forteviajero

¡Saludos!

Este año tenía pensado -y tengo- hacer por fin un inter-rail. Mi idea eran dos semanas por varios países centroeuropeos, en mayo o junio, pero parece que, de momento, tendré que posponer esos planes... ¡Pero! hay un pero, por suerte jeje. Ryanair pone en marcha un vuelo de Zaragoza a Bruselas y hay que aprovecharlo. Por eso, tengo pensado hacer una pequeña escapada, una semana como mucho, a Bélgica. Y moverme en tren de un lado a otro, para ver todo lo que pueda. De momento, estoy solo. Si alguien se apunta, podemos hablar.

jajajaja, dí que sí, varete, con dos cojones

jejejeje

Varete, ¿qué tienes que decir?

Saben que el turismo lo tienen garantizado. Si por limpieza fuera, Roma no se merecería la cantidad de visitantes que recibe, pero... la historia es la historia, y esta ciudad atesora mucha

¡Vaya fichaje! Jejejeje. Estoy contigo, cada cosa a su tiempo. Y si vas apenas un fin de semana a una ciudad con tanto por ver como Lisboa, pues bueno, hay que establecer prioridades. Si sobra tiempo, pues como si te metes a jugar a unos recreativos, pero si no, yo por lo menos prefiero ver bien las cosas.

Que pena que te saliera tanta niebla. Según tengo ententido, es muy habitual en la ciudad. Está entre muchas colinas y como pasa el Tajo pues... Yo cuando estuve hace unos meses, al principio también nos salió el día con algo de niebla y lluvia, pero luego se arregló un poco.

Y sí, para el inter tendrás que mirar mejor con quien te vas jejeje.

Me parece a mí que la web de Ryanair es más que conocida por quienes frecuentamos este foro Gracias de todos modos jejeje.

De las ciudades que planteas, yo te recomiendo Venecia. Estuve en octubre y me encantó, supongo que como a cualquier otro viajero... Es una ciudad pequeña y en un fin de semana la ves de sobra. Ahora en febrero puede que haga bastante frío, pero bueno, eso se soluciona con un buen abrigo. Aunque mira a ver en qué fechas vas, porque igual te coincide con el carnaval, que puede ser otro atractivo pero no quiero ni pensar lo que puede costar dormir allí durante esa fiesta. Si viajes justo después igual hasta te sale super barato, es cuestión de mirar.

¡Saludos!

¡Gracias!

Claro que sí. Yo estuve en Lisboa en mayo de 2007, pero en un viaje de estos donde visitas muchos sitios en pocos días y al final acabas no viendo ninguno... Vamos, que estuve unas horas y me quedé con ganas más. Es una ciudad que tengo en mi lista de destinos a los que volver.

Bueno, después de leerme todos los mensajes, cuesta escribir algo sin repetir

Pero nada, me sumo a lo de feliz año, que el 2008 nos traiga mucha salud, que es lo más importante, felicidad y algo de dinero para poder seguir viajando. Y en mi caso, le pido también un interrail

¡FELIZ 2008!

P.D. Supongo que todos y todas sabréis que de junio a septiembre se celebra la Expo de Zaragoza... Espero que la visitéis

Me alegro que te animes a contar tu experiencia en Lisboa. Cualquier destino es válido.

Uno que te sigue

jejejeje, negocio, en Italia hay muchos políticos a los que pagar la nómina a final de mes

¡Que no se te quiten las ganas!

A ver, siendo objetivo, la ciudad realmente está bastante sucia, las cosas como son. Hay otros lugares que destacan precisamente por lo contrario... Pero Roma es muy parecida a España en eso de la suciedad.

Y respecto a los monumentos... A ver, allí hay tantas ruinas, que a veces da la sensación de que están como abandonadas, porque acumulan algo de suciedad. Pero al margen de eso, es que las ruinas son lo que son, ruinas. Y en Italia, no restauran como lo hacen aquí, que guiándose por estudios o historia, más o menos 'reconstruyen' el monumento... No, allí conservan las ruinas tal y como aparecen, algo que puede acrecentar más todavía la sensación de abandono.

Pero yo te recomiendo que vayas

Ahí va mi aportación

-Cruzar el Puente de Carlos, en Praga

-Callejear por Venecia

-Tomarte un capuccino en Roma, sobre todo en el Café San Eustaquio

-Comer cualquier cosa en el Trastevere, uno de los barrios más bohemios de la capital italiana

¡Muy bien Varete!

Ya sabes que soy uno de tus lectores más fieles jejeje, así que espero la próxima entrega de tus aventuras.

