Kaperucita Morada

Hola xicos/as!

He vuelto por aquí, las vacaciones este año han sido larguiiiisimas...

Bustin! Q fotos más bonitas, x favor!! Te sigo, y próximamente (algún día...) empiezo yo.

Un besi, ciauu!

Yeee!

Ya he vuelto de las polonias! :-P

En unos dias, si las ganas acompañan y las fotos me llegan, comienzo el diario!

Chauuus!

He decidido añadir Olsztyn a la ruta, pq he leido en algún diario que es una ciudad más que visitable... Sin embargo me hará ir un poco más apretada de tiempo. Alguien que haya estado puede decirme si vale la pena?

Krakow el día 8, da por hecho que una birra de medio litro no nos la quita nadie

¿Cuándo y donde?

Si no sabéis que isla ver, os recomiendo Samotracia. No tiene mucha fiesta y seguramente os tocara alquilarle una habitación a alguna viejecita griega (bien de precio) o hacer camping... Pero vale la pena, es muy muy muy bonita.

En una semana me marcho para tierras polacas!!

Q ganas! Q ganas! Q ganas!!!

A los q estaréis por allí, si me véis no dudéis en pegarme un grito, a los demás, deciros que he colgado la ruta en la sección de itinerarios y que espero vuestros comentarios (eso lo espero de todos, jeje) y que en cuanto vuelva me pongo manos a la obra con el diario. Hay que evitar estudiar a toda costa!

Un besitoo, chaoo!

Buenas, gente!

He estado muy perdida entre el FIB y otras cosas...

En una semanita me marcho a Polonia! Estos últimos días he terminado de confeccionar la ruta. Me he basado en recomendaciones del foro y externas... Finalmente hemos añadido Praga al viaje, estaba demasiado cerca y se habla demasiado bien como para resistirnos, jeje.

Así me ha quedado, cualquier sugerencia de cambio será bien recibida, aunque me va a resultar difícil llevar a cabo modificaciones pq lo tengo todo muy calculado...jeje, demasiado tal vez.

7/agosto: Vuelo Valencia - Frankfurt (noche en el aeropuerto)

8/agosto: Vuelo Frankfurt - Wroclaw. Tren a Krakow

9/agosto: Krakow

10/agosto: Krakow: Excursiones (Auschwitz, etc)

11/agosto: Krakow - Zakopane - Lublin

12/agosto: Lublin (pasaré el día con una conocida del país)

13/agosto: Lublin - Lodz - Varsovia

14/agosto: Varsovia

15/agosto: Varsovia: Excursiones (Kampinos, etc)

16/agosto: Varsovia - Malbork - Gdansk

17/agosto: Gdansk

18/agosto: Gdansk - Torun

19/agosto: Torun - Poznan

20/agosto: Poznan - (Miedzylesie) - Praga (pagaremos a parte el tren desde la frontera)

21/agosto: Praga

22/agosto: Praga - (Miedzylesie) - Wroclaw

23/agoso: Wroclaw

24/agosto: Vuelo Wroclaw - Frankfurt - Valencia

Como lo véis, chicos/as??

Hola, hola! Creo q debo poner los datos de mi diario aquí, ¿no?

Titulo: Interrail Zona G '06, De Ljubljana a Istanbul

Autora: Kaperucita Morada

Viaje: Interrail

Lugar: Antigua zona G

Fecha: Julio - Agosto 06

Dirección: http://forums.inter-rail.org/index.php?sho...=15294&st=0

TERMINADO

Última y extralaaarga entrega... disfrutadla! (o sufridla, jeje )

8-8-06

Istanbul

Gloria consigue levantarme a las 8 con el reclamo de un nuevo inquilino “tío bueno en calzoncillos” . Este es especialmente guapo.

Desayunamos, yo mi pan con cosas de siempre y Gloria prueba las tostadas francesas (ñam!) y, una vez más, me toca acabármelo a mi. El camarero majo me recibe en el comedor con comentarios que no termino de entender sobre la noche anterior y llamándome (y como me seguirá llamando hasta que nos vayamos) “my little friend and big dancer”... qué majo!!

Pillamos mochila y camino y nos vamos una vez más al Grand Bazaar, pero esta vez con ánimo de comprar. Compramos varias cosas mediante el gran arte del regateo y nos dirigimos a la zona que Gloria exploró el día anterior. Está un poco lejos pero valen la pena las tiendas escondidas con ropa tirada de precio. Como suele ocurrirme con la ropa, me vuelvo loquita.

Paseando se nos pone a llover de repente y en torrente, así que como es hora de comer y sólo divisamos un Burguer King, allí que nos vamos. Encontramos más o menos la misma variedad que en España, con alguna cosa rara y tirado de precio. Los chicos que trabajan allí son muy amables con nosotras y nos explican todo muy bien.

Después de hincharnos a grasas y glutamato, ya ha salido el sol abrasador y podemos seguir nuestro camino. Tras unas tiendas más, noto mono de postre y me pillo un helado de una heladeria muy peculiar... Un tío medio heladero / medio malabarista juega con con unos helados muy pastosos mientras los pone de manera muy divertida en el cono. El helado es extraño, no es tan frio como los normales y tiene una textura tipo chicle, aunque está muy bueno.

Volviendo hacia el hostal pasamos por una tienda de ropa de segunda mano y muy divertida. Aunque me hace mucha ilusión, no encuentro nada que fuera capaz de llevar por la calle. Tras perdernos un rato, llegamos al hostal y me doy una ducha y una mini-siesta reparadoras.

Tenemos sospechas de que una de las catalanas del cuarto ha ligado y se pasa el día por ahí con el chico y la otra está cabreada porque la ha dejado plantada.

Ya más descansada y estrenando ropa (¡qué ilu!) volvemos al Gran Bazaar a terminar de hacer las compras reglamentarias. La gente del bazar de las especias es especialmente simpática y muchos hablan castellano, por lo que resulta especialmente fácil hacer buenos tratos. A estas alturas ya me considero experta en el arte del regateo, jeje.

Interrailera en el Grand Bazaar

Volviendo al hostal nos perdemos un rato más y, cuando nos encontramos, pasamos por el “Día” para conseguir provisiones para los dias de vuelta a casa que nos esperan.

Para cenar Gloria se termina su bocadillo y yo me pido la cazuela de verduras que tanto me gustó y una birra de gorra, ya que uno de los camareros me debe 3 liras.

Interrailera escribiendo postales

Interrailera comiendo súper-cazuela-vegetariana

Nimo, el camarero más majo y al que entiendo cuando habla, se muestra afectado por nuestra marcha y me hace prometerle que volveremos al año siguiente. ¡Qué majísimo! Como despedida, pongo unos céntimos en el bote de las propinas, y Nimo se pone tan contento que me regala un billete iraní de su colección de dinero extranjero y me lo firma y todo.

El chef sigue sin saber decir ni papa en inglés, pero no por ello deja de ofrecerme mogollón de comida que ya no sé cómo rechazar. ¡Estos turcos son la leche!

Restaurante del Orient Hostel

A pesar de lo súper pronto que es, estamos las dos que nos caemos de sueño. Esperando para internet conocemos a un chico de Miami al que le hago ilusiones con que le dejaré internet, pero termino poniéndome yo en el ordenador, así que se va.

La cosa ya no da más de si, así que sólo podemos irnos a dormir. El chinorris sustituto de Luigio ha encontrado una amiga, una chinorris sustituta de una rubia que no llegamos a conocer. Como venganza por las veces que lo debimos despertar la noche anterior, se pasa un rato hablando con ella con luz y todo, pero no sabe que no evita que nos quedemos fritas.

9-8-06 (Último día en Estambul)

Viaje de vuelta: Istanbul - Milano

Nos levantamos antes de que suene el despertador porque llevamos mil horas durmiendo. La catalana ligona sigue sin dormir en su cama, va a ser verdad que se ha echado novio...

Subimos a desayunar y en un ataque de originalidad pido tostadas francesas, mientas que Gloria se emociona porque por fin puede tomar su leche con cereales.

A continuación nos duchamos a fondo (debemos mantenernos limpias 3 días) y recogemos la habitación. Reconstruir la mochila con el doble de trastos es chungo, pero finalmente lo consigo. A Gloria, sin embargo, le sobra sitio así que decide robar una almohada que hay de sobra en la habitación y le gusta mucho.

La catalana no ligona ya nos ha explicado como llegar al aeropuerto, así que estamos tranquilas. Subimos a despedirnos de los camareros y tener aunque sólo sea un momento emotivo durante el viaje.

Despedida de los camareros

Con algún percance (casi olvido mis gafas “Ray-Ban”) abandonamos la habitación y luego el barrio con el tranvía. Hacemos perfectamente el cambio al metro y llegamos sin percances al aeropuerto. Sólo por asegurarnos preguntamos a unos hombres si estamos en el lugar correcto... Al ver nuestra hoja con la información del vuelo los hombres se quedan flipados y nos dicen que no estamos en el aeropuerto que toca... Pánico general.

La puerta que hemos usado para entrar en la zona de control sólo es de entrada y no nos deja salir. No sabemos llegar al otro aeropuerto. No sabemos si tenemos tiempo.

De repente una chica rubia muy guapa y que se nos aparece como si un ángel fuera y su novio, muy ideal también, nos pregunta en castellano chapurreado qué nos pasa y manda a su novio a por información. Unos guardias le dicen que debemos coger un taxi porque el otro aeropuerto está la hostia de lejos. Hay que joderse, y nosotras sin dinero.

