenar un super helado (4 bolas 3 euros€, 5 bolas 3,5 euros€) y a casa a dormir, o eso creíamos.

    A las 4 de la mañana la tipa, borracha, llama a una de mis compañeras (le habíamos dado el número como contacto el día de la ópera por si se escapaba) y le dice que se le han olvidado las llaves que si por favor le puede abrir, tocate los güevos (sí, con g). Cuando nos lo contó por la mañana flipamos, pero mucho, mucho.

     

    Día 16, 10 de Agoto: Verona-Lago di Garna-Verona

     

    Nos levantamos a las 7, desayunamos y vamos al tren.

    Llegamos a Desenzano y esperamos al autobús que nos lleva a Sirmione, donde llegamos a las 10:00.

    Vemos el castillo, que estaba cerrado (esos lunes) y callejeamos hasta llegar a la playa que tienen montada al lado del lago. SI teneis ocasión id.

    Montamos el campamento en un prado, escoltados por las hormigas y por turnos vamos a disfrutar de esas aguas.

    A las 6 no nos queda otra que volver y hacer el recorrido inverso hasta Verona (autobús-tren).

    Llegamos a casa y ¡oh, sorpresa!, nos encontramos unas bragas colgadas del pomo de nuestra habitación, yo no sabía si abrir o no, no quiero interrumpir nada. Por fin abrimos y, aunque no nos habían hecho la cama, nos habían quitado la cuerda de tender (que tan bien habíamos instalado en la terraza) y teníamos la ropa doblada en la cama.

    Cogiendo las bragas ajenas con dos deditos le preguntamos a la madre de la tipa que qué hacía eso colgando de nuestro pomo, un poco nerviosa dice que creía que eran nuestras, CARAJO y no las puedes meter en la habitación como el resto de la ropa?. En fin, veis la buena organización y el plan de aquel sitio.

    Salimos a cenar, nos metemos otro maravilloso helado savoia entre pecho y espalda (5 bolas, que para algo es el último día allí) y paseamos hasta la plaza del Erbe, donde nos habían dicho que podía haber gente. Ni un alma encontramos, así que a casa, ducha, preparar la maleta y a la cama.

     

    Día 17, 11 de Agosto: Verona-Milán-Mentón

     

    A las 7:15 ya estamos en pie, desayunamos, cogemos las mochilas y dejamos el dichoso B&B Citadella (no vayais) camino de la estación.

    Cogemos el tren de las 8:40 para Milán y una vez allí preguntamos, después de una larguísima cola, los horarios para Mentón…¡sorpresa! Tenemos 3 horas hasta que salga el único tren que podemos coger, así que a la carrera a la consigna (4€ por bulto) y al metro.

    En el metro cogemos un billete de 10 viaje, pensando que somos 5 asi que nos sale redondo para ir y volver pero no, porque el billete es válido solo para una persona, así que una vez se pasa la primera vez hay que esperar no se cuanto para volver a picarlo, preguntamos a un segurata y nos dice que se puede cambiar pero en la parada del duomo, asi que sacamos billetes simples y allá vamos.

    Llegamos al impresionante duomo y entramos por turnos, para poder aprovechar la bandera de Asturias (que útil nos fue) y otra pañoleta para entrar tapadas (nada de pantalones muy cortos ni camisetas de tirantes). Una vez la visitamos todos le damos una vuelta completa y nos dirigimos a las galerías, con su parada en Mc Donalds para ir al baño by the face, y de ahí al castillo de los Sforza, paseamos un poco por sus patios y a buscar un supermercado para abastecernos.

    Con provisiones volvemos a la catedral, le damos una última vuelta y yo me voy a buscar la oficina para cambiar los billetes, reto conseguido después de rellenar un papel y de que la señora de la oficina me entendiera, oh milagro.

    Ya con 8 billetes simples emprendemos el regreso y claro, ahora sobra 3, así que pillo a unos españoles por banda y se los doy, aunque no se fiaban mucho de que estuvieran sin usar, desde luego…

    Corriendo vamos a por las maletas y nos subimos al tren a 10 minutos de que salga.

    Buscamos un compartimento y allí nos metemos, una auténtica sauna, no se podía dormir porque te despertaban las gotas de sudor corriendo por la espalda. Así entre sudar y comer llegamos a Mentón a las 8:15, 5 horas después de haber cogido el tren en Milán.