Bueno, aunque parece que la gente del foro está un poco desconectada, yo como sigo de vacaciones, aprovecho y escribo un capítulo más -el penúltimo- de mi viaje a Roma de este mes de diciembre.

LUNES 17 DE DICIEMBRE

Amanecemos a eso de las ocho de la mañana. Yo bastante cansado, la verdad. Se nota la caminata que nos metimos el día anterior... Ducha rápida y a desayunar nuestro ya tradicional capuccino, zumo de naranja y corneto. Mientras, aprovechamos para planificar un poco nuestro último día, ya que el martes cogeremos el avión de vuelta a primerísima hora de la mañana...

Cafetería del Corso Vittorio Emanuele donde desayunamos cada día.

Yo y mi desayuno, aunque la imagen corresponde a otro día

Laura, recién desayunada.

Son las diez y queremos dedicar la mañana a: visitar la iglesia de Santa María la Mayor y subir a lo alto de la cúpula de San Pedro. Pero antes, tiempo para las compras. Tenemos que dar nuestro último paseo por el mercado de Campo dei Fiori. A estas alturas del diario, imagino que sabrás que es uno de los rincones que más me gustan de Roma... Me llevo unas judías verdes y un ramillete de salvia, una planta aromática imprescindible para elaborar el saltimbocca alla romana, un plato que recomiendo

Mi hermana también aprovecha y en una tienda de ropa se compra un pantalón por 15 euros.

Mi Campo dei Fiori

Subimos a la habitación para dejar las compras. Yo aprovecho y voy al baño y mi hermana se prueba otra vez los nuevos vaqueros. Y ¡sorpresa! Descubre que, al sentarse, no le quedan demasiado bien , así que decide volver a la tienda y cambiarlos por otros de una talla menos. Como el tiempo empieza a echarse encima y nuestros planes corren el peligro de no cumplirse, yo, mientras tanto, me voy al quisco más cercano a comprar dos billetes de bus. Luego nos encontraremos en Campo dei Fiori.

Por si alguien no lo sabe, en Roma existen dos líneas de metro -que yo todavía no he utilizado-, una más que está en construcción -debe de llevar así varios siglos -, tranvía en algunas zonas y muchos autobuses. En los quioscos de prensa, puedes comprar los billetes. Por 1 euro, el ticket te permite utilizar cuantos autobuses quieras durante 75 minutos, o un único viaje en metro. Muchos pasan de pagar, pero nosotros, como era nuestro último día, no quisimos arriesgarnos demasiado y eso que ya parecíamos dos auténticos romanos

Antes de subirnos al autobús 64 con final de parada en Termini, no podemos resistir la tentación de comprar dos trozos de pizza . A partir de ese momento, disponemos de una hora y quince minutos para llegar al final del trayecto, ir a Santa María la Mayor, ver la iglesia, volver y coger otro autobús que nos lleve hasta el Vaticano...

Yo, frente a la iglesia.

Santa María la Mayor es tremendamente grande, como podéis ver en las fotos. También muy bonita, la verdad. Según las guías, tiene el campanario más alto de toda Roma...

Cofre con las supuestas maderas del pesebre de Jesús.

La nave central tiene un montón de columnas. Y en el altar mayor, hay un baldaquino junto al que está la tumba de Bernini, un escultor muy afamado en Roma y autor de numerosas obras. También, debajo, existe un cofre que, supuestamente, guarda reliquias del pesebre de Jesús.

Rápidamente, regresamos a la plaza de la estación de Termini, donde pillamos el autobús número 40 que, poco después, nos deja junto al Vaticano. Apenas hay fila para entrar a la basílica, pero esta vez, nosotros nos dirigimos a la cupola... ¡No sabemos lo que nos espera!

La entrada cuesta 5 euros ó 7 si decides utilizar el ascensor. Nosotros no escatimamos en gastos y decidimos apostar por las modernidades de hoy en día. Aún así, la paliza es impresionante. Lo peor, las escaleras de caracol y esos pasillos con la pared torcida que a veces hasta marean...

Es otro de los lugares que, en principio, no visitaré en mis futuros viajes a Roma. Pero realmente merece la pena subir, al menos, una vez. Las vistas son espectaculas y disfrutas mucho identificando edificios, como el monumento a Vittorio Emanuele en Piazza Venezia, el Coliseo o la cúpula del Panteón... Ahí van unas cuantas fotos.

Tras subir en ascensor o las escaleras, esto es lo primero que ves.

Desde esta altura, las personas que había en la basílica parecían hormigas.

Subiendo a lo alto de la cúpula.

La típica foto

Ya de bajada, una foto y un descanso...