Nos subimos al metro y deshacemos el camino hecho. Seguimos sin ver ningún cajero, así que deshacemos parte del camino hecho con tranvía también. Cuando llegamos a una zona más habitada, sacamos dinero y enganchamos a un taxista para negocial con él. Al final quedamos más o menos contentas con el trato y nos subimos para que nos lleve.

Un buen rato después y bien a las afueras de Estambul, llegamos al dichoso “Sabiha”. El aeropuerto es bastante moderno pero sólo está nuestro vuelo... insólito. Aquí sí lo hacemos todo sin percances pero sin dejar de dudar. Mucho antes de la hora ya estamos esperando el avión y comiendo pan con “crema de cacao Nestlé”.

Cuando llega el avión y nos hacen pasar por el detector de metales, protagonizamos una de las situaciones más graciosas (o patéticas, no sé) que habrá pasado en ese aeropuerto... Primero a Gloria le pita y la guardia descubre que es el aro del sujetador, luego paso yo y me pita también... El detector manual pita mogollón cuando pasa por mi cartuchera, así que la guardia me mete mano en el bolsillo medio asustada por lo mucho que pita el aparato... Le entra un descojone importante cuando saca una cuchara sopera de metal medio pringada con “crema de cacao Nestlé”...

Subimos al avión y, medio vacío, despega. Dos horas y media después llegamos a Milán. El mismo puto aeropuerto de llegada. Inspeccionamos la zona buscando posibles sitios para dormir y decidimos intentar llegar a un centro comercial que está enfrente del aeropuerto separado por una peazo autovía. Gracias a diós un poli nos indica un paso a nivel antes de que echemos a correr carretera a través.

El centro comercial es enorme y tiene de casi todo, así que tendremos distracción para un buen rato. Comemos-merendamos-cenamos en un chino y luego nos vamos al hiper. Dejamos las mochilas en consigna gratis (yuhu!) y damos mil vueltas. Compramos productos variados y, aprovechando que nos guardan la mochila, cotilleamos muchas tiendas.

Cuando la gente empieza a irse, recogemos las mochilas y nos apalancamos en una zona para novios/maridos/hijos/padres agotados, con sofás y tele, y nos liamos a comer papas y beber limoncelo. Yo pillo un pedo importante, ideal para poder dormir plácidamente en suelos de aeropuerto.

Como ya va siendo hora de cerrar, recogemos todo y nos vamos para “Bergamo”. Buscamos un rincón agradable y, simplemente, nos quedamos sobadas dentro de nuestros queridos sacos.

Interrailera intentando pasar desapercebida como bolsa de basura

10-8-06

Viaje de vuelta: Milano - Castellón

Hacia la 1 y pico un segurata muy majo intenta despertarnos llamándonos suavemente “signorina”, como ve que pasamos de él, sube el tono hasta que reaccionamos. Nos lleva a una “zona habilitada para acoplados a dormir en aeropuertos”, es decir, un pavellón con algunos banquitos. Buscamos un nuevo rincón agradable y, simplemente, nos quedamos fritas.

Hacia las 4 nos despertamos y vemos que el pavellón está a tope de mochileros y que empiezan a despejar, pero no por ello nos vamos... Hasta que llega otro segurata no tan majo que nos echa otra vez de vuelta al edificio principal. Repetimos la jugada del principio. Aparece un tercer segurata, no muy simpático tampoco, que nos informa de que sólo podemos estar en los “banquini”... Pero los putos “banquini” tienen apoya-brazos que nos impiden acostarnos... A darse cabezazos sentaditas en los “banquini”.

Cuando entro en estado de desesperación, cerca de las 5, me voy en busca de una solución... Y la encuentro: ya hay un autobús a punto de salir hacia el centro. Despierto a Gloria (YO despertando a Gloria, ¡flipa!) y la arrastro hasta el bus. Subimos y, una hora después, tras haber estado a punto de morir rondando al vacío desde los asientos, llegamos a nuestra queridísima estación de trenes de Milano, con sus marginados sociales aficionados a las botellas rotas.

Buscamos un parque diferente donde comer pan con “crema de cacao Nestlé” y construirnos bocadillos para el súper viaje de 22 horas de vuelta (bus...sí, bus). Gloria habla con unos vagabundos rumanos muy aseados y bastante simpáticos que se “duchan” en la fuente donde yo quiero lavar “la cubertería”. ¬¬

Volvemos frente la estación y nos apalancamos hasta que sea hora de que abran algún sitio donde poder "defecar" sin pagar, aunque sea a costa de consumir. Y, ¿quién aparece? ¡Xavi y Carles! Hemos llegado al mismo tiempo, ellos con tren saliendo unos dias antes y nosotras en avión. Es alucinante... Ellos también buscan lugar para defecar. Cuando abren el McDonald's vamos corriendo, pero el baño, casualmente, abre una hora después... Carles parece morir, así que le meten morro y van a un sitio pijo y sin consumir.

Nos separamos, ellos deben reunirse con sus nuevas compis de viaje y nosotas buscar un “tabacchi” donde vendan sellos para las postales de Gloria. Cuando lo conseguimos volvemos al McDonald's y, como aún no han abierto el wc, yo me pido un desayuno (que muchas cafeterías quisieran). Gloria no puede más y se va a la cafetería pija. Cuando abren, al fin, una manada de mochileros corremos a hacer nuestas cosas.

Pillamos el metro y vamos a la estación de buses internacional. Billetes en mano, vamos a un parque cercano a hacer la siesta. Cuando ya no falta tanto, volvemos a la estación y yo pillo un metro y vuelvo a por hamburguesas para comer (hay que guardar los bocatas para el viaje).

Vuelvo, comemos y esperamos entre viajes a una fuente y al baño. Poco a poco llega gente y, bastante tarde, llega el bus. A empujones pillamos un buen sitio...y a viajar.

Por la tarde nos ponen una peli y bien. Por la noche otra y... bueno. Pero dormir se me hace imposible y entro en estado de locura. Si no llega a ser por las paradas nocturnas a estaciones de servicio, creo que hubiera matado a todo el autobús.

Por la mañana llegamos a Barcelona, hacemos tiempo comiendo y, tarde también, llega el bus final, con un autobusero imbécil y salido que no para de hacernos insinuaciones. ¬¬

Gloria baja en Alcalá de Xivert... despedida. Casi una hora después llego a Castellón, me reuno con mi padre y mi tete... Y aquí termina mi interrail 2006.

No hay presupuesto estos días pq no tengo ni idea del gasto y sería demasiado grande la invención...

Y eso es todo gente! Espero q os haya gustado y, si pensábais que os desaríais de mi una temporada, nada de eso, en unos dias empiezo con el planning de Polonia '07.

Un besito y ciao!

No había visto tu diario! Dios, pero q perdida estoy aún!!!

En dos dias me pongo al día, lo prometo, lo prometoo! Pero tu acábalo de escribir...ehhh?

Yo creo q no os pondrán ninguna pega vayais como vayais... siempre q no parezcais recien salidos de un vertedero...

"Música y alcohol".....dios!!! q envidia!!!!

7-8-06

Istanbul

Nos levantamos tarde (9 am) y descubrimos la habitación a tope: Luigio (aunque no ha dormido en su cama, jojo), la catalana y su amiga, Christopher y un chico desconocido, sólo queda una cama libre.

Subimos a desayunar y el comedor está a tope también. Yo me vuelvo a pedir pan con mermelada y miel, pero en lugar de café cojo chocolate. Gloria pide muesli con leche, pero se equivocan y le ponen yogur, asi que como no le gusta se queda sin desayunar. El camarero (What are you “pinking”? ) sigue sin saber hablar e igual de pesado.

Nos preparamos y nos vamos. Pillamos el tranvía, cruzamos el estrecho y vamos bastante más allá. Bajamos en la última parada activa de la parte europea y nos pasamos la mañana pateando. Yo me como para almorzar un helado súper bueno.

No paramos de encontrarnos gatos, es alucinante cuántos hay, qué bonitos y qué cariñosos son. Quiero llevarme uno pero temo que se asfixie en la mochila... y no por ausencia de aire, más bien por el olor a ropa sucia y restos de cosas indescifrables, jeje.

Gloria quiere comprarse un libro en castellano para leer en el trayecto de vuelta a casa, pero como mucho encuentra en francés o italiano...

Rodando rodando se hace la hora de comer y cogemos un tranvía y paramos al lado del puente. Terminamos comiendo un bocadillo de pescado en uno de los restaurantes del puerto.

Buscamosla famosa zona de “Taksim” y acabamos en una zona muy pija y occidental que no está bien claro si es lo que buscábamos.

Me entra antojo y entramos en una pastelería muy finolis. Me pido un pastelito y un té, pero resulta ser más grande de lo que parecía y, por no dejarlo, pillo un empacho del 15...

Conforme vamos andando me encuentro peor y peor, así que decido volverme hacia el hostal y dejar a Gloria que investigue la ciudad sola. Increible, pero no me pierdo volviendo de la parada del tranvía al hostal. Cuando llego ya no es tan grace el asunto, así que paso un rato en internet y escribiendo. Cuando me dispongo a hacer una siesta histórica, aparece Christopher y me cuenta que ha sido el mejor día de su viaje porque ha estado todo el día con turcos en la “playa”. Intento escucharle, pero nada más termina caigo frita de inmediato... :?