    Ya en Mentón preguntamos en un bar por el albergue de la juventud (NO vayais) y pone cara de estar lejos, lejos. Nos da las primera indicaciones y nos dice que luego volvamos a preguntar.

    Llegamos a un paso por debajo de la vía y ahí encontramos a una señora que nos dice que a ella le queda de camino, que la sigamos, así empezamos a subir con nuestras mochilas por unas cuestas, sudando como pollos (casi más que en el tren), y después la señora gira y enfila unas escaleras, y nosotros con unas caras, la señora se partía de risa. Así, gracias a la amabilidad de la señora y 325 escaleras después llegamos a un camping, en cuesta como no, que hay que atravesar para llegar al dichoso albergue.

    Por fin entramos y nos encontramos con la recepción vacía, llamamos a un timbre y un ratito después, sin prisa oiga, aparece el recepcionista, un hombre desagradable y maleducado como iríamos viendo.

    Nos da la llave de nuestra habitación y allá vamos. Vamos al baño, penando por una ducha y vemos que en 10 minutos ya no se pueden usar las duchas, así que todas al montón a meterse debajo del agua.

    Las habitaciones son de 8, separados chicos y chicas (no vaya a ser), así que nosotras compartimos habitación con otras 4 personas y nuestro compañero con 7. Inocentemente preguntamos al recepcionista por las taquillas y nos dice que no tienen, que nunca han tenido ningún problema, y si lo tienen al franchute ese (mira que me caen bien los franceses, pero este…) que más le da.

    Así salimos a cenar y al volver conocemos a dos de nuestras compañeras de habitación, dos hermanas, mayores ya, pero muy majas.

    Después de un intento de conversación con ellas nos vamos a la cama.

     

    Día 18, 12 de Agosto: Mentón-Mónaco-Mentón Con chanclas y a lo loco

     

    A las 7 de la mañana empieza el movimiento dentro de nuestra habitación, aunque aguantamos en la cama y no nos levantamos hasta las 9.

    Nos vestimos y subimos a desayunar, o a intentarlo. Llegamos y no hay tazas, ni leche ni pan, así que se lo decimos a nuestro amigo el recepcionista que estaba en la terraza echando un cigarro y nos dice que ahora lo ponen. Al cabo de un cuarto de hora nada había cambiado y una señora se nos acerca y nos ofrece parte de su desayuno, que no era el del albergue, es entonces cuando reparamos en que la mayoría de la gente se ha comprado el desayuno por su cuenta, vamos que la falta de alimento se debía de dar a menudo. Nos asomamos y ahí sigue el hombre en la terraza, cuando justo asoma una chica por la puerta de la cocina, le decimos si nos puede reponer el desayuno y por fin, saca algo de pan y la leche.

    Una vez desayunados nos ponemos nuestro mejor bañador y emprendemos el camino, escaleras abajo, para ir a la playa. Antes, paramos en la estación de tren para preguntar los horarios para Mónaco, ya que el día antes la oficina estaba cerrada. Allí nos dicen que para poder ir a Carcassonne desde Mónaco (que es lo que pensábamos hacer al día siguiente) hay que salir de Mónaco a las 11 de la mañana, con lo que de verlo nada.

    Hacemos gabinete de crisis y decidimos subir al albergue, cambiarnos e ir a Mónaco ese día.

    Comenzamos a subir las escaleras, quedándose una compañera abajo porque se encontraba mal.

    Llegamos 3 arriba y cuando vamos a entrar al albergue llega el franchute de su asiento en la terraza y empieza a decir que hasta las 5 (nada más y nada menos) no se puede estar allí, que tiene mucho travaille (y está fumando en la terraza pero bueno). Le intentamos explicar que sólo queremos coger los playeros, pero se cierra en banda, se pone todo loco y ni nos escucha.

    Llega la otra compañera y dice que tiene que coger medicación para la chica que está mala abajo, y el tipo dice que esa historia ya se la conoce, que no abre, todo de la peor manera posible.

    Yo, no se bien por qué, había metido en la mochililla del día unos playeros y unos calcetines, así como el billete de interrail, pero el resto de compañeros no, así que EN CHANCLAS Y A LO LOCO, cogimos el tren para Mónaco (después de volver a bajar las dichosas escaleras).

    Llegamos a Mónaco y al salir de la estación vamos a un puesto de información, donde nos dan un mapa y nos informan sobre las cosas para ver.