Ya con los pies sobre la tierra, emprendemos el retorno a Italia, no sin antes fotografiar a los coloridos guardias suizos del Vaticano.

Pareja de guardias suizos.

También aprovechamos para buscar el punto desde el que puedes ver en una las cuatro filas de columnas de la plaza de San Pedro.

Cosas de la geometría, ¿no?

Ahí va un vídeo por si queréis verlo mejor...

Ya pasadas las dos de la tarde y con un hambre en el cuerpo que no me tenía, nos dirigimos hacia el centro, porque queremos ir a comer al mismo local donde cenamos días antes, cerca del Panteón, por no mucho dinero y bien a gusto. Pero... ¡oh! Las verjas estaban bien bajadas y, por si no era suficiente explicación, un cartelito advertía que cerraba los lunes por descanso... Así que nos quedamos con las ganas y con el hambre en el cuerpo.

Ya eran las tres y media pasadas. Había que entrar en un sitio u otro. En dos, nos dijeron que nanai, que la cocina ya había cerrado , así que entramos a uno donde los precios no eran muy bajos pero tampoco desorbitados... Dentro, la mayoría de la clientela era española, para variar. Mi hermana, también para variar, se pidió una pizza. Yo opté por un menú que incluia una brusceta de entrante (es como una tostada de pan de hogaza al horno con aceite, muy rica pero así de simple), un plato de lasaña (rica, pero nada abundante) y pollo alla romana con lechuga (nada del otro mundo, pero bueno). La pizza de mi hermana llevaba campiñones y jamón. Estaba buena pero, la verdad, fue la más floja de todo el viaje. Me recordaba a las de buittoni que venden en España. Con el agua y unas patatas al horno de contirni, la comida nos salió por 33 euros.

No había mencionada que, cuando buscábamos a la desesperada un lugar para comer, justo comenzó a llover. No muy fuerte, pero lo justo para fastidiar. Por suerte, fuimos precavidos y llevamos paragüas. Si no, hubiéramos recurrido a cualquiera de los muchos vendedores ambulantes que, en función de la climatología, venden gafas, sombreros, bufandas o paragüas. ¡Qué listos que son!

Así, nos acercamos un momento al Panteón. Dicen que es un privilegio ver llover en el interior de este templo. Yo en abril, además de llover, vi granizar. Esta vez, las gotas eran diminutas y casi no se apreciaban al entrar por la cúpula.

De ahí, nos fuimos hasta el Café San Eustaquio, a tomarnos nuestro último capuccino. También entramos a la iglesia del mismo nombre, donde el retablo del altar mayor hace que las romanas no quieran contraer matrimonio en esta iglesia... ¿Por qué será?

Busca, busca... Encuentra al animal al que ninguna novia quiere parecerse...

A media tarde, ya de noche, pasamos hasta Piazza Navona. Al llover, la gente había dejado medio vacío el mercadillo navideño, que permanecía abierto, salvo algunos puestos. Así que aprovechamos para, más tranquilos, dar una última vuelta y hacer alguna que otra compra.

El mercadillo, casi vacío.

Luego, dimos el último paseo por la zona, por lugares como Piazza Farnese, Campo dei Fiori, etc. También fuimos mirando sitios donde poder disfrutar de nuestra última cena romana . Quería 'tirar la casa por la ventana'. Vamos, huir de la típica pizza y cenar en un sitio en condiciones, que nos dejara un buen sabor de boca, y nunca mejor dicho.

El palacio Farnese, de noche, y una de las fuentes recién restauradas que hay en la piazza.

Tras ojear las cartas de todos los sitios abiertos que había en la zona, decidimos entrar a uno que está a dos pasos de la habitación. Se llama Pollarola y cenamos muy pero que muy bien. Fue el más caro, aunque realmente mereció la pena. Mi hermana se pidió jamón con melón y yo mi tercer y último plato de saltimbocca alla romana del viaje. Estaba delicioso, de verdad. Se me hace la boca agua de pensar jejeje. De contorni, nos pedimos las ya clásicas patatas (también las más buenas de todas las comidas que hicimos) y tomate con queso mozzarela. El sitio era muy elegante. Con el agua y un café, nos salió la cena por 41 euros. Si comparas con los garitos del Coliseo, donde encima te cobran el servicio...

Y de ahí, directos a la habitación. Eran las nueve pasadas, hacía frío y teníamos que preparar la maleta y dormir, porque al día siguiente nos esperaba un buen madrugón.

os animo a continuar, Roma es, hoy por hoy, mi destino favorito y me encanta leer diarios de otros foreros

No, no paré. Pero la verdad que por el camino se ven muchas ruinas... también están cercas las murallas, puertas, etc. Para próximos viajes, ya veremos

no, por la Apia Antica (si te refieres a esa) fui en coche de vuelta al aeropuerto.