Me despierta Gloria al volver a las 7 y pico. Nos duchamos y ella se hace un bocata y yo me voy en busca de un kebab. Cuando, al fin, encuentro uno que me gusta, nos sentamos en un parque a comer. No han sabido informarme de que el señor kebab pica de la hostia, así que la boca me arde. :evil:

Nos volvemos al hostal porque se supone que hay espectáculo de danza del vientre. Un buen rato después empieza y la chica, no es que lo haga mal, pero no debe haber dado más de 3 clases...

No había luz ni distancia adecuada para que salieran fotos decentes, pero da una idea de la situación...

La situación parece más una despedida de soltero que otra cosa. La chica no para de hacer salir tíos y alguna tía, les pone el pañuelo de monedas y les hace bailar para ponerlos en ridículo, supongo. Hay un hombre mayor que parece su jefe. De repente el hombre me señala y la chica se dirige hacia mi...¡No puede ser! Quiere que salga, mierda. La muy loca consigue que salga delante de todo el mundo y me pone el dichoso pañuelo con monedas. Decido que, ya que estoy haciendo el ridículo, lo voy a hacer bien hecho, así que me pongo a enseñarle a la chica como se hace...jejeje. A todo esto, Gloria está encarada a un ordenador toda viciada en internet sin enterarse de nada de todo esto y, por consiguiente, sin hacerme fotos. Ais... Cuando la del ombligo se cansa de mí, me deja volver a mi sitio. Sigo un rato más mirando el espectáculo pero, teniendo en cuenta que la mayoría de mochileros son tios y que la tía va medio en pelotas, aquello empieza a darme muy mal rollo, siento que sobro y me bajo a la habitación a escribir un rato.

Al entrar al cuarto me asusto porque en lugar de Luigio hay un chinorris regordete sobando a pierna suelta. Decido escribir sentada en el suelo del hall de los dormitorios, no sea cosa que despierte al nuevo inquilino... Al rato baja Gloria y nos vamos a dar una vuelta.

Para variar acabamos en el fumadero de Emerson y Arturo Valls, con la nueva incorporación estelar de George Clooney. Me pido mi pipa de rigor y ambas un té.

Fumadero habitual

Minino e interrailera en el fumadero

Al terminárnoslo, Emerson nos invita una vez más a otro. Hoy está especialmente atento con nosotras, hasta que llega el punto en que se lanza y nos invita a quedar con él... Quiere que al día siguiente vayamos los 3 a un baño turco, luego a comer pescado y, finalmente, a fumar y beber “bira”. Gloria le dice que sí encantada y yo, por más que pienso que ni de coña, accedo “encantada” para que se calle. Cuando me aburro de él y de la pipa (y de que se la fume toda él) nos vamos para el cuarto. Ya hay un copón de gente durmiendo. Nos toca.

PRESUPUESTO x persona: 0'50€ x 2 (tranvía) + 1€ (helado) + 2€ (bocata) + 2€ (pastel y té) + 1€ (kebab) + 5€ (pipa y té) + 9€ (noche hostal) = 21€

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Vaya vaya! Cuanta gente por aquí! Me alegro que os esté gustando mi tragicómica aventura, aunque si os digo la verdad, ahora que lo estoy releyendo me da la sensación de que escribí demasiadas gilipolleces y pocos datos de interés...jejeje, pero bueno, intentaré complementar las dos cosas en el próximo.

Ya queda muy muuy poco, espero poder acabar esta semana porqueee...tatatachán! El lunes comienzo a currar en el FIB!

Buah, qué contenta estoy! Por cierto, si alguien tiene idea de pasarse por el festival...no es q pueda invitar a nada ni colar a nadie, pero el que esté alojado en el camping Campfib que pregunte por Aloma y nos correremos alguna juerga

Ya estoy aquí!

6-8-06

Istanbul

Nos despertamos a las 8 y nos emocionamos de lo bueno que está el inquilino de arriba de mi litera. El muy cabrón durmiendo a pierna suelta en calzoncillos dejando bien poco a la imaginación... En fín, subimos a desayunar y nos vamos hacia Santa Sofía.

Un tipo nos asalta mientras hacemos cola y nos endosa publicidad y nos trama para hacer un mini-crucero por el Bósforo durante la tarde.

Santa Sofiya

Santa Sofía es muy bonita. Luego vamos a la Mezquita Azul donde nos visten de purísimas y nos quitan los zapatos... Muy chula también, pero ya más petada de gente.

Mezquita Azul

Finalmente vamos al palacio Topkapnosequé, el del sultán. Vemos los jardines y los edificios más básicos que entran en el precio de entrada. Nos encontramos rondando por allí, cómo no, a Joseph y amigas, quienes nos recomiendan pagar para entrar al harén. Hacemos cola un rato esperando que sea la 1, cuando empieza una visita guiada y entramos.

Palacio Topkapnosequé

Es un sitio espectacular, aunque a veces cuesta seguir el inglés del guía turco y nos perdemos un poco. Al salir nos encontramos un par de catalanes del pack de 6 (los más culturales) y charlamos un rato.

Nos vamos al hostal donde comemos, Gloria una magnífica lata de alubias y yo, yendo de guai, el menú del restaurante, que me deja al borde del colapso de la cantidad de comida que lleva. El chef (o el camarero, no queda muy claro) nos invita a un zumo de cerezas, muy majo él.

Perreamos un rato y a las 4 nos dirigimos donde el señor tramador nos ha dicho para coger el barco. Está lleno de españoles e italianos. Nos llevan en tranvía hasta el puerto y subimos en un barquito que se mueve mogollón. El mini “crucero” está bien, nos van explicando los edificios costeros más famosos, monumentos, hoteles, discos, islas... incluso nos cuentan leyendas. Llegamos a una zona totalmente desconocida para nosotras (como todas menos la turística...) y nos sueltan media hora para dar una vuelta. No hay nada digno de verse salvo unas paraetas (probablemente de familiares de los organizadores). Luego volvemos y más de lo mismo.

Vistas desde el mini-crucero

Volvemos andando hacia el hostal por las calles más o menos nuevas para variar. Yo me quedo duchándome e intimidando a un chico de la habitación (Christopher, de Dinamarca) con mi ritual post-salida de la ducha. Mientras Gloria da más vueltas por la zona.

Luego entro un rato en internet, pero el ordenador es un ful y me canso enseguida. Gloria ha comprado en el “Día” un proyecto de rollitos como los que comimos en Naupliay que tanto le obsesionan, pero en lata y fríos, claro. Nos los comemos para cenar.

Cuando intentamos bajar de los ordenadores uno de los camareros, muy cansino él, nos dice que no nos vayamos y gilipolleces varias. Es interesante lo súper simpático que es para aprovecharnos en el futuro (JOJO).

Después de cenar salimos a dar una vuelta y viendo terrazas y tiendas acabamos enfrente de un espectáculo de tios de esos que giran mogollón de rato, “girovagos” o algo así. Cuando deja de dar vueltas seguimos paseando y entramos en una pastelería-tetería atraidas por unos pastelitos alucinantes. Nos pedimos uno enorme de frutos secos, chocolate, bizcocho y miel. Yo me pido un té también y nos ponemos moradas. ¡Está que te cagas!

Seguimos andando y un turco de tantos incordiosos resulta ser un chico con el que Gloria había hablando por la tarde y ya no la recuerda...pobreta, jeje. Andando, andando nos encontramos a Luigio (el compi de habitación puertorriqueño que habla de todo) en una paraeta donde trabaja y charlamos un rato con él. Me entran mogollón de ganas de fumarme una narguile, así que nos vamos al sitio de la noche anterior (porque lo conocemos, ya que por sitios no será...). Hay un montón de camareros y un par están muy muy bien y son todos súper simpáticos. Me pido un narguile de manzana y un té y Gloria otro.

De repente una chica de una mesa con una camiseta de leopardo se sube a la tarima a bailar con un camarero. Hay música tradicional en directo y todo el mundo les da palmas, muy xaxi. Cuando se aburre de bailar sola con el camarero, la mujer me señala para que suba, pero me niego, escurro el bulto y señalo a Gloria, ella hace lo mismo y acaba subiendo una amiga de la de leopardo. Cuando Gloria se acaba el té y el mio se ha enfriado, un camarero nos invita a otro y uno de los más guapos (que se parece a Arturo Valls...) nos trae una rosa hecha con servilletas a cada una... ¡Vaya con los turcos!

Hacia las 12 nos vamos para el hostal porque entre la pipa y el cansancio llevo un mareo del copón y Gloria no para de estornudar.

Al llegar encontramos una chica nueva en el cuarto que es catalana y se pasa un rato contándole su viaje a Gloria mientras yo escribo. Toca dormir.

No hombre no! Q en Estambul nos quedamos media vida...!

Ya veras, ya...

Pues la verdad es q ya van quedando pocos días, sí...jejeje. Allá va otro!

5-8-06 (Fin billete interrail)

Istanbul

Nos levantamos a las 10 porque en media hora debemos abandonar el hotel si no renovamos.

En principio pensábamos cambiarnos los 4 de hotel, porque el que estamos es feo y nos tramaron un poco, pero los chicos se echan atrás y nos vamos solo nosotras.