    Partimos rumbo al castillo de los Grimaldi, aguzando vista y oido a la caza de algún coche curioso. Sin éxito en la búsqueda de coches llegamos al castillo, sacamos la entrada (35€ con el carnet de estudiante internacional, ISIC, sacarlo) que nos vale para el castillo y el museo napoleónico y viene con audioguía gratis. Vemos el castillo por dentro, las salas, algunas de las cuales todavía se utilizan hoy en día para recepciones y demás, vemos el museo napoleónico y nos ponemos a comer en la plazuela, frente al castillo, cuando sale en coche el principe Alberto (somos gente importante y quería vernos).

    Así que con la anécdota para contar, acabamos de comer y vamos para la catedral a través de unos jardines muy bonitos.

    En la catedral vemos las tumbas de los distintos monarcas y las pantallas de plasma cada dos columnas.

    Salimos ya camino de la zona nueva, Montecarlo. Desde lo alto vemos una piscina al lado del puerto y especulamos sobre el precio que tiene que tener, si es que puede entrar cualquiera.

    Seguimos bajando, sacamos fotos varias y llegamos a la altura de la piscina, donde vemos, para nuestra sorpresa que el precio es, a partir de las 4:30 de la tarde, 180€, más barata que la piscina de nuestro pueblo. 3 integrantes del grupo no pueden resistir la tentación y se quedan ya en la piscina, mientras 2 subimos al casino, babeando por los coches (que estaban todos aquí escondidos) y sin parar de disparar. Vemos el casino y bajamos, casi a la carrera a juntarnos con nuestros compañeros en a piscina.

    Dejamos nuestra ropa en un ropero y la chica nos dice que tenemos que dejar también las chanclas, que hay que entrar descalzos (nos costó entenderla un ciento claro), así que resignadas dejamos allí las chanclas y nos mentalizamos a coger un puñado de hongos, eso sí, monegascos.

    Disfrutamos como enanos en la piscina, de agua salada, y a las 7:20 nos dicen que para fuera.

    Volvemos a subir, rumbo al casino, a tener envidia (sana y no sana) por los coches y hacemos fotos, muchas fotos, a la puerta del casino. Después paseamos por los jardines de delante del casino, vamos a la famosa curva del casino y al túnel. De ahí, al puerto, elegimos barco (Romance siempre te recordaremos) y soñamos con que algún día podremos tener uno de esos.

    Con los ojos como platos, y con muy buen sabor de boca, volvemos a la estación y corriendo, corriendo cogemos el tren, de vuelta a la realidad de Mentón.

    Una vez en Mentón corremos por las calles buscando algún sitio para poder coger algo de comida para llevar y subir al albergue, porque teniamos miedo de que éste cerrara a las 11 y nos dejara en la calle. Así que, mientras 2 suben para ver el horario, 3 buscamos algo, encontrando una pizzería. Pedimos 3 pizzas y nos llega un mensaje del grupo que ya había subido, no cierra hasta las 12, así que podemos ir con calma.

    Con nuestras pizzas en la mano emprendemos el ascenso, dejándonos llevar por el olor de la comida y guiándonos por la luz del móvil, porque lo de las farolas , pese a tener la ciudad de la luz, no lo tienen muy claro los franceses, al menos en ese pueblo.

    Por fin llegamos al albergue y a cenar.

    Preparamos las maletas y hablamos de la hora para levantarse al día siguiente. Una vez estamos todos de acuerdo nos vamos a la cama.


  15. Día 10, 4 de Agosto: San Marino

     

    Nos levantamos y vamos a coger un autobús para San Marino (3’7 euros€).

    A las 8:30 a.m. haciamos nuestra entrada en San Marino y vamos en busca del alojamiento, la casa de una señora (estilo abuela), que alquila habitaciones y que de repente estás leyendo y aparece por la habitación a cerrarte la puerta o empieza a hablarte sin comprender, por más que se lo explicas, que tu de italiano nada; un poco de miedito las apariciones de la señora.

    Vamos en busca de un bar para desayunar y subimos por las calles de San Marino hasta el ayuntamiento (3euros€ y muy muy poco para ver), vemos el cambio de guardia (se hace cada 30 minutos) y nos sacamos la foto con los guardias; también vemos la basílica y las 2 torres (4’5 euros€ ó gratis con el carnet joven euro 26) y bajamos a comer a un restaurante una pizza (5’90 euros€).