Yo creo que Varsovia fijo que la veis nevada... Según me contaron, en esa ciudad conviven con la nieve en la calle durante varios meses al año, es decir, por lo menos, todo el invierno, así que cuidadín con las caídas

Ya veréis como os encanta. Intentar visitar el gran parque donde dos soldados custodian el fuego en el monumento al soldado desconocido. La plaza donde está la sirenita es una chulada.

¡Disfrutar!

jajajaja, en serio, lo del 'castor' nos impresionó mucho. Luego vimos más, de camino a Sant'Angelo, ¡nadaban por el Tiber!

Bueno, continúo con el diario, que pronto terminará

DOMINGO 16 DE DICIEMBRE

Hoy no hay mercado en Campo dei Fiori, así que decidimos levantarnos un poco más tarde y descansar en la camita. Pasadas las diez y media de la mañana, nos vamos a desayunar el ya clásico capuccino, zumo de naranja y corneto. Ummmm ¡qué recuerdos!

Planificamos el día. La visita 'estrella' de hoy es al mercadillo de Porta Portese, al sur del Trastevere. Dicen que el es más grande de toda Roma. También tenemos previsto ir a tomar café a San Eustaquio. Allí hemos quedado con una persona que conocemos, que está pasando este año en Roma.

Emprendemos nuestro peregrinaje hacia Porta Portese pasando por Campo dei Fiori y la Piazza Farnese, donde tomamos alguna foto.

Andamos junto al río y, pasada la Isola Tiberina, ¿qué ven nuestros ojos? Sobre una roca, tomando el sol, cerca de los patos, descubrimos un ARNI: Animal de Río No Identificado. En un primer momento nos parece un castor, por el descomunal tamaño y el color de su pelo. Pero después de tirar de zoom, determinamos que se trata más bien de una pedazo rata... Tengo fotos y vídeos que pueden herir vuestra sensibilidad. Si queréis que cuelgue alguna, me lo decís

Sobrecogidos, continuamos rumbo a Porta Portese. De camino, pasamos por la iglesia de Santa María in Cosmedin, en donde está la popular Bocca de la Veritá. Para sorpresa de pocos, la entrada está repleta de turistas, en su mayoría japoneses, atraídos por la leyenda de la mano y todo ese rollo. En un primer momento nos ponemos a la cola, pero enseguida reculamos. Entramos a ver un poco la iglesia y después, continuamos con nuestros planes. La verdad que el templo no tiene desperdicio, para mí, uno de los más originales de los visto hasta ahora en Roma.

Yo, en el Ponte Palatino, con la Isola al fondo.

Laura, en mi misma posición.

Santa María in Cosmedin, por fuera. Observar abajo a la derecha... ¡has acertado! Son turistas japonesas...

La iglesia por dentro.

Y por fin, a eso de las doce del mediodía, cruzamos el Ponte Sublicio y llegamos al principio del infinito. Es decir, entramos en el mercadillo de Porta Portese en la plaza del mismo nombre y atravesando una hermosa puerta de piedra.

Puerta por la que se accede al mercadillo.

Como decía antes, las guías recogen que es el mercado más grande de Roma. Y yo, desde luego, puedo dar fe de que es inmenso. A mí se me hizo interminable, de verdad. Hay miles de puestos que ocupan largas calles. Cuando yo estuve, había muchísima gente y resultó ser un agobio. Además, nos pega el sol de cara y no veíamos nada. Y tienes que ir con mucho ojo porque este mercado es caldo de cultivo para carteristas...

Una imagen de contraste cuando menos... Una señora tan 'elegante' rebusca entre el montón de ropa.

En el mercado puedes encontrar casi de todo, especialmente ropa de todo tipo, complementos, bolsos, zapatos, etc. Los precios, pues también hay de todo. Yo me llevé tres calcetines por 3 euros Si eres amante del 'shoping' y de este 'shoping' en particular, te recomiendo que vayas porque estarás en tu salsa. Si no, más bien pasa. Yo tengo claro que es un sitio al que no volveré en mis próximos viajes a Roma. Ahí va un pequeño vídeo para que os hagáis una idea del ambiente.

La Via Portuense se llena de puestos.

La hora de comer se acercaba y el mercado no terminaba... Ya pasadas las dos de la tarde, conseguimos salir y tomar el Viale Trastevere, que nos lleva al barrio donde queremos comer. Por el camino, encontramos un mercado navideño en Piazza Mastai. Está cubierto por una carpa y es completamente diferente a los que hemos visto antes. Entramos y damos una vuelta, pero sin comprar nada.