Mientras pagamos la noche, ¿quén baja por las escaleras? ¡Joseph, Ann y Amelie! Estas casualidades empiezan a dar yuyu...

Preguntamos en algún hostal y acabamos en el Orient, uno que sale en la guía por el ambiente mochilero que tiene. Evidentemente, todos son mochileros. Nos ponen en una habitación de 8 personas y el precio (9 euros) incluye desayuno e internet gratis todo el día... PUTAMARE!

Nos vamos a desayunar y luego subimos a la habitación. Son 4 literas numeradas y a mi me toca arriba y a Gloria abajo, pero para no perder la tradición nos intercambiamos el sitio. Hay 2 wc fuera del cuarto y una habitación con 2 duchas (todo esto por planta), 4 habitaciones, por planta también, un bar-restaurante en la buhardilla, con una mini sala de estar con 2 ordenadores con internet y sofás y, en la terraza de la azotea, mesas para comer. Además hay un pub en el sótano que no está casi nunca abierto, pero bueno.

Nos vamos a pasear y nos vamos encontrando con los dos catalanes primero y los italianos después. Por más que buscamos el Grand Bazaar y preguntamos, no damos con él. Se hace la hora de comer y vamos a uno de los múltiples baretos-kebab que hay por todas partes. Volviendo al hostal pasamos por un súper a comprar agua, ya que beber agua del grifo de aquí no es algo recomendable.

En el hostal ya, entramos a internet y hacemos el vago un rato (no lo suficiente para mí, claro) y nos volvemos a ir en busca del Grand Bazaar. Nos volvemos a encontrar con los italianos, quienes flipan con la casualidad ya (si supiran el rollo de los franceses...).

Esta vez sí encontramos el sitio. El lugar es alucinante: 4000 tiendas de escasas temáticas. Cientos de tiendas semi idénticas con toda la variedad de joyas, telas, alfombras, especias... que se pueda imaginar. Los “llamadores de atención” acosan sin control a todo el mundo, hasta llegar al punto de olvidarte de ellos. Nos clavan enseguida que somos españolas (putos expertos en nacionalidades...), pero como nos hacemos las locas prueban suerte con italianas y algunos incluso australianas (¿cómo coño vamos a ser australianas?). Gloria se enamora de un reloj por el que le piden 200 euros... probablemente regateando terminarian siendo 40, pero no tiene ganas de intentarlo. Sí lo hace con una camiseta, consiguiéndola por 6 de 15 que pedían. Yo, por el momento, me limito a mirar y encapricharme de cosas.

Cuando nos cansamos de tanto dar vueltas, salimos a merendar. Gloria por fin encuentra algo vegetariano en este país que le guste: una patata rellena de muchas verduras, cous-cous y queso.

Interrailera comiendo patata rellena

Cuando ya estamos satisfechas de patata, volvemos hacia el bazar, pero por el camino vemos una pareja en un bareto bebiendo algo que parece entre leche y horchata, la curiosidad nos puede y pedimos uno. Resulta ser un yogur líquido que ni azucar tiene y se asemeja al quefir.

Pasamos un rato más dando vueltas por el bazar pero el agobio gana y salimos. Volvemos al hostal y subimos un rato a beber birra al bar del hostal y nos hacemos amigas de los camareros y el chef. Al rato entra hambre y nos ponemos a cenar también. Yo me pido un bocata de pollo y Gloria un mix de verduras con queso y salsa picante que se lo sirven en una cacerola de barro hirviendo y esta que te cagas. Para el postre salimos a peinar la zona y encontramos una pasteleria con cosas que nos llaman la atención. Nos pedimos una cosa de chocolate rara para las dos y descubrimos que son natillas de chocolate con pistacho rallado... no está mal.

Luego volvemos a bebernos una birra más y salimos a ver mundo. Nos sentamos en la terraza de un bar de enfrente que está recomendado en la guía y donde resulta que trabaja un catalán que se parece mogollón a Hugo Silva y que nos cuenta que hace 3 meses que vive en Estambul trabajando allí y aprendiendo turco. Nos tomamos un cubatilla y a dormir.

PD: Una vez más no tengo tiempo de poner presupuesto... poco, poco gasto hoy, jeje!

4-8-06

Alejandropolis - Pythio - Estambul

A las 6:30 la estación ya está a tope y toca ir buscándose el pan. Vamos una vez más a incordiar al ventanillero, pero el de hoy supera en bordería al resto del personal de la renfe griega juntos. Nos da información que no coincide con ninguna de la anterior y se niega a seguir hablando con nosotras, cerrándonos la ventanilla en los morros. El último dato que nos da a modo de despedida es que hay un tren a punto de salir hacia Pythio, que es el último pueblo de Grecia antes de la frontera... A falta de algo mejor, hacia allí que nos vamos.

El camino se hace pesado por el hambre y el sueño, pero no tardamos mucho en llegar. Al bajar descubrimos que Pythio es una aldea súper abandonada donde sólo se ven un par de trabajadores de la estación y algún aldeano despistado. Casualmente dos mochileros bajan también.

Compramos galletas para desayunar en el “bar” de la estación. A mi el lugar me desespera mogollón... Incordiamos a preguntas a todo el que encontramos y cuando nos queda claro que a las 15:30 debe pasar un tren con dirección Estambul, nos quedamos más tranquilas.

Gloria se pone a lavar ropa y yo, a falta de algo mejor que hacer y comiéndome la vergüenza, la imito. Dejamos la ropa secándose en sillas al lado de las vias del tren (bragas inclusive...) y las mochilas en la “sala de espera” y nos vamos a explorar la zona. Un perro pastor alemán nos sigue, cosa que hará practicamente todo el día (Gloria dice que este se parece a Bruce Willis, pero de este no tengo foto). Gloria se emociona con los árboles frutales que hay y se lia a comer melocotones, ciruelas, peras... y al final me hace probarlas a mi también y, la verdad, están muy buenas.

Los mochileros aparecen por allí desesperados buscando algo que hacer y los mandamos a recoger melocotones, literalmente.

Después de hincharnos a peras, uno de los mochileros (a estas alturas ya hemos decubierto que son italianos de Palermo) nos dice que un km más allá de la nada hay una aldea real con un proyecto de súper, así que hacia allí nos dirigimos.

Cuando parecía que se acababa el mundo, aparece la aldea y su respectivo súper. Compramos cuatro cosas de supervivencia máxima ya que sólo nos quedan unos 4 yuros... Al poco aparecen los italianos y se ponen a cargar de todo. Nos dicen que comprarán pasta y la cocinarán en su campig gas y nos invitan a comer... ¡Qué requetemajos!

Volvemos a la estación sobreviviendo a la calor a base de una especie de limonada muy buena y ellos venga a darle a la birra.

Al llegar, nosotras nos limitamos a jugar con el perro (al que bautizamos como Bobo, porque más tonto y no nace, pobret) mientras ellos se curran una salsa para la pasta con verduras robadas de huertos y atún y tomate. También nos dan queso y agua como aperitivo, qué majos.

Comemos y nos quedamos de p.m. ¡Ya queda poco para que llegue el tren! Gloria y yo nos ponemos en un banco en posición “siesta” mientras los italianos se quedan atónitos y Bobo se intenta comer mis chanclas.

De repente, aparece un poli muy chulo y nos pide los pasaportes. Se pasa media hora paseando con nuestros pasaportes en la mano hasta que, una hora antes de lo previsto, aparece un tren cargadísimo de mochileros jóvenes, la gran mayoría tíos y españoles. Se bajan y les quitan el pasaporte a todos.

Cuando parece que ya queda todo claro, subimos al tren y pillamos un departamento con los italianos y dos catalanes muy majos (Xavi y Carles) que se nos unen enseguida. A los italianos no se les ocurre nada mejor que ponerse a fumarse un porro allí mismo y, cuando entra el poli a devolvernos los pasaportes, lo tiran por la ventana. ¡Qué suerte los jodíos...!

Cuando, al fin, el tren arranca, pasamos la frontera enseguida y nos hacen volver a bajar, esta vez en plan más mal rollo. Nos vuelven a quitar los pasaportes y nos hacen pagar 10 euracos por el visado. Como bien sabemos, Gloria y yo no tenemos nada de nada, así que Gloria no sé cómo, consigue que uno de los catalanes nos preste el dinero... ¡Qué miedo pasé, cagonlaputa! Y los italianos venga a darle a la cerveza...

Cuando parece que se nos va a hacer de noche allí, nos dejan irnos y empieza, por fín, el viaje a Estambul. Por algún extraño motivo, el tren para cada dos por tres y se pasa unos minutos parado, lo que retrasará mogollón la llegada. Nuestra idea de coger un nocturno a Ankara se va al garete y empezamos a llamar a hostales en Estambul para reservar para nosotras y los catalanes (los italianos van de camping). Cuando ya lo tenemos claro, nos quedamos tranquilos y nos ponemos cada cual a lo suyo.

En uno de sus paseos a fumar y beber cerveza, los italianos conocen a un tipo turco que asegura ser director de películas porno y parece tener diferencias con uno de los italianos, pero, finalmente, no llegan a las manos. Todo el vagón es un jaleo general, el departamento del lado está llenito de catalanes que no paran de chillar, decir paridas, sacar la cabeza por la ventana... Hasta que caen todos sobados. Por el pasillo no para de pasar gente de todas partes.