    Después de comer nos damos un paseo por las calles de San Marino y vemos las tiendas, libres de impuestos. Compramos algo para cenar y nos vamos al alojamiento a ducharnos.

    Una vez refrescados parte de nosotros volvemos a subir a San Marino, uno se compra una espada, así que otra vez al albergue a posarla y otra vez para arriba a la ciudad.

    Cenamos una manzana en la plaza del ayuntamiento y compramos un crepe con chocolate blanco (...increible). Bajamos a otra plazuela donde estaba actuando un humorista muy conocido por allá, al que nosotros no le entendíamos más que palabras sueltas. Después de estar un rato riéndonos cuando toda la plaza se reia, decidimos volver al albergue.

    Preparamos la maleta y a dormir.

     

    Día 11, 5 de Agosto: San Marino-Bolonia

     

    Nos levantamos a las 7:30, tocaba madrugar para coger el autobús de San Marino a Rimini (3´70€).

    Una vez en Rimini esperamos una hora al tren (en la cual nos echaron de la estación porque ese día no se podía estar sentado allí, cuando el día anterior habíamos estado tumbados con saco y todo, en fin, buenos seguratas os deseo para vuestro viaje).

    Llegamos a Bolonia y, dos autobuses después, al albergue de la juventud, muy, muy lejos de la ciudad, así que si vais buscar algo más céntrico; aunque la verdad yo os aconsejo pasar de Bolonia e invertir ese tiempo en Milán, Venecia o cualquier otra ciudad con más sustancia (opinión personal).

    Mientras unos comen en el albergue otros regresamos a la ciudad para tomar contacto.

    Después de comer nos reunimos en la plaza de neptuno (ojo a las estatuas de la fuente), vemos la plaza mayor, la catedral, el ayuntamiento, un mercado, una abadía (más bien la iglesia de la abadía), nos aprovisionamos y regresamos a la plaza mayor, donde cenamos mientras disfrutamos de una cantante.

    Volvemos a coger los autobuses y al albergue, ducha y a la cama.

     

    Día 12, 6 de Agosto: Bolonia-Venezia

     

    Nos levantamos, desayunamos y cogemos los autobuses para la estación. En el momento de coger uno de los autobuses yo meto el pie en un butrón en el asfalto y caigo con todo el equipo (véase mochilón detrás y mochililla delante) y quedo en el suelo cual cucaracha patas arriba, el autobús, como no, marcha y nos deja en tierra.

    En fin, una vez en la estación esperamos una hora y cogemos el tren para Venezia, a la que llegamos en 2 horas.

    Nada más llegar vamos de ventanilla en ventanilla para sacarnos la tarjeta rolling venezia (4 euros) que es una especie de carnet joven para Venezia, con el que te hacen descuentos en museos, restaurantes y sitios varios. Una vez tenemos la rolling nos sacamos un bono para los vaporettos que nos dura 72 horas, más de las que vamos a estar en la ciudad, pero es la oferta que hay con la rolling. Este billete nos cuesta, con el descuento de la rolling, 18 euros€, más los 4 euros de la rolling, 22 euros€, os parecerá caro, pero si os digo que cada viaje en vaporetto cuesta 6’5 euros€ le veréis las ventajas.

    Armados con nuestras tarjetas vamos al albergue a dejar las cosas.

    El albergue se encuentra muy cerca de la estación de tren, el allogi Gerotto Calderan, está en una placita que se llama Campo San Geremia. También teníamos habitación para nosotros 5 con baño privado, pero no incluye desayuno, nos costaba unos 26 euros la noche.

    Dejamos las cosas y nos vamos al embarcadero a coger un vaporetto para Murano, el vaporetto es el DM. Disfrutamos como enanos de nuestro primer viaje por los canales de Venezia y, una vez en Murano, disfrutamos de una visita gratuita a un taller de soplado de vidrio, bien como experiencia, pero un calorazo, increíble.

    Después paramos a comer y callejeamos, entrando en distintas tiendas y viendo las distintas figuritas en cristal (según nos dijeron sólo 10 tiendas en toda la isla venden auténtico cristal de Murano, hay que buscar un cartelito a la entrada de la tienda que acredita que es auténtico cristal). Aprovechamos todos a comprar algún detalle, ya sea de cristal de Murano o de plástico de otro sitio, lo que cuenta es la intención y la cartera.