Piazza Mastai y su mercado navideño, que visitamos rumbo al Trastevere.

Casi sin darnos cuenta llegamos a la Via della Lungareta y a la plaza donde está la iglesia más antigua de Roma, también una de las más bellas: Santa María in Trastevere. Esta vez no entramos, porque ya la vimos en junio y estamos muerticos de hambre

La plaza y la iglesia de Santa María in Trastevere.

Impresionante mosaico de la fachada principal.

Tras mirar las cartas de varios ristorantes, nos decidimos por entrar en uno que no tiene pinta de barato pero que esperamos salir contentos. Y esta vez sí acertamos

Mi hermana, en la puerta del restaurante.

La verdad que fue una de las mejores comidas del viaje. Definitivamente, donde mejor se come en Roma es en el Trastevere. Mi hermana se pide lasaña de carne, yo saltimbocca alla romana. Los dos platos están exquisitos. Para el centro, cogemos una pizza calzone y patatas al horno. Ummmm cada vez que lo recuerdo se me hace la boca agua... La pizza estaba de muerte y las patatas también... El local está genial, el servicio es muy bueno (y no lo cobran). Junto al agua, la comida nos sale por menos de 30 euros. Insisto: nuestra mejor comida en lo que llevamos de viaje...

Nuestra comida del domingo.

Muy contentos, salimos del local rumbo al Castel Sant'Angelo, viendo más 'castores' por el río, nadando y todo La pista de patinaje sobre hielo que días antes montaban ya está abierta y llena de gente. Mi hermana quiere patinar pero también que yo lo haga, y la verdad, paso. Además, a las seis tenemos que estar en el café de San Eustaquio y antes queremos pasar por la iglesia de San Luis de los Franceses.

Patinando junto al castel.

Como estamos cerca, hacemos una visita rápida a la Plaza de San Pedro, para verla de noche.

Rápidamente entramos en San Luis de los Franceses. Teníamos que ver unos cuadrados que una amiga nos había recomendado de Caravaggio, además de comprarle una postal del Martirio de San Mateo.

Y a las seis en punto, como clavos en San Eustaquio. Estaba a tope de gente, así que me puse en la fila para no perder el tiempo. No sabemos si la persona con la que hemos quedado vendrá, porque cuando le mandé el mail era tarde y no dio tiempo a recibir la confirmación. Pero sí, Jesús-Vicente aparece, nos tomamos un café, compro un poco para traer de regalo y nos vamos a dar una vuelta por la zona.

Jesús-Vicente es sacerdote y está de 'año sabático' en Roma, estudiando un master en Patrimonio. Así que nos hace una completa visita por la Piazza della Rotonda, el Panteón, el Palacio del Quirinale -residencia del presidente de la República-, Piazza Venezia, Via del Corso, Piazza Navona, Campo dei Fiori... Nos enseña dónde se encuentra la universidad donde estudia, pasamos por el colegio español, en la calle Montserrato, cerca de Piazza Farnese; nos dice dónde reside el primer ministro italiano, Romano Prodi, etc. La verdad que aprendimos muchas cosas.

En Piazza Navona, por cierto, vimos a un grupo de tunos extremeños, con los que el martes también coincidimos en el aeropuerto. Supongo que irían a Roma a traerse un sustancioso aguinaldo.

Los tunos.

Después, tomamos rumbo al Trastevere, donde cenamos super bien y por poco dinero, aunque a nosotros no nos costó nada porque nos invitó Jesús-Vicente. Las pizzas estaban riquísimas.

Cuando casi eran las doce de la noche, antes de acompañarle a que cogiera el autobús que le llevaría a su residencia (cercana al Vaticano), nos tomamos un capuccino en Campo dei Fiori.

Y muy cansados, porque creo que fue el día que más andamos y, desde luego, más tarde nos acostamos, nos fuimos a dormir nuestra penúltima noche en Roma

te refieres a esta iglesia?

¡Muchas gracias!

Lo del Coliseo me jo... mucho, porque teníamos la entrada (va junto a la del Palatino), pero lo cerraron super pronto. De todas formas, en junio, lo visitamos. Y la verdad, me gusta más por fuera que por dentro

cuando puse enero quería decir diciembre, que se me va la cabeza jejeje

pues encantado Sara22 de mostrarte la mía Roma

yo estoy pensando repetir el año que viene en las mismas fechas de enero...

igual le regalo a mi hermano un billete jeje