El viaje llega un momento en que se hace insoportable, se hacen las 9 y aún no se ve la ciudad... Finalmente, y ya bien de noche, llegamos y vamos todos pegados a la ventanilla observándolo todo embobados (y los catalanes chillando a la gente, claro). Un niño de un barrio marginal tira una piedra que pega cerca de mi ventana, ¡qué susto!

Llegamos a la estación y los tipos de los hostales se nos tiran al cuello. Uno nos promete el oro y el moro por el mismo precio que el que tenemos reservado, así que todos quieren ir al nuevo (novatos...) y para allá que vamos. Ponen a los catalanes escandalosos en dos habitaciones de tres y a los otros dos con nosotras en una de cuatro.

El internet prometido consiste en el ordenador de la caja registradora de una tienda de algún conocido del recepcionista del hostal... O eso dicen los chicos, nosotras no llegamos a ir.

Nos duchamos y nos vamos en busca de un kebab abierto a las 12 de la noche... Y encontramos mogollón. Buscamos uno barato y acabamos en uno de 3 liras kebab (1,5 euros). En ese momento nos parece increible, luego descubriríamos que los había mucho más baratos.

Cuando estamos acabando de cenar aparecen la tropa de catalanes locatis y nos vamos los 10 a buscar un sitio para tomar algo. Se hace un tanto raro ir con tanto tío desconocido, porque no paran de decir guarradas y contar historias un tanto “masculinas”, pero es divertido.

Por el camino oímos que alguien grita “Gloria” y descubrimos a los italianos asomados a una ventana de un hotel. Nos acercamos y nos cuentan que Andrea ha ido al médico porque le dolía mucho el pie, que tenía una infección y que, finalmente, se han quedado en un hotel.

Acabamos en un sitio de copas donde el camarero echa a gente para que nos sentemos nosotros... Tomamos una copa y unos cuantos se encabritan en ir a fumar pipa. Nos recomiendan un sitio barato que abre 24h y hacia allí que nos vamos. Llegamos y el camarero jefe (más conocido como Emerson) resulta ser un cachondo que te cagas que no para de meterles hostias a los chicos y fumarse nuestra pipa, además me coge la mano y aprieta mogollón... Vamos, que se le va la pinza.

La pipa mola, en principio es muy diferente al tabaco, pero cuando llevamos varias rondas empieza a rascar.

Hacia las 4 nos volvemos los 4 para el hotel. Después de 22 horas sin dormir, caemos redondas.

PRESUPUESTO x persona: 1€ (galletas) + 2€ (compra de supervivencia máxima) + 10€ (visado) + 2€ (kebab y bebida) + 3€ (copa) + 1€ (parte de una pipa)= 19€

PD: Hoy no hay fotos...ohhh...menudo despiste llevábamos encima, jeje

Esperamos diario y muchas fotos a la vuelta

Buen viaje y buena aventura!!

Me apunto a este diario también!

Q aguante tenéis, chico! A ver con qué nos sorprendes ahora

3-8-06

Samotracia - Alejandrópolis

Cómo no, me despierta Gloria cerca de las 8. Nos duchamos sin saber aún hoy cómo iba el agua caliente... Preparamos la mochilita para la guerra y las mochilotas para cuando volvamos, desayunamos y nos vamos. Nada más salir de la habitación una mujer nos dice cosas en griegenglish y terminamos por entender que debemos sacar las mochilas fuera...era de esperar.

Ahora sí, nos vamos. Bajamos por una carreterita hacia la costa y cogemos la principal con dirección a la desembocadura de un rio (“Fonias”: asesino), unos cuantos km más al este, desde donde debemos remontarlo para llegar a unas “piscinas” naturales muy bonitas (Información proporcionada, cómo no, por Lonely Planet).

Cuando llevamos rato andando y no tenemos claro si falta mucho y si vamos bien (aunque esto último es bastante evidente, ya que sólo hay una carretera que dé la vuelta a la isla...), encontramos en el borde de la calzada un hombre muy hippie, vestido muy sesentero y muy fumado. Le preguntamos si vamos bien y nos dice que sí, pero que está la hostia de lejos, que él está esperando un amigo que le va a llevar allí también y que si nos esperamos nos llevan. Putamare!

Paso la espera haciendo fotos a cabras (¿tú sabes si hay cabras en esta isla?) y, cuando parecía que ya no iba a llegar, aparece el amigo con una ranchera descubierta (el coche oficial samotriciano).

Cabras

Nos subimos en la parte de detrás y, con el pelo al viento y muy contentas de ahorrarnos el pateo, un ratito después nos dejan en la entrada de la senda.

Para remontar el rio nos hacen pagar un euro sin sentido y nos dan miles de recomendaciones y prohibiciones. La primera parte de la subida es muy agradable. Encontramos un caballo paseando que me hace creer que me hace caso cuando le llamo pero que termina pasando de largo...qué chasco.

Interraileras excursionistas

Caballo pasota

Muchas piedras y árboles más arriba aparece la primera “piscina”, que está abarrotada de domingueros griegos. Dos hombres con pinta de profesionales que nos habian adelantado por la senda un rato antes empiezan a subir por un sendero muy empinado y, como somos muy chulas (y según la guía cuanto más arriba más mola), nos ponemos a seguirlos. La verdad es que el camino se complica mogollón, pero un par de simulacros de caída más arriba llegamos a un lago con cascada y riachuelo preciosísimo. Sólo están los hombres con pinta de profesionales tomando el sol, ¡es perfecto!

Sin pensarlo nos quitamos la ropa y nos tiramos al lago. El agua está congelada, pero se agradece que no veas. Hacemos acercamientos miedosos a la cascada imitando a uno de los hombres, da un poco de miedo porque el agua te impulsa con fuerza hacia abajo, pero es una sensación única . Luego decidimos seguir copiándonos del hombre experto y nos subimos a una roca a tirarnos al lago (aunque no nos atrevimos de cabeza).

Hemos encontrado el paraíso...

Interraileras en el paraíso!

Después de hacer el capullo un rato y con las ideas bien congeladas, nos damos cuenta que los hombres han desaparecido, nos vamos a buscarlos y los encontramos en una mini-cascada. Nos invitan a ir con gestos y nos ayudan a ponernos debajo de la cascada sin que se nos lleve la corriente...¡QUÉ GUAI!

Cuando nos cansamos del impacto del agua sobre nuestras cabezas, culos y espaldas, nos ponemos como lagartos al sol encima de tremendas rocas blancas. Gloria se queda sobada ipso-facto y a mi me cuesta un poco más y duro bastante menos dormida. Cuando me despierto estamos envueltas por domingueros intrépidos que han mancillado nuestro mini-paraíso. Como ya es tarde y no tiene tanta gracia, nos volvemos para abajo.

Por el camino encontramos miles de guiris dormilones que llegan ahora, entre ellos una familia que ya se va. La madre de la familia es una freaky de la naturaleza y nos va enseñando cosas guais mientras bajamos, como serpientes, plantitas... y nos explica que unas libelulas azules muy curiosas que abundan por la zona sólo viven 30 horas.

Cuando llegamos al final de la senda y pillamos la carretera para volver, el sol pica mogollón... Nos ponemos a hacer autostop y después de unos cuantos coches pasotas, ¿quén aparece?, el mismo chico amigo del hippie fumeta que nos llevó a la ida... ¡y nos vuelve a llevar!

Melena al viento arriba y abajo llegamos a Thermas, recogemos las mochilas y comemos en un rincón no demasiado bonito... En ello estamos cuando vemos aparecer un bus... Me voy corriendo a entretener al conductor mientras Gloria recoge, pero es verme aparecer y echar pie al acelerador... No sé porqué...

Volvemos a bajar a la carretera y en un ratito para una ranchera (otro, ¡no el mismo!) para llevarnos, pero sólo hasta mitad camino. Nos bajamos y seguimos andando. No pasan ni dos minutos cuando pasa una nueva ranchera que se para sin pedirlo. Flipadas con nuestra suerte, nos subimos y nos pasamos el resto del camino jugando con un perrito que también iba allí detrás. (Sí, todos los samotricianos tienen una ranchera. ¿Por qué? ¡Para vender melones! )

Llegamos excesivamente pronto a Kamiriotisa (o algo así...la ciudad del puerto) y para hacer tiempo nos vamos un rato a la playa... ¡QUÉ PLAYA! Es de piedras, pero el agua es totalmente transparente y no hay rastro de ningún tipo de residuo, los peces nadan bajo nosotras y aún no has andado un par de metros, ya no tocas suelo. Para hacerlo más redondo, hay un chiringuito cerca con música para acompañar...ideal.

Luego, a falta de un súper, nos sentamos en una terracita a merendar una empanada típica y un té fresquito. En ello estamos cuando parecen...¿quién? ¡Los franceses! Se quedan con nosotras a merendar hasta que llegue el ferry. Cuando llega subimos y más de lo mismo que a la ida: humo dentro y frio fuera. Esta vez toca fuera. Re-merendamos un proyecto de sandwich de nocilla (Proyecto: pan deshecho y chocolate fundido por el calor dentro de una bolsa...).

El viaje se hace un coñazo, sólo vale la pena el sol poniéndose por el mar.