    Saciados de Murano cogemos otro vaporetto para Burano, la isla de las casitas de los colores, ir, muy muy bonita. Es, o era, un pueblo de pescadores, y cada casa está pintada de un color para que las distinguieran cuando había niebla y supieran donde dejar la barca.

    Disfrutad de la tranquilidad y el espacio en la calle de estas dos islitas, porque Venezia está saturado de turistas.

    Tomamos otro vaporetto, ahora sí para ir a tomar San Marcos. Vemos la plazuela, nos sorprendemos de la falta de palomas (la noche no les debe de gustar), cenamos y callejeamos un rato. Después cogemos el último vaporetto, como siempre apurando horarios, y disfrutamos de un paseo por el gran canal rumbo a la estación. Vemos los distintos palacios y el puente de Rialto y, extasiados, bajamos y vamos para el albergue. Nos duchamos y a dormir.

     

    Día 13, 7 de Agosto: Venezia

     

    Nos levantamos tempranito y buscamos sitio para desayunar, lo cual no es tarea fácil si se quiere hacer a precio razonable, así que decidimos coger un chocolate para llevar y aprovisionarnos de alimento sólido en un supermercado, de ahí a sentarse en un callejón y disfrutar del desayuno.

    Con el estómago lleno cogemos un vaporetto para San Marcos. Mientras unos hacen cola para ver la catedral yo me voy a la consigna (en una calleja a la izquierda de la catedral) a dejar las mochilas, porque si no te dan la vuelta después de haber hecho toda la cola. Así que acordaros, si vais a la catedral, antes pasar por la consigna, es gratuita la primera hora.

    Disfrutamos del interior de la catedral, muy bonito y nos vamos para el pacio Ducale (7´5 euros€ con la rolling o el descuento de estudiante, no me acuerdo), disfrutamos del patio interior, los cuadros y demás obras, la armería, la prisión y el famoso puente de los suspiros, que por fuera estaba todo envuelto en publicidad, una auténtica pena. Si entrais al palacio ir a la cafetería, donde hay una puerta que da directamente al agua, al canal, es algo curioso.

    Ya fuera nos vamos a Rialto y a comer, Mc Donalds que hermoso eres, con tu big mac y tu baño gratis. Disfrutamos de nuestra hamburguesa en un puentecillo y después regresamos a Rialto.

    Vemos la Casa d’Oro, el palacio Foscari (hoy universidad), callejeamos, vamos a la plaza S. Bárbara, el puente del puñetazo y volvemos para el gran canal.

    Cogemos un vaporetto y vamos a la iglesia de Santa Maria della Salute, aunque estaba cerrada, disfrutamos de las vistas desde esa orilla, acercándonos a la punta della Dogano.

    Volvemos a la plaza de San Marcos y buscamos sitio para cenar.

    Después de cenar nos sentamos en un muelle en el que estaba reunida más gente y disfrutamos de un rato a orillas del Gran Canal.

    A las 11:20 no nos quedaba otra que coger el vaporetto para la estación.

    Ya en el albergue preparamos las maletas, nos duchamos y a la cama.

     

     

    [siento el caos de las fotos]

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  16. Hola, gracias por los ánimos.

    El sitio de Roma te lo recomiento, de verdad. Se llama B&B Coliseum y el trato fue genial, además de todo lo que ya puse de desayuno, lavadora gratis...Ahora no encuentró la página, pero el precio era de veinti pocos euros, y está en la calle Via Capo d' Africa, por si quieres mirar localización.

    En Siena estuvimos en el albergue de la juventud, lejos de la ciudad pero bien comunicada con autobuses, eso sí, a las 12:20 se te acaban los autobuses. Son habitaciones de dos, con un lavabo, desayuno incluido, baños compartidos. También cuesta unos 20€.

    En Florencia estuvimos en el Archi Rossi, que está cerca de la estación de tren y no lejos del centro. Tiene muy buenos servicios (internet, ordenador, baño privado, desayuno y cena) y si miras es de los que se recomiendan en el foro. Además es un sitio muy bonito, con todas las paredes pintadas (con cuadros me refiero) y llenas de firmas de la gente que ha pasado por allí. Buscando ahora la habitación para nosotros 5 con baño nos costó 22'50 más o menos.