Aquí el sol se pone por el mar :-P

Al llegar de nuevo a Alejandropolis nos separamos de los franceses y buscamos un lugar donde cenar, no sin antes pasar por la estación para confirmar las opciones de viaje a Estambul. Cenamos en un sitio que pone en la guía pero que debe haber perdido mucho desde que la escribieron... Porque... Yo como moussaka otra vez y Gloria una cosa hiper-rara que no sabemos lo que es pero le llama la atención... Arroz con cebolla e hígado envuelto en tripas... Ahí se queda casi todo, evidentemente.

Al terminar damos un paseo por la ciudad, pero está llena de gente tomando copas y me dan un montón de envidia y prefiero ir a dormir a nuestro hotel de esta noche... Los bancos de la estación.

Gloria, con su habitual velocidad, saca el saco y se queda sobada...Yo me paso un rato lamentándome de mi existencia y, cuando me muero de sueño, saco el saco y me pongo en posición dormir. El banco es la cosa más estrecha, incómoda y poco adaptable a un culo que haya existido jamás. Tras más lamentos, me quedo dormida.

La noche pasa entre siestas más o menos largas y ratos de análisis de la gente que pasa. Y, cómo no, la vergüenza que conlleva que gente baje de trenes y te mire como si fueras una yonky a quien sus padres han echado de casa... Nada, cosas de interraileros, supongo.

PRESUPUESTO x persona: 1€ (por subir x la senda) + 2€ (merienda) + 7€ (cena) = 10€

Q recuerdos! Pero o yo tuve mucha suerte o la époda del año acompañó más, porque de lluvia nada de nada... más bien calor pegajoso!

Venga, espero próximo episodio

2-8-06

Alejandropolis - Samotracia

Hacia las 6 llegamos y, al bajar, ni rastro de gabachos... Vamos a una cafetería a hacer la jugada desayuno/cagada, pero Gloria se lleva un chasco enorme al ver que, una vez más, son letrinas (Ayudas para wc's sin fronteras y con taza en Grecia, por favor!).

Tras pasearnos e inspeccionar la guía, descubrimos donde se compran los billetes a las islas. Para el primer ferry no quedan, pos nada, para el segundo a las 5.

El resto de la mañana lo pasamos haciendo paseos de la estación de trenes a la agencia de ferries para organizarnos y dejar bien atados los próximos días. Los taquilleros, una vez más, acaban hasta las narices de nosotras, pero finalmente conseguimos billete de ida y vuelta a la isla de Samotracia y nos sabemos de memoria las maneras de ir a Estambul.

¿A quién nos volvemos a encontrar? A Joseph y Amelie. Ellos irán en hidroplano a Samotracia a las 12 pagando el doble porque quieren tener más tiempo.

Como hay muchos puestos de melones, decidimos comprar una sandia y comérnosla a cucharadas. Además el tendero es muy majo y nos invita a queso, aunque no se entiende nada de lo que dice.

Interraileras comiendo sandía

A Gloria se le ocurre ir a la playa y no para quieta hasta que lo consigue, así que allí nos dirigimos.

De camino encontramos una casita en la playa donde hay un perro que Gloria asegura que es igual a Hugh Grant...

Perro q Gloria asegura q se parece a Hugh Grant

La playa cercana al puerto no es bonita precisamente, así que nos limitamos a escoger la más limpia y meternos. Tras descubrir una lata en el fondo y un zurullo flotando, salimos por piernas.

El sol abrasa, así que imitando a dos mochileros marmotillas que hay bajo unos pinos, nos ponemos allí a comer. Apuramos los restos y el intento de siesta se ve interrumpido al darnos cuenta que el suelo está plagado de objetos desagradables tales como cuchillas de afeitar.

Nos vamos a pasear con intención de encontrar un súper y comprar, pero no hay, así que interrogamos a unas chicas que, muy amablemente (y muy aburridas que debían estar) nos acompañan a 2 supermarkets. Compramos 4 guarradas y alguna cosa seria y nos vamos a unos banquitos frente al puerto a seguir cebándonos. Una siesta y ya es hora de ir hacia el barco.

Puerto de Alejandropolis

El cacharro no es ni la mitad que el de Bari-Patras, no tiene piscina ni duchas (mierda!) y el interior está lleno de gente fumando como carreteros, hasta el punto de hacerlo parecer una sauna... Desgraciadamente es mucho más cómodo el sofá interno que las butacas de plástico externas.

2h y media después llegamos a Samotracia, concretamente al pueblecito portuario, que no nos interesa, así que damos gracias de ver autobuses aún.

Llegando a Samotracia

Nos acercamos y vemos a muchos mochileros escuchando a un welo que parece que esté dando un discurso político. Vemos un horario de buses y hay uno a las 21:30, pero como no nos fiamos le preguntamos al welo y vuelve a soltarnos el rollo en griego. Confiamos en que nos haya dicho que ese autobús existe y, como aún tenemos un rato hasta que llegue, elegimos restaurante de los cientos que hay en el “paseo” y nos sentamos a cenar. Una vez más Gloria se queda con las ganas de comer rollos de arroz con hojas de vid, no hay. Pedimos una especie de sopa de gambas y tomate que está muy muy buena, bolitas de queso rebozadas (tirokroketes...no sabíamos qué era) y berenjenas fritas, además el restaurante nos invita a sandía de postre. Nos quedamos como reinas y a tiempo de coger el bus. Pena del camarero hiper-estresado que dejamos con una propina de 80 ctms.

El autobús lo conduce un hombre que, según Gloria, a través del retrovisor se parece a Manolo García y lo administra un chico muy fino y mono. Evidentemente está llenito de mochileros. Conforme avanza se va haciendo de noche y la carretera costera da más y más miedo... Lo que deben ahorrar en luz para farolas. La idea de dormir a la intemperie empieza a no ser factible, así que nos encontramos un poco con el culo al aire.

Al ratito el bus llega a Therma y, simplemente, nos bajamos. Aún no hemos puesto un pie en el suelo, nos encontramos de morros a una awelita joroña que no para de decirnos cosas en griego. Tras hablar, hablar y reírse ella sola, Gloria interpreta que nos está ofreciendo habitación para dormir. Le preguntamos “cuanto” haciendo el gesto universal del dinero y nos dibuja en el aire un 30 y dice que por las dos. Mmm... Nos fiamos de la señora y nos vamos con ella.

Este sitio no llega a ser ni una aldea, son 4 casas bien puestas y unas cuantas terracitas para cenar y tomar algo. Hay casi más puestos hippies que casas...

La wela nos lleva por un caminito que me pone los pelos de punta, pero pronto llegamos a un edificio muy bonito con un jardín increible, con cascada incluida. Abre la puerta y nos muestra una habitación rústica pero habitable, con sus camas, su baño, su nevera, sus arañas... Hacemos el trato con ella, le pagamos y escampamos nuestras cosas enseguida.

Como es bastante pronto y una de las terrazas estaba bastante llena, nos dirigimos hacia allí a ver el ambiente y tomar algo. Nos partimos de risa con un camarero que nos creía griegas y después de soltarnos un rollo que te cagas se da cuenta que no hemos entendido nada. Nos pedimos nuestras cervecitas y tomándolas estamos cuando el camarero trae 2 más. Creyendo ya que el hombre necesita unas vacaciones forzadas, nos explica que nos invitan unos chicos a ellas, y señala enfrente de nosotras. Como nadie saluda ni dice nada, le pregunto quienes son y me dice que íbamos en el mismo barco... Por diooos, ¡qué misterios!

El resto de la noche nos lo pasamos mirando a todas partes y preguntándonos quién puede ser y quién no... Y con esas estamos cuando nos entra sueño y nos vamos a nuestra rustic-room a sobar con las arañas.

PRESUPUESTO x persona: 2€ (desayuno) + 15€ (ferry ida/vuelta…me lo he inventado un poco) + 1€ (sandía) + 3€ (compra) + 7€ (cena) + 1’50€ (bus) + 15€ (habitación) + 2€ (cerveza) = 46’50€

1-8-06

Kalabaka - Meteora - Kalabaka - Larissa

A las 7 me vuelve a despertar y, no contenta del todo, me levanto.

Información práctica del día: “Cómo ducharse en una ducha no delimitada”. Bien, se trata de coger el telefonillo de la ducha, seleccionar la temperatura del agua a tu gusto haciendo girar las ruedecillas de agua caliente y fría y, finalmente, te duchas (Dato importante: La ropa debe haberse quitado antes y, de ser muy pequeño el cuarto de baño, puesto en lugar seguro y seco). Para no acabar desquiciado/a debe importarte tres pepinos el interior del cuarto de baño y su estado de humedad. De conseguirse, todo sigue como una ducha normal y corriente, con la ventaja de poder sentarte en el wc mientras te lavas el pelo y poder mirarte en el espejo para comprobar lo guapo/a que estás con la cabeza llena de espuma.

Bocadillos hechos, trastos recogidos, copa “Día” como desayuno tomada y caminito hacia la estación de autobuses (también conocida como la esquina donde hay un cartel que pone BUS STATION)

Muchos más mochileros, en su mayoría franceses, también esperan el bus. Compramos los billetes y enseguida llega y subimos. Después de un cuarto de hora de curvas, llegamos al monasterio principal de Meteora, Meteoron.

Tuesday cerrado...¿a qué estamos? A tuesday. Nos quedamos con cara de gilipollas a mitad camino y vemos a otros 4 chicos que ponen la misma cara y hablan algo que nos suena... Murcianos, guay! Como buenos interraileros que nunca pierden la esperanza, subimos hasta la puerta cerrada del monasterio y volvemos a bajar. Ya hemos divisado otro cerquita donde sí hay gente. Carretera abajo que nos vamos.

Los murcianos son graciosos y me flipa mucho su cámara de fotos (de los 4, sí) a la antigua usanza, con su medio centímetro cuadrado como visor, su ruedecilla para rodar el carrete, su click que suena a juguete...jejeje. Almorzamos bocadillos de salsiki con cosas variadas (cosa de Gloria) y llegamos. Dos euracos entrar y la obligación de ponernos un pareo con estampado de mantel de picnic las chicas, ya que es pecado que llevemos pantalones, o algo así.. Los murcianos ya iban preparados con unos vaqueros largos colgados al cuello, jejeje.

El monasterio y la iglesia y tal es bonito, pero desde luego lo mejor del sitio son las vistas, es acojonante.

Meteora

Al salir rodamos un poco más por la carretera y acabamos en un mirador super guay no apto para gente con vértigo (ni para murcianos quejicas, jeje).

Interraileros en mirador

Luego bajamos por unas escaleritas por la montaña y llegamos a la entrada de otro monasterio donde pretenden clavarnos 2€ más... no, no, no amigo.

Volvemos a la carretera y, tras discusiones, los murcianos deciden bajar a pie al pueblo mientras que nosotras seguimos fieles a las ruedas y volvemos a Meteoron a esperar el bus.

Hacemos tiempo viendo puestos de souvenirs (uno de los cuales lo lleva una awela joroña súper graciosa y típica) y jugando con gatos que hay, aun no sé muy bien por qué, por allí.

Finalmente llega el bus con el autobusero suicida y nos baja al pueblo. Recogemos las mochilas del hotel y nos vamos hacia la estación a esperar el tren (sí, TREN) que nos devolverá a Larissa.

Millones de horas de espera después y tras coronarnos “reinas de la sala de espera fresquita”, aparecen de nuevo los murcianos que se van para Atenas. Nos pasamos un rato charlando con ellos y cuando llega su tren, que también creíamos nuestro (gracias a la inestimable colaboración de la señora de la limpieza, experta en horarios y destinos de tren -IRONÍA-), nos liamos a preguntar a todo el personal que pillamos y, finalmente, un maquinista nos deja claro que ese tren NO va a Larissa. Nos despedimos con la mano de los murcianos y volvemos a nuestro reino de banquitos duros por 2 horas más.

Ellos estuvieron aquí antes...

Interrailera reinando en su reino

Cuando parecía que no iba a llegar nunca y que no podíamos comer más, aparece el tren de los cojones. Nos despedimos del maquinista y subimos al tren (rato después le veríamos pasearse por los vagones...).

Un poco después llegamos a Larissa y, ¿a quién nos encontramos? ¡A los gabachos! ¡¡Qué alegría es siempre ver a Joseph!! Los cabroncetes han cambiado de ruta y se nos han copiado, así que ahora también esperan el tren a Alejandrópolis.

Llega, con bastante retraso, pero llega y nos tiramos a la desesperada a buscar sitio porque va llenito. Ellos encuentran sitio en un departamento, pero a nosotras nos toca irnos a las vulgares butacas.

A pesar de haber dormido 12 h. más unas cuantas de siesta en la estación de Kalambaka, Gloria saca el saco antes de las 11 y se queda frita en una de sus posturas imposibles. Yo, cómo no, me paso un buen rato preocupada por unos hombres que no paran de chillar y reírse y mirarnos. Al rato el frío del aire acondicionado es imposible y termino dentro del saco yo también. Los chillones se bajan hacia la 1 en Tesalónica y me quedo tranquila y me quedo frita un ratito. Me despiertan más gritos, ahora tres jovencitos punkies son los que dan voces... Pero al menos no nos miran con gula. Entre siesta y siesta voy analizando a la gente que sube y baja del tren y las discusiones a gritos que se forman (algo habitual en los griegos, sobretodo en temas referidos a trenes y asientos reservados).

Al final se nos sienta al lado un militar de incógnito (Alejandrópolis: ciudad de estudiantes y militares) que se lo pasa bomba viendo a Gloria andar a saltitos con el saco y a mi cambiar de postura cada 5 minutos... Tan bien se lo pasa que no para de reírse y comentarlo con un welo de su lado.

PRESUPUESTO x persona: 3€ (bus ida/vuelta, + o -) + 2€ (entrada monasterio) = 5€

Bien! Un diario q empieza ahora y me afilio!

Te leo a partir de ahora

30-7-06

Atenas

Me despierta Gloria a las 7 y pico y muero. Las chinorris debieron dormirse por agotamiento de tanto trajeteo, ya que una ha dormido con el móvil en la mano abierto y la cama llena de trastos.

Preparamos la mochila y nos vamos hacia el metro. Próxima parada: Acrópolis. Benditas ayudas a estudiantes en Grecia, de 12€ de entrada nosotras no pagamos ni uno.

Bajo un sol de no-me-mires-y-busca-sombra visitamos todas las ruinas de la antigua Grecia junto con unos pocos turistas al principio y muchísimos al final. El Partenón y cia es bastante espectacular, pero resulta difícil desfrutarlo sudando la gota gorda.

Interraileras en el Acrópolis

Como para cerca, hacia als 11 nos acercamos al mercadillo ateniense. No confundamos este mercadillo con el típico de ropa, comida y otras cosas típico español y de otras zonas... Aquí el mercadillo consiste en gente que se dedica a acumular chatarra, alguna probablemente con gran valor histórico o, al menos, sentimental, y otra con el valor de mis bragas, y luego lo venden. Los turistas se acercan a este lugar con más curiosidad que intención de comprar y, la verdad, hay cosas dignas de verse.

Volviendo pasamos por una zona de tiendas “especializadas” que deben resultar muy útiles a los griegos. Zapaterías con todo tipo de zapatos de lo más originales (y caros) o joyerías de fantasía donde te construyes tus propias joyas con variedad decorativa que no te acabas.

A pesar de mis continuas quejas, Gloria consigue arrastrarme a un museo al lado del Parlamento, para llegar al cual hacemos varios transbordos de metro. Una vez más nuestro carné de estudiante internacional nos ahorra 6€.

Este museo es una colección personal de “cosas”. Un tio, el nombre del cual no recuerdo, se pasó toda su vida coleccionando y al final su colección se hizo famosa y pasó a ser un museo. Hay desde piedras hasta trajes tradicionales de casi todas partes de Grecia, además de joyas aluncinantes, cubertería, cuadros, mapas...

Al salir encontramos un mini-cambio de guardia delante de la casa de verano del presi griego, o algo así, el caso es que está llenito de militares que están para hacer una moussaka con ellos.

Cogemos otra vez el metro y, como el hambre ya aprieta, nos volvemos al hostal a buscar un sitio barato para comer (imposible por el centro). Acabamos en el mismo sitio del día anterior y, la verdad, está bien. Hay un borracho en un portal que por más que le incordien los inquilinos del edificio, parece tener una siesta eterna.

La siguiente parada es la cama del hostal para hacer honor a la sana tradición de la siesta española.

Gloria me despierta al rato con intención de ir a visitar el museo arqueológico, el cementerio y no sé qué más... Valoro lo a gusto que duermo y lo que me interesa todo eso y decido dar media vuelta y seguir a lo mio.

No pasa mucho rato hasta que me levanto y, como hace bastante calor en la habitación, decido salir a la calle. Recuerdo que al final de la calle del hostal hay un cibercafé, así que para allí me voy. Esta bastante bien de precio y es muy moderno. Me conecto un rato para buscar trenes y escribir e-mails y tal y, como todos los griegos me dan envidia con sus cafés fríos y el chico que lleva el café es muy majo, decido conseguir que me ponga el café que todos tienen en su mesa. Lo consigo y me lo tomo mientras hojeo la guía de Turquía que aún la tengo sin explorar. Pos no está tan bueno.

Se está haciendo tarde y parece que se nubla... Me voy al hostal. Cuando entro veo que una concentración de mochileros se está registrando... Esta noche toca ruido.

Me ducho y perreo un rato. Ni rastro de las chinorris ni, lo preocupante, de Gloria. Me ducho a fondo y me arreglo para hacer tiempo y, finalmente, la desaparecida aparece después de rodarse toda la ciudad en metro.

Salimos a cenar y, por ser originales, buscamos un sitio diferente. ¿Dónde acabamos? En otro gyro-rápido. Creo que ya he probado todos los tipos de gyros que existen y, la verdad, están que te cagas. Gloria, cansada de serle infiel a la verdura, se pide otra ensalada.

Cuando nos hartamos de ver pasar prostitutas y coches de polis, nos vamos. Ya han vuelto las chinorris y están armando jaleo, como siempre. Y sin decir ni mu, como siempre. Yo me pongo mi musiquita, me echo en la cama y sigo hojeando la guía de Turquía. Eso sí, sin demasiada luz, es lo que tiene dormi en la cama de abajo de la litera... Una de las ventajas es leer todos los mensajitos que cientos de pavos/as como nosotras que han pasado antes por allí han dejado escritos en la baldas de madera de la cama de arriba. Ejemplifico: “Life is a beach and then you die”. La peña no está muy en sus cabales...