    En San Marino estuvimos en una casa que alquilaba habitaciones digamos, sin desayuno y algo alejado de la ciudad. No te sé decir el nombre, lo siento.

    De momento hasta ahí, cuando siga con el diario (mañana espero) ya te específico más los labergues.

    Ah, estuvimos por el mundo 20 días.


  17. Día 7, 1 de Agosto: Siena-Pisa-Florencia

     

    Nos levantamos a las 8, desayunamos y cogemos el autobús rumbo a la estación de tren.

    Cogemos un tren con destino Empoli, donde hacemos transbordo para ir hasta Pisa. En el tren conocimos a una familia de holandeses y estuvimos pasando un buen rato intentando entendernos con ellos y jugando con los dos crios pequeños.

    En el segundo tren nos tocó ir de pie porque estaba saturado, aunque por suerte el trayecto no fue muy largo.

    Una vez en Pisa dejamos las mochilas en la consigna, nos hacemos con un mapa y rumbo a la Torre. Vemos la bonita explanada con la iglesia, la torre y el baptisterio, sacamos mil y una fotos cogiendo la torre, empujándola, besándola…y volvemos a la estación. Allí comemos y aprovechamos los baños del Mc Donalds, sinónimo de baños gratis en todo nuestro interrail.

    Cogemos el tren a Florencia y a las 6 estamos en nuestra super habitación del tan recomendado Archi-Rossi, con baño privado y ordenador con internet (que a veces funciona y a veces no). Desayuno incluido y plato de pasta o pizza gratis si vas entre las 6 y las 8:30 a cenar, a no ser que sea sábado, como era el caso (del horario no estoy del todo segura).

    Salimos a la calle y localizamos un supermercado donde nos abasteceríamos durante nuestra estancia en Florencia. Vamos camino del Ponte Vecchio pasando por la plaza della Signoria, donde está el palacio Vecchio, las reproducciones de estatuas y los Uffizi.

    En el puente disfrutamos de un músico, de la puesta de Sol y de una pedida de mano, quién da más.

    Marchamos al hotel, nos duchamos y vamos a dar una vuelta para ver la noche de Florencia, pero volvemos pronto, porque salir allí consiste en ir a un bar, con música y todo y sentarse en las mesas a tomar algo, como en una cafetería, de bailar poco, muy poco.

     

    Día 8, 2 de Agosto: Florencia

     

    Nos levantamos, desayunamos y salimos camino de los Uffizi. Hay muchísima cola, así que cruzamos el ponte Vecchio y nos vamos a ver la iglesia di S. Spirito y el palacio Pitti, pero las entradas nos parecieron muy caras, asi que mientras lo pensabamos nos fuimos al palacio Vecchio, donde reservamos entradas para esa tarde (3:30)para una visita guiada en español a las salas secretas.

    Vemos en la guía (a buenas horas) que al día siguiente cierra el palacio Pitti y los Uffizi, malditos lunes, asi que reservamos entrada para los Uffizzi a las 5 y nos vamos corriendo a ver los Pitti, comiendo por el camino una manzana, para qué quieres más.

    Vemos los Pitti y salimos disparados para el palacio Vecchio, rezando porque la visita guiada no fuera muy larga. Acabamos cuando quedaban 10 minutos para entrar a los Uffizi, asi que a las carreras, como no, vamos para los museos.

    Les damos una vuelta rápida, nos sentamos a admirar (palabra clave para decir que nos paramos para reposar los pies) el nacimiento de Venus y a las 6:15 estamos fuera (demasiado rápida la visita, pero también demasiado cansados y saturados para más).

    Nos sentamos un rato en la logia y vamos al Ponte. Disfrutamos allí de un helado y vamos al hotel. Gozamos de nuestro plato de free pasta y nos tomamos el resto de día de relax, poniendo lavadoras, dándole al chimbo y estrenando la cuerda de tender que tan sabiamente nos dio por comprar.

     

    Día 9, 3 de Agosto: Florencia-San Marino

     

    Nos levantamos, preparamos las maletas, desayunamos y nos vamos para el Duomo, donde disfrutamos de una visita guiada en español gratis. Después vemos el palacio Vecchio y vamos a la iglesia Santa Croce, debatimos que si entramos que si no y lo dejamos en el aire para ir a buscar sitio para comer. Mientras el resto come yo me escapo a ver la Santa Croce (5€), muy grande, muy guapa, aunque con bastante andamio. Allí están enterrados Maquiavelo, Galielo Galilei y Miguel Ángel entre otros. Con esa entrada también ves dos claustros, una capilla y el museo de la basílica. El resto, después de comer, se fue a ver la casa de Dante (4€) a la que aseguraron que no merece la pena ir, NO VAYAIS, que son todo los típicos paneles con información y de Dante sólo está la cama.