Las chinas se pasan armando jaleo (si ayer tocaba deshacer la maleta, hoy toca hacerla) hasta las 12 y pico y, cuando por fin parece que terminan, se levanta Gloria a ducharse... Me quedo extrañada pero me limito a remugar.

Sale de la ducha y la veo poniéndose el sujetador y me extraño aún más (sabiendo que, como toda hija de vecina, no duerme bien con sujetador). Ahí no me resisto y le digo: “¿Pa' qué coño te pones el sujetador?”. A lo que me responde: “¿No nos vamos?” ...

Yo: “¿¿Qué??”

Ella: “¿¿Dónde estamos??”

Yo: “¿¿¿QUÉ???”

Jajajajajajaajaj... ¡Vivan los desfases horarios y las alarmas puestas a deshora! Nos partimos tanto el culo que les devolvemos todo el ruido a las chinorris. Cuando ya se empieza a calmar la cosa otra vez... Música griega a toda leche entra por la ventana. No sé bien como, me termino durmiendo.

31-7-06

Atenas - Larissa - Kalabaka

Gloria y una china se levantan antes de que suene el despertador a las 8 y así no hay quien duerma. Gloria se va a comprar desayuno y, cuando vuelve, bajamos a desayunar al comedor común para estrenarlo aunque sea de despedida.

Nada más llegar abajo me arrepiento de haber bajado en pijama, con el pelo deshecho y la cara sin lavar... Las mesas están abarrotadas de pubertativos que no nos quitan la vista de encima. Esperando que nadie hable castellano, lloriqueo sobre la situación hasta que me encuentro aposentada y con la vista en el desayuno.

Gloria ha comprado leche y un donut-corazón gigante-con chocolate típico de aquí, por lo que parece.

Al terminar recogemos, nos “despedimos” de las chinas y la mujer borde de recepción y nos vamos hacia la estación.

Desgraciadamente seguimos siendo las menos previsoras del tren y no queda sitio en el que teníamos idea de coger... Después de chapurrear con casi todas las ventanilleras y liarnos hasta la saciedad, una nos da una opción: ir de pie. PUTAMARE!

Al subir tenemos una suerte atroz y encontramos dos asientos abandonados y solitos, así que nos aposentamos esperando a que nos echen. Dos paradas más adelante, efectivamente, nos echan.

Rondando por el tren acabamos en el vagón-restaurante y nos pillamos una mesa la mar de mona y, para disimular, compramos refrescos y un bocadillo y nos lo papamos.

Cuando ya nos olemos nuestra parada (Larissa), nos levantamos para dejar sitio a otras mochileras españolas en nuestra misma situación.

Nos pateamos todo Larissa buscando la estación de buses y, finalmente, llegamos (no precisamente gracias a las pésimas indicaciones de sus habitantes).

Preguntando y preguntando encontramos el nuestro y nos enganchamos a él como garrapatas sedientas. Tras 1h y 30' llegamos a Kalabaka, sede de expediciones a Meteora. Nada más bajar descubrimos sorprendidas una estación de trenes, nos acercamos a cotillear y, tras ver los horarios de trenes, nos cagamos en Lonely Planet y en su mapa de vias desfasado. Cuantas horas perdidas... en fín.

A continuación buscamos la estación de buses y nos quedamos con la boca abierta al saber que sólo hay un bus a Meteora y era a las 9 de la mañana. Ahora sí, nos vemos obligadas a buscar camas.

Después de consultar precios en un par de hoteles y tratar de aprovechar el tiempo haciendo una comparativa, llegamos a uno donde, al vernos marchar tras pedirnos 30€, la chica nos pregunta cuanto queremos pagar, le decimos que 20€ por la habitación y chispúm, todos tan contentos.

Tele, aire acondicionado y balcón... alucinamos. Eso sí, todo el baño es el plato de ducha, no hay zona delimitada (para más información, consultar la mañana del dia 1).

Después de dejar los trastos y comer unos cacho bocadillos con casi todo lo que nos quedaba, vamos al “Día” (sí! Aquí también hay!) y compramos guarradas a saco. Volvemos a la habitación y nos hinchamos a helado viendo la tele en griego. Sobre las 7 de la tarde nos quedamos fritas y hacia las 9 y pico me despierto y enciendo la luz para no volver a quedarme sobada. A la 1:30 de la madrugada me despierta Gloria comiendo y me informa de la hora que es y de que me he dejado la luz encendida. Vemos la tele un rato y la tía se vuelve a quedar frita. Yo no tardo.

PD: Hoy no tengo tiempo de ponerme a calcular el presupuesto, pero los gastos más gordos he visto q están escritos, así q... os lo calculáis si eso, jeje

29-7-06

Nauplia - Atenas

Me despierta Gloria a las 8 y, una vez más, me cago en lo que no está escrito. Toca recoger rapidito y subir al castillo antes de que queme más el sol. La griega locatis tiene un ataque de bondad y nos guarda las mochilas hasta que nos vayamos.

Subir al castillo es mortal. Los pies se quejan y el sudor corre como nunca. Tras millones de escaleras (999, supuestamente) llegamos arriba y conforme hemos llegado, nos volvemos, ya que entrar cuesta 4€ y no llevamos ni uno. Aún así las vistas de la ciudad y el mar son geniales desde allí.

Bajamos rápido y sorteando pedruscos llegamos al agua, donde estrenamos cada una lo suyo. Yo al principio voy giñada cogidita a las piedras porque hay muchos cangrejos y peces y erizos de mar, entre los cuales no estoy acostumbrada a nadar. Gloria va loca gafas arriba, tubo abajo. Después de tragar mucha agua y con los ojos rojos, decide que las gafas son una mierda y que hay que comprar otras.

Hay unos cuantos griegos buceando por la zona, uno de ellos con una bolsa impermeable guardando sus cosas que le cuelga de una cuerda y le sigue metros atrás, jejeje.

Se hace tarde y debemos volver corriendo al pueblo. Ya con las mochilas y en la parada de buses, nos informan que en media hora sale el próximo para Atenas. Comemos platanos y chicles raros de Gloria hasta que llega.

El trayecto hasta Atenas pasa entre música parándose cada 2x3 por falta de pilas, escribir en el diario con una letra un tanto parkinsoniana a causa del buen estado de las carreteras y millones de cabezazos contra el cristal. Por más que lo intento y más sueño que tengo no puedo dormir, se me cae la cabeza, es superior a mi. Para hacer más “divertido” el camino, delante tenemos a una señora con ataques raros que se pasa gran parte del camino hablando por teléfono en griego a toda ostia y a todo volumen... :x

Llegamos y la estación de buses ateniense es... ¡terrible! Gente corriendo por todas partes, miles de buses desordenados, mugre a puñados y, finalmente, al igual que en el resto de la ciudad, perros hiper-pasivos en todas las esquinas. Deben darles drogas para que no se meen o algo así.

Nos informamos y subimos a un bus que va al centro. Cuando consideramos conveniente bajamos y , en un momento, encontramos el Athen's International Youth Hostel. Esta muy, pero que muy bien en comparación con Nauplia y por 10€ redondos. Con lavandería e internet, además de no tener límite de llegada por la noche.

Vamos a un bar de gyros rápidos a comer y volvemos al hostal a por la ducha de rigor y a deshacer las mochilas. A continuación nos informamos del funcionamiento del metro (un poco más chungo que el de Roma, pero más moderno) y nos vamos al Parlamento. Como falta para el cambio de turno de guardia, primero paseamos por el jardín nacional, donde flipamos mucho con la de animales que hay. Luego hacemos las correspondientes fotos con los cara-palo militares y nos reímos un rato con el baile-cambio de guardia y de sus pompones en los zapatos.

Interrailera y vaca leyendo

Interrailera en los jardines nacionales de Atenas

Tortuga

Aves de corral

Cabrita

Interraileras con guardia cara-palo

Baile-cambio de guardia

Convenzo a Gloria para tomar un café griego en una terracita muy fashion con su correspondiente vaso de agua (extraña tradición...). Esperando el típico café frio que todo griego lleva permanentemente en su mano, nos traen un café que quema y amarga un poco... Y nos clavan lo que quieren y más...¡Aaaay!

Volvemos al hostal y cenamos papas y pan con nocilla y muesli (mi cara es un mapa de granitos, ¡sí!) con cerveza que hemos colado (la recepción está llena de carteles del tipo: NO puedes comer en las habitaciones, ni beber, ni cocinas, ni entrar gente, ni lavar ropa, ETC.).

Convenzo a Gloria para salir a dar una vuelta a ver si hay ambiente (que debería haber al ser sábado) pero sólo conseguimos encontrar borrachos, inmigrantes salidos y putas. Ah, si, y el barrio gay. Volvemos resignadas y yo muy asustada.

Nada más entrar en la habitación aparecen nuevas compis: dos chinorris que no saben hablar, o eso parece.

Dormirme se me hace difícil con las chinitas arriba y abajo deshaciendo la maleta, duchándose y escampando trastos por su territorio. Sería la 1 cuando se quedaron quietas.

PRESUPUESTO x persona: 15€ (bus…me lo he inventado bastante) + 1€ (bus urbano) + 10€ (noche hotel) + 5€ (billete metro x un día + 3€ (café extra caro) + 2€ (birra grande) = 36€

PD: Como podréis comprobar, es la noche de San Juan y estoy en casa. Sí, soy una pringada. Los estudios acabarán con mi vida social...