    Una vez todos reunidos vamos para la iglesia de Santa Maria Novella, y el segurata nos dice que fuera, cuando según el horario quedaban 50 minutos para que cerrara. Nos quedamos descansando en la puerta y vemos como más grupos de turistas se topan con el segurata que pasa de horarios y de todo.

    Ya que estamos cerca de la estación reservamos los billetes para el tren nocturno hasta Bolonia y vemos la manera de llegar hasta la estación de Campo di Marte, desde donde sale el tren.

    Una vez enterados vamos al Ponte (como no) y de ahí al mirador de Miguel Ángel, hay que subir mucho pero os aseguro que merece la pena. Una vez puesto el Sol bajamos, cenamos un gofre en las escaleras del duomo y al albergue a por las maletas.

    Cogemos un tren para Campo di Marte y allí esperamos hora y pico (benditas cartas) hasta el proximo tren.

    Ya en el tren buscamos nuestro compartimento reservado y oh, sorpresa, estaba ocupado, llegan unos policias y les enseñamos el billete para ver si nos habiamos equivocado y resulta que es que la gente que teníamos en nuestro vagón tenia billete pero para un compartimento en otro coche. Allí empieza un rifi rafe entre los seguratas y los hombres y al final los hombres salen, pero en vez de irse para su compartimento, se quedan delante del nuestro sentados en el pasillo, una situación muy cómoda como imaginareis.

    Por fin llegamos a Bolonia, bajamos del tren y vamos para la sala de espera, que está llenisima de gente y de coronas de flores, un tanto tétrico, asi que sacamos los sacos de dormir y nos ponemos a esperar en el andén. En esto que llegan unos policias y nos dicen que ahí no podemos estar, que para la sala de espera. Una vez en la sala de espera vemos que fuera, justo nos habiamos tumbado en una cristalera que estaba en una raja que habia hecho una bomba en un atentado hacía 20 años, y que lo tenían como monumento. De ahí las coronas y demás.

    Por fin cogemos el tren para Rimini, que era como el polo, asi que sacamos el saco, ponemos la sudadera y a intentar dormir, con el zumbido de dos chavales que no paraban de hablar a voces.

    Por fin llegamos a Rimini,estación que nos pareció el paraíso, sin gente, limpia y calentita, asi que a dormir se ha dicho.

     

    Día 10, 4 de Agosto: San Marino

     

    Nos levantamos y vamos a coger un autobús para San Marino (3’7€).

    A las 8:30 a.m. hacemos nuestra entrada en San Marino y vamos en busca del alojamiento, la casa de una señora (estilo abuela), que alquila habitaciones y que de repente estás leyendo y aparece por la habitación a cerrarte la puerta o empieza a hablarte sin comprender, por más que se lo explicas, que tu de italiano nada; un poco de miedito las apariciones de la señora.

    Vamos en busca de un bar para desayunar y subimos por las calles de San Marino hasta el ayuntamiento (3€ y muy, muy poco para ver), vemos el cambio de guardia (se hace cada 30 minutos) y nos sacamos la foto con los guardias; también vemos la basílica y las 2 torres (4’5€€ ó gratis con el carnet joven euro 26) y bajamos a comer a un restaurante una pizza (5’90€€).

    Después de comer nos damos un paseo por las calles de San Marino y vemos las tiendas, libres de impuestos. Compramos algo para cenar y nos vamos al alojamiento a ducharnos.

    Una vez refrescados parte de nosotros volvemos a subir a San Marino, uno se compra una espada, así que otra vez al albergue a posarla y otra vez para arriba a la ciudad.

    Cenamos una manzana en la plaza del ayuntamiento y compramos un crepe con chocolate blanco (……..increible). Bajamos a otra plazuela donde estaba actuando un humorista muy conocido por allá, al que nosotros no le entendíamos más que palabras sueltas. Después de estar un rato riéndonos cuando toda la plaza se reia, decidimos volver al albergue.

    Preparamos la maleta y a dormir.